De-Animales-a-Dioses

06.01.2021 Views

poder para contrarrestar las fuerzas dela naturaleza y subyugar al ecosistema asus necesidades y caprichos, puedencausar cada vez más efectos colateralesno previstos y peligrosos. Es probableque estos solo sean controlables pormanipulaciones del ecosistema cada vezmás drásticas, lo que produciría un caostodavía peor.Muchos denominan a este proceso«la destrucción de la naturaleza». Perono es realmente destrucción, es cambio.La naturaleza no puede ser destruida.Hace 65 millones de años, un asteroideaniquiló a los dinosaurios, pero alhacerlo abrió el camino para el progresode los mamíferos. Hoy en día, la

humanidad está llevando a muchasespecies a la extinción y puede inclusollegar a aniquilarse a sí misma. Pero hayotros organismos a los que les va muybien. Las ratas y las cucarachas, porejemplo, están en su apogeo.Probablemente estos tenaces animalessaldrían de entre las ruinas humeantes deun Armagedón nuclear, dispuestos adifundir su ADN y capaces de hacerlo.Quizá dentro de 65 millones de años,unas ratas inteligentes contemplaránagradecidas la destrucción que lahumanidad provocó, igual que nosotrospodemos dar las gracias a aquelasteroide que acabó con los dinosaurios.Aun así, los rumores de nuestra

poder para contrarrestar las fuerzas de

la naturaleza y subyugar al ecosistema a

sus necesidades y caprichos, pueden

causar cada vez más efectos colaterales

no previstos y peligrosos. Es probable

que estos solo sean controlables por

manipulaciones del ecosistema cada vez

más drásticas, lo que produciría un caos

todavía peor.

Muchos denominan a este proceso

«la destrucción de la naturaleza». Pero

no es realmente destrucción, es cambio.

La naturaleza no puede ser destruida.

Hace 65 millones de años, un asteroide

aniquiló a los dinosaurios, pero al

hacerlo abrió el camino para el progreso

de los mamíferos. Hoy en día, la

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