Para conocer las sectas
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«Gracias a Dios, ya son varias <strong>las</strong> publicaciones<br />
que exponen la verdad acerca de los hermanos no<br />
católicos. Mejor sería llamarlos: hermanos excatólicos.<br />
En efecto, en su gran mayoría eran antes católicos<br />
y, por ignorar su fe católica, la abandonaron; y,<br />
por ignorar <strong>las</strong> desviaciones que son <strong>las</strong> creencias no<br />
católicas, <strong>las</strong> aceptaron. Quiera Dios que este trabajito<br />
sea un grano más de arena para levantar el dique<br />
de contención contra la irresistible marea de <strong>las</strong> Iglesias<br />
y <strong>sectas</strong> que siguen invadiendo a América Latina<br />
con un ritmo de crecimiento del 11% anual... Así, los<br />
actuales católicos no dejarán tan fácilmente el arca<br />
de salvación en la que nacieron, y los católicos desertores,<br />
al verse náufragos zarandeados por los vientos<br />
y <strong>las</strong> o<strong>las</strong> de la astucia humana (Ef 4,14), regresarán a<br />
la única nave segura donde Cristo, aunque aparentemente<br />
dormido, está presente (Mt 8,24)»... 67 .<br />
Osvaldo Santagada no duda en hablar de «invasión<br />
sectaria», de <strong>las</strong> «tres estrategias sectarias en<br />
América Latina: el proselitismo de mala ley, la financiación<br />
y la ausencia de la Iglesia aprovechada<br />
por <strong>las</strong> <strong>sectas</strong>», y, por último, del «carácter foráneo»<br />
de <strong>las</strong> mismas. Y escribe:<br />
«Si algo parece unificar a casi todas <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> que<br />
aparecen entre nosotros es su origen cultural: provienen<br />
de los Estados Unidos. Incluso cuando tratamos<br />
de movimientos aparentemente orientalistas, su punto<br />
de arranque es el país del Norte... Bajo ciertos<br />
aspectos, todo esto es interesante para atender el rechazo<br />
del hombre católico de nuestro continente, que<br />
no se identifica con aquellos modelos culturales, o<br />
bien termina por hartarse de ellos. Aun <strong>las</strong> "falsas<br />
Iglesias católicas" que han surgido entre nosotros<br />
tienen sus orígenes en centros norteamericanos» 68 .<br />
B. Kloppenburg, obispo brasileño y promotor de<br />
la vuelta a la apologética, dirá por su parte:<br />
«Tenemos como dos campos distintos: de un lado<br />
están los mismos sectarios con sus métodos proselitistas,<br />
tratando de penetrar entre la gente católica de<br />
América Latina; de otro lado tenemos los mismos<br />
07 Hermenegildo Zanuso, Iglesias y <strong>sectas</strong> en América Latina,<br />
o. c, 5-6.<br />
08 Osvaldo Santagada, Caracterización y contenido de <strong>las</strong> <strong>sectas</strong><br />
en América Latina, en Las <strong>sectas</strong> en América Latina, o. c,<br />
27-28.<br />
católicos, más o menos fácilmente víctimas de esta<br />
propaganda... Si pretendemos alcanzar sendos grupos<br />
armados y animados con la benévola actitud de<br />
comprensión, apertura y diálogo hacia los sectarios,<br />
tendremos una acción pastoral híbrida, que producirá<br />
en los sectarios grande alegría (porque les dejamos<br />
abiertas todas <strong>las</strong> puertas, y además les abrimos<br />
otras), y en los católicos una confusión, desorientación<br />
y perplejidad todavía mayores» 69 .<br />
Y León Trejos llega a escribir que<br />
«el fenómeno de <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> debe interesarse a fondo,<br />
puesto que atenta no sólo contra la unidad social y<br />
religiosa, sino sobre todo porque cuestiona aspectos<br />
fundamentales de nuestra fe» 70 .<br />
He aquí algunas muestras de aquel enfoque que<br />
considera a <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> y NMR en América Latina<br />
como pura amenaza, puesto que constituyen un<br />
atentado contra la unidad social y religiosa del continente<br />
latinoamericano (L. Trejos), sus miembros<br />
en realidad son hermanos excatólicos (H. Zanuso),<br />
que han sucumbido a <strong>las</strong> tenebrosas estrategias de<br />
grupos con carácter foráneo (O. Santagada), y ante<br />
los que es cuestionable mantener una benévola actitud<br />
de comprensión, apertura y diálogo (B. Kloppenburg).<br />
El enfoque de la amenaza se fundamenta —al<br />
menos de manera implícita— en la convicción de<br />
que «el alma y la cultura latinoamericanas son fundamentalmente<br />
católicas» 71 . Pero, desde tales presupuestos,<br />
que para muchos autores es un dato indiscutible,<br />
se siguen consecuencias que Damen expone<br />
con gran realismo:<br />
— la presencia en América Latina de cualquier<br />
grupo religioso no católico debe ser considerada<br />
como extraña y anormal;<br />
— dicha presencia destruye la integridad social y<br />
religiosa del continente;<br />
— la conversión a otras creencias religiosas, dado<br />
69 Boaventura Kloppenburg, Movimientos pseudoespirituales,<br />
en Las <strong>sectas</strong> en América Latina, o. c, 225-226.<br />
70 León Trejos, Mapa de <strong>las</strong> <strong>sectas</strong> en América Latina, en<br />
Nueva Evangelización y Ecumenismo, o. c, 409.<br />
71 Franz Damen, Sectas, o. c, 424.<br />
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