Informe Anual 2020
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Cooperación internacional para el desarrollo<br />
Las casas en la isla de Borneo son construidas a<br />
menudo al lado de los canales, que son las rutas<br />
principales de transporte. Foto: Miriam Glass<br />
Indonesia<br />
“¡Mi familia está<br />
orgullosa de mí!"<br />
La educación es muy costosa para la mayoría de los jóvenes en las aldeas remotas<br />
de Indonesia. Mission 21 los apoya con becas. Pero igualmente, en calidad de<br />
individuos de asistencia, este proyecto también fortalece el desarrollo social y<br />
económico sostenible y el desarrollo social en las regiones más pobres del país.<br />
Estudiantes que reciben<br />
apoyo de este proyecto.<br />
Foto: proporcionada<br />
"Solo hay dos opciones en mi aldea: casarse joven<br />
o salir de la casa”, explica Lisnawan Wulan.<br />
Ella tenía diez años cuando tuvo que tomar una<br />
decisión. Para poder seguir asistiendo a la escuela,<br />
dejó su casa, a sus padres y a sus cuatro<br />
hermanos menores para hospedarse con familiares<br />
en la ciudad de Banjarmasin.<br />
Lisnawan Wulan es de la aldea de Tumbang<br />
Sian en Kalimantan Central, provincia<br />
de la isla de Borneo. Muchas de las aldeas allí<br />
La educación empodera a las personas para<br />
iniciar acciones que lleven a un cambio social<br />
DEl proyecto de "Entrenamiento vocacional para<br />
jóvenes y niños desfavorecidos" es parte del<br />
programa de cooperación asiático de Mission 21<br />
"Asegurando las bases para la subsistencia"<br />
área de trabajo que une varias actividades enfocándose<br />
en la educación, la promoción del ingreso, la soberanía alimentaria y<br />
la atención a la salud. Están flanqueados por actividades coordinadas para<br />
superar la violencia física y estructural en contra de mujeres y niños. Este<br />
proyecto permite a los jóvenes adultos desfavorecidos – especialmente a las<br />
mujeres – que se beneficien de la formación. A largo plazo, debería contribuir<br />
al desarrollo en las regiones más pobres de Indonesia. Al completar su<br />
formación, estos individuos emprenden acciones comprometidas para garantizar<br />
un desarrollo social y económico sostenible en sus comunidades. Desde<br />
el 2019, las actividades han incluido formación para comunidades de aldeas<br />
sobre el tema referente a “derechos de tierras” para que puedan hacer valer<br />
sus derechos – por ejemplo – relacionado con despojo de tierras y con la<br />
destrucción del bosque pluvial.<br />
no tienen colegios o solo una escuela primaria,<br />
como es el caso de Tumbang Sian. El papá de<br />
Lisnawan trabaja en la industria de extracción<br />
de caucho. Como una forma de ganar dinero<br />
extra, también machaca piedras para utilizarlas<br />
en la construcción de carreteras. Este es un<br />
trabajo duro que trae muy pocos ingresos y no<br />
le permite mandar a sus hijos a la escuela secundaria.<br />
El viaje es muy largo y el hospedaje<br />
es demasiado costoso.<br />
Desempleo y matrimonio forzado<br />
La familia de Lisnawan no es la única afectada<br />
por la pobreza. De acuerdo con el Banco Mundial,<br />
casi el 10% de la población de Indonesia de<br />
más de 270 millones de personas, están viviendo<br />
debajo de la línea nacional de pobreza – por<br />
lo tanto, ¡27 millones de personas tienen que<br />
vivir con menos de un franco suizo al día! Alrededor<br />
del 60 por ciento de las personas tienen<br />
que arreglárselas con menos de seis francos<br />
suizos al día. Más del cuarenta por ciento de los<br />
jóvenes no asisten a la escuela secundaria y la<br />
tasa de desempleo es alta. En las comunidades<br />
de aldeas tradicionales en el campo, las niñas<br />
todavía son forzadas a casarse cuando todavía<br />
son menores de edad.<br />
Fue gracias a un pariente que le brindó apoyo<br />
financiero, que Lisnawan pudo tener una<br />
opción distinta cuando tenía diez años. Sin embargo,<br />
las tarifas escolares eran altas – y luego<br />
el pariente se enfermó – entonces necesitó sus<br />
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