Informe Anual 2020

Contribuciones a
proyectos y programas
en el hemisferio sur
Una cosecha abundante: gracias a la educación
continua, esta granjera boliviana puede brindarle
una nutrición sana a su familia.
Foto: proporcionada por Machaqa Amawta
ciaron el alivio de emergencia y las medidas de
higiene; ayudaron a incrementar los ingresos
de las mujeres al involucrarlas en la producción
de jabón y máscaras; y reforzaron la siembra
de pequeños huertos familiares para garantizar
la seguridad alimentaria. Muchos cursos,
sesiones de consejería y programas de capacitación
fueron conducidos a través de teléfonos
celulares.
Nuestros asociados también trabajaron para
promover la paz comunitaria: en Indonesia y Nigeria,
los asociados cristianos y musulmanes de
Mission 21 se juntaron para organizar un alivio
de emergencia. En las regiones de conflicto de Camerún,
Sudán del Sur y Nigeria, nuestros compañeros
de trabajo asociados utilizaron sus redes
de contactos descentralizados para brindar apoyo
para personas desplazadas internamente que
estuvieron confinadas durante semanas en habitaciones
temporales para refugiados. En el curso
de esta semana, se expusieron continuamente a
los riesgos de ser secuestrados o asesinados. Se le
dio prioridad a mujeres, niños y jóvenes con una
necesidad particular de protección y a las víctimas
de la violencia.
Ayuda de emergencia, promoción de la paz y
reducción de la pobreza
Solamente podremos superar el hambre y la pobreza
entre las personas más pobres del mundo
y aquellos con mayor necesidad de protección,
cuando las crisis y los conflictos se resuelvan,
y cuando las personas puedan vivir libres de
violencia, discriminación y marginalización.
Nuestras labores de proyecto están dirigidas a
las Metas de Desarrollo Sostenible de las Naciones
Unidas, particularmente, a la Meta 16:
la promoción de sociedades justas, pacíficas e
inclusivas.
Los siguientes ejemplos representativos de
Indonesia, Tanzania, Sudán del Sur y Bolivia,
muestran cómo Mission 21 y sus asociados tuvieron
éxito nuevamente en el 2020, mejorando las
condiciones de vida para personas especialmente
vulnerables, a pesar de los desafíos presentados
por la pandemia del coronavirus y los conflictos
continuos: niñas de entornos pobres pudieron
continuar su educación y escaparon de matrimonios
tempranos; huérfanos recibieron atención
médica. Gracias a los métodos agro-ecológicos,
niños y adultos que sufren de desnutrición en los
Altos Andes aprendieron cómo sembrar vegetales
– aún a alturas de 4.000 metros por encima del
nivel del mar – y a pesar del estricto confinamiento,
pudieron asegurar su sustento.
En Sudán del Sur, un país devastado por guerras
y hambrunas, las iglesias asociadas juegan
un rol importante llevando reconciliación a una
sociedad polarizada. Aunque una gran parte del
personal de los proyectos de las iglesias asociadas
apenas tienen lo suficiente para garantizar
su propia supervivencia, continúan brindando
un alivio de emergencia, promoviendo la paz y
combatiendo la pobreza. En nuestra campaña
2020, nos enfocamos en niños y jóvenes de Sudán
del Sur que se están beneficiando nuevamente de
atención después de sus experiencias de hambre
y violencia. Reciben comida, tienen hogares seguros
y pueden asistir al colegio. Sus heridas físicas
y daño psicológico están siendo tratados y aprenden
a construir confianza y entablar amistades a
través de divisiones étnicas y religiosas.
Estos sucesos diarios frente a las condiciones
más adversas, son solo posibles gracias a la compasión
y solidaridad que son realidades vivas en
la comunidad mundial de Mission 21.
Katharina Gfeller
Jefa de Relaciones Internacionales
Educación
francos suizos 1 998 777
Promoción de la salud
francos suizos 604 117
Soberanía alimentaria
francos suizos1 026 291
Promoción de la paz
francos suizos 772 295
Alivio de emergencia y
reconstrucción
francos suizos 523 168
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