¡Vive el mes del Rosario!

No. 658 del 4 al 10 de octubre de 2009 SECCIÓN PARA NIÑOS
05
El adulterio es “amor pirata”
Cuando el pequeño Roberto regresó
de la Misa dominical, le dijo a su papá:
“Hoy se mencionó en el Evangelio el
adulterio, ¿me podrías decir qué es?”.
Su papá le dijo: “Te voy a explicar
con ejemplos: un señor vendía leche
tan pura, que todos sus vecinos la
compraban. Era tan buena que pronto
tuvo más clientes. Cómo la leche no
alcanzaba para todos, al hombre se le
ocurrió ponerle un poco de agua y así
lo hizo en secreto. A las pocas semanas,
vio que nadie se daba cuenta y
le puso más agua. Así lo hizo durante
varias ocasiones hasta que, un día,
sus clientes descubrieron que la leche
no era pura sino adulterada. Todos se
sintieron decepcionados, dejaron de
tenerle confianza y no le compraron
más. El hombre, arrepentido, volvió a
vender leche pura y trató de recuperar
a sus clientes, pero no todos volvieron
a confiar en él y le llamaron:
‘el adúltero’”. Para que
Robertito pudiera comprender
mejor, su papá le
puso otro ejemplo: “Lo
mismo le pasó a una señora
que vendía café y en
lugar de venderlo puro,
lo mezclaba con garbanzo
quemado”. Con
esos ejemplos el pequeño
Roberto comprendió
que el adulterio
era un engaño y
una mentira. Luego
le dijo a su papá:
“El adulterio es
lo contrario a lo
puro, a lo auténtico, a lo
original. Es algo así
como la mercancía
“pirata” que se
vende como original, pero en realidad
es un engaño”. Su papá continuó con la
explicación: “Efectivamente, el adulterio
es un engaño que se aprovecha de la
buena voluntad de las personas.
Cuando nos venden leche o café
adulterado nos sentimos ofendidos
porque nos engañan, pero el
adulterio en el matrimonio
causa mayor
ofensa y dolor”. Robertito
entendió bien
lo de la leche y el
café, pero no entendió
bien lo del
matrimonio. Entonces,
su papá le explicó:
“Se comete adulterio en
el matrimonio cuando
uno de los
esposos tiene
otra pareja, aunque
sea en secreto.
Eso va en contra
de la ley de Dios
y es muy
grave, a
t a l grado que antes
se condenaba a muerte
a los adúlteros para que nadie imitara
su ejemplo”. El niño comprendió
la gravedad del asunto y preguntó:
“¿Por qué es tan grave?” Su papá
le aclaró: “Daña al adúltero porque
lo convierte en mentiroso y lo hace
actuar en contra de principios y mandamientos,
en contra de su elección
matrimonial y en contra del juramento
que hizo ante Dios y ante su pareja.
También daña a su pareja, porque
le provoca sufrimiento, decepción y
pérdida de confianza. Daña la relación
de pareja que se ve en peligro
y, por si fuera poco, daña a los hijos
con el mal ejemplo que, en la Biblia,
se llama ‘escándalo’”. El pequeño
Roberto comprendió muy bien lo
que decía su papá y concluyó: “Yo
creo que también daña a la persona
con quien se comete el adulterio porque
esa relación se da a escondidas,
como una aventura o momento pasajero,
sin compromiso, como una doble
vida o un ‘amor pirata’ que Dios
no puede bendecir. Con razón Cristo
dijo que el adulterio era algo muy
malo y nos pidió que se santificara la
vida en pareja con el matrimonio”.