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en el Informe Cabrera. De hecho, los conspiradores le ordenaron a Allen que utilizara el Informe<br />

Cabrera como el “punto de partida”. Él utilizó enteramente este informe como base para, entre<br />

otras cosas, el número de piscinas que requerían reparación. A pesar de que “[n]o lo s[abía], a<br />

ciencia cierta, si hay 917 piscinas que requieren rehabilitación”, tomó de todas formas como base<br />

dicho número del fraudulento Informe Cabrera para elaborar su propia estimación. Se basó en el<br />

Informe Cabrera a pesar de que creía que las conclusiones del mismo eran poco fiables y que<br />

carecía de citas y referencias apropiadas. Allen ha confesado, sin embargo, que si hubiera sabido<br />

que los Demandados RICO y sus co-conspiradores escribieron en realidad el Informe Cabrera,<br />

eso le hubiera “molesta[do]” y afectado sus opiniones periciales.<br />

195. Del mismo modo, otro “nuevo” perito, el Dr. Lawrence Barnthouse, se basó en<br />

las normas contenidas en el Informe Cabrera, y “asum[ió] que [Cabrera] estaba describiendo<br />

correctamente cuáles son”. De hecho, admitió que no había sido contratado para crear un nuevo<br />

informe independiente, y además reconoció que “no podía ser completamente independiente” y<br />

no había “llevado a cabo todos los cálculos en forma independiente” en su propio informe<br />

porque la mayoría de la información que necesitaba estaba “solo estaba disponible en el Informe<br />

de Cabrera”. Al igual que Allen, Barnthouse admitió que se basó en el Informe Cabrera a pesar<br />

de que había llegado a la conclusión de que los números de Cabrera eran “inciert[o]s” y que la<br />

metodología que este había adoptado “no e[ra] un indicador confiable” y que era “[m]enos<br />

óptima, [e] inadecuada”.<br />

196. Jonathan Shefftz, otro de estos peritos, no hizo ningún trabajo independiente y<br />

se limitó a reelaborar partes del fraudulento Informe Cabrera. Por ejemplo, Shefftz supuso, sin<br />

hacer ninguna investigación ni análisis por su propia cuenta, que TexPet estaba obligada a<br />

incurrir en costos y reparar las piscinas debido únicamente a que el Informe Cabrera afirmaba<br />

que esos gastos eran necesarios. Shefftz admitió que su informe se basaba totalmente en “datos y<br />

cifras de costo del informe de Cabrera” y que él había “simplemente tom[ado]…[las] cifras de<br />

volumen [de Cabrera] y sus cifras de costo, y las us[ó] como información para [sus] cálculos”.<br />

Explicó que él “no [se] estaba comprometiendo a comprobar la veracidad de [la] series de datos<br />

[CERT.GEOTEXT VER: JD] 88

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