De-Animales-a-Dioses

06.01.2021 Views

Alabama conseguía milagrosamenteadquirir una buena educación y despuéssolicitaba un trabajo respetable, comoempleado de banca, las probabilidadesde que fuera aceptado eran muchomenores que las de un candidato blancoigualmente cualificado. El estigma queetiquetaba a los negros como indignosde confianza, perezosos y menosinteligentes por naturaleza conspiraba ensu contra.El lector puede pensar que la genteiría comprendiendo gradualmente queestos estigmas eran un mito y no unarealidad, y que, con el tiempo, losnegros serían capaces de demostrar queeran tan competentes, respetuosos con la

ley y limpios como los blancos. Sinembargo, ocurrió lo contrario: dichosprejuicios se afianzaron cada vez más amedida que pasaba el tiempo. Puestoque los mejores empleos los ocupabanlos blancos, resultaba fácil creer que losnegros eran realmente inferiores. «Mira—decía el ciudadano blanco medio—,hace generaciones que los negros sonlibres, pero casi no hay profesoresnegros, ni abogados, ni médicos niempleados de banca negros. ¿No es estola prueba de que los negros sonsimplemente menos inteligentes y menosdados a trabajar?» Atrapados en estecírculo vicioso, los negros no erancontratados para desempeñar tareas

ley y limpios como los blancos. Sin

embargo, ocurrió lo contrario: dichos

prejuicios se afianzaron cada vez más a

medida que pasaba el tiempo. Puesto

que los mejores empleos los ocupaban

los blancos, resultaba fácil creer que los

negros eran realmente inferiores. «Mira

—decía el ciudadano blanco medio—,

hace generaciones que los negros son

libres, pero casi no hay profesores

negros, ni abogados, ni médicos ni

empleados de banca negros. ¿No es esto

la prueba de que los negros son

simplemente menos inteligentes y menos

dados a trabajar?» Atrapados en este

círculo vicioso, los negros no eran

contratados para desempeñar tareas

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