De-Animales-a-Dioses
simio había vivido una vidarelativamente confortable cazando yrecolectando hasta hace unos 10.000años, pero entonces empezó a invertircada vez más esfuerzos en el cultivo deltrigo. En el decurso de un par demilenios, los humanos de muchas partesdel mundo hacían poca cosa más desdela salida hasta la puesta de sol quecuidar de las plantas del trigo. No erafácil. El trigo les exigía mucho. Al trigono le gustan las rocas y los guijarros, demanera que los sapiens se partían laespalda despejando los campos. Al trigono le gusta compartir su espacio, agua ynutrientes con otras plantas, de modoque hombres y mujeres trabajaban
durante largas jornadas para eliminar lasmalas hierbas bajo el sol abrasador. Eltrigo enfermaba, de manera que lossapiens tenían que estar atentos paraeliminar gusanos y royas. El trigo sehallaba indefenso frente a otrosorganismos a los que les gustabacomérselo, desde conejos a enjambresde langostas, de modo que losagricultores tenían que vigilarlo yprotegerlo. El trigo estaba sediento, asíque los humanos aportaban agua demanantiales y ríos para regarlo. Suinsaciabilidad impulsó incluso a lossapiens a recoger heces de animalespara nutrir el suelo en el que el trigocrecía.
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durante largas jornadas para eliminar las
malas hierbas bajo el sol abrasador. El
trigo enfermaba, de manera que los
sapiens tenían que estar atentos para
eliminar gusanos y royas. El trigo se
hallaba indefenso frente a otros
organismos a los que les gustaba
comérselo, desde conejos a enjambres
de langostas, de modo que los
agricultores tenían que vigilarlo y
protegerlo. El trigo estaba sediento, así
que los humanos aportaban agua de
manantiales y ríos para regarlo. Su
insaciabilidad impulsó incluso a los
sapiens a recoger heces de animales
para nutrir el suelo en el que el trigo
crecía.