De-Animales-a-Dioses

06.01.2021 Views

Rawlinson no se durmió en loslaureles. En tanto que oficial delejército, tenía misiones militares ypolíticas que llevar a cabo, perosiempre que tenía un momento libre sededicaba a intentar descifrar la escriturasecreta. Probó un método tras otro yfinalmente consiguió descifrar la partede persa antiguo de la inscripción. Estofue lo más fácil, puesto que el persaantiguo no era muy diferente del persamoderno, que Rawlinson conocía bien.Comprender la sección de persa antiguole dio la clave que necesitaba pararevelar los secretos de las secciones deelamita y babilonio. La gran puerta seabrió, y de ella surgió un torrente de

voces antiguas pero vívidas: el ajetreode bazares sumerios, las proclamas dereyes asirios, las discusiones de losburócratas babilonios. Sin los esfuerzosde los imperialistas europeos modernoscomo Rawlinson, no sabríamos apenasnada acerca del destino de los antiguosimperios de Oriente Próximo.Otro notable sabio imperialista fueWilliam Jones. Jones llegó a la India enseptiembre de 1783 para servir comojuez en el Tribunal Superior de Bengala.Quedó tan cautivado por las maravillasde la India que antes de quetranscurrieran seis meses de su llegada

voces antiguas pero vívidas: el ajetreo

de bazares sumerios, las proclamas de

reyes asirios, las discusiones de los

burócratas babilonios. Sin los esfuerzos

de los imperialistas europeos modernos

como Rawlinson, no sabríamos apenas

nada acerca del destino de los antiguos

imperios de Oriente Próximo.

Otro notable sabio imperialista fue

William Jones. Jones llegó a la India en

septiembre de 1783 para servir como

juez en el Tribunal Superior de Bengala.

Quedó tan cautivado por las maravillas

de la India que antes de que

transcurrieran seis meses de su llegada

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