De-Animales-a-Dioses

06.01.2021 Views

12La ley de la religiónEn el mercado medieval de Samarcanda,una ciudad construida en un oasis delAsia Central, los mercaderes siriospasaban las manos sobre magníficassedas chinas, los feroces habitantes delas tribus de las estepas mostraban elúltimo lote de esclavos de cabellopajizo procedentes del oeste lejano, ylos tenderos se embolsaban relucientes

monedas de oro acuñadas con escriturasexóticas y los perfiles de reyesdesconocidos. Allí, en una de lasprincipales encrucijadas de aquellaépoca entre el este y el oeste, el norte yel sur, la unificación de la humanidadera un acontecimiento cotidiano. Sepodía observar que tenía lugar el mismoproceso cuando el ejército de KublaiKan se congregaba para invadir Japónen 1281. Los soldados de caballeríamongoles vestidos con pieles sesituaban, hombro con hombro, junto alos soldados de infantería chinos consombreros de bambú, los auxiliarescoreanos borrachos entablaban luchascon marineros tatuados del mar de la

monedas de oro acuñadas con escrituras

exóticas y los perfiles de reyes

desconocidos. Allí, en una de las

principales encrucijadas de aquella

época entre el este y el oeste, el norte y

el sur, la unificación de la humanidad

era un acontecimiento cotidiano. Se

podía observar que tenía lugar el mismo

proceso cuando el ejército de Kublai

Kan se congregaba para invadir Japón

en 1281. Los soldados de caballería

mongoles vestidos con pieles se

situaban, hombro con hombro, junto a

los soldados de infantería chinos con

sombreros de bambú, los auxiliares

coreanos borrachos entablaban luchas

con marineros tatuados del mar de la

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