De-Animales-a-Dioses

06.01.2021 Views

Antes de la llegada del cloroformo,cuatro soldados tenían que sujetar a sucamarada herido mientras el doctorserraba el miembro dañado. A lamañana siguiente de la batalla deWaterloo (1815), junto a los hospitalesde campaña podían verse montones demanos y piernas serrados. En aquellostiempos, a los carpinteros y carnicerosque se alistaban en el ejército se lessolía destinar a servir en el cuerpomédico, porque la cirugía requería pocacosa más que saberse manejar concuchillos y sierras.En los dos siglos transcurridosdesde Waterloo, las cosas han cambiadohasta volverse irreconocibles. Píldoras,

inyecciones y operaciones delicadas nossalvan de una serie de enfermedades yheridas que antaño suponían unasentencia de muerte ineludible. Tambiénnos protegen de incontables dolores eindisposiciones que los individuospremodernos aceptaban simplementecomo parte de la vida. La esperanzamedia de vida saltó desde los 25-40años a alrededor de 67 en todo elmundo, y a unos 80 años en el mundodesarrollado. [8]La muerte sufrió sus peores revesesen la liza de la mortalidad infantil. Hastael siglo XX, entre la cuarta y la terceraparte de los niños de las sociedadesagrícolas no llegaban nunca a la edad

inyecciones y operaciones delicadas nos

salvan de una serie de enfermedades y

heridas que antaño suponían una

sentencia de muerte ineludible. También

nos protegen de incontables dolores e

indisposiciones que los individuos

premodernos aceptaban simplemente

como parte de la vida. La esperanza

media de vida saltó desde los 25-40

años a alrededor de 67 en todo el

mundo, y a unos 80 años en el mundo

desarrollado. [8]

La muerte sufrió sus peores reveses

en la liza de la mortalidad infantil. Hasta

el siglo XX, entre la cuarta y la tercera

parte de los niños de las sociedades

agrícolas no llegaban nunca a la edad

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