De-Animales-a-Dioses

06.01.2021 Views

burda, que solo es verdad a un nivelmacro. A nivel micro, parece que paracada grupo de culturas que se conglutinaen una megacultura, existe unamegacultura que se descompone enfragmentos. El cristianismo convirtió acientos de millones de personas almismo tiempo que se escindía ennumerosas sectas. La lengua latina seextendió por toda la Europa occidental ycentral y después se dividió en dialectoslocales que a su vez terminaron porconvertirse en idiomas nacionales. Peroestas desintegraciones son inversionestemporales en una tendencia inexorablehacia la unidad.Percibir la dirección de la historia

es realmente cuestión de situarse en unaposición ventajosa. Cuandocontemplamos la historia desde laproverbial vista de pájaro, que examinalos acontecimientos en términos dedécadas o de siglos, es difícil decir si lahistoria se desplaza en la dirección de launidad o de la diversidad. Sin embargo,para comprender procesos a largo plazo,la vista de pájaro es demasiado miope.Haríamos mejor en adoptar, en cambio,el punto de vista de un satélite espíacósmico, que escudriña milenios enlugar de siglos. Desde esta posiciónventajosa resulta clarísimo que lahistoria se desplaza implacablementehacia la unidad. La escisión del

burda, que solo es verdad a un nivel

macro. A nivel micro, parece que para

cada grupo de culturas que se conglutina

en una megacultura, existe una

megacultura que se descompone en

fragmentos. El cristianismo convirtió a

cientos de millones de personas al

mismo tiempo que se escindía en

numerosas sectas. La lengua latina se

extendió por toda la Europa occidental y

central y después se dividió en dialectos

locales que a su vez terminaron por

convertirse en idiomas nacionales. Pero

estas desintegraciones son inversiones

temporales en una tendencia inexorable

hacia la unidad.

Percibir la dirección de la historia

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