Taifas Literary Magazine No. 6, December, 2020
Taifas Literary Magazine No. 6, December, 2020 - ISSN 2458-0198 ISSN-L 2458-0198 Founded in Constanţa, June 2020 The magazine appears in Romania editorial office Founding President Lenuș Lungu Director: Lenuș Lungu, Ioan Muntean Deputy Director: Paul Rotaru Technical Editor Ioan Muntean Covers Ioan Muntean Editor-in-Chief: Ion Cuzuioc Deputy Editor: Stefano Capasso Editorial Secretary: Anna Maria Sprzęczka Editors: Vasile Vulpaşu, Anna Maria Sprzęczka, Pietro Napoli, Myriam Ghezaïl Ben Brahim, Zoran Radosavljevic, Suzana Sojtari Iwan Dartha, Auwal Ahmed Ibrahim, Destiny M O Chijioke, Nikola Orbach Özgenç
Taifas Literary Magazine No. 6, December, 2020 - ISSN 2458-0198 ISSN-L 2458-0198
Founded in Constanţa, June 2020
The magazine appears in Romania
editorial office
Founding President Lenuș Lungu
Director: Lenuș Lungu, Ioan Muntean
Deputy Director: Paul Rotaru
Technical Editor Ioan Muntean
Covers Ioan Muntean
Editor-in-Chief: Ion Cuzuioc
Deputy Editor: Stefano Capasso
Editorial Secretary: Anna Maria Sprzęczka
Editors: Vasile Vulpaşu, Anna Maria Sprzęczka, Pietro Napoli, Myriam Ghezaïl Ben Brahim, Zoran Radosavljevic, Suzana Sojtari
Iwan Dartha, Auwal Ahmed Ibrahim, Destiny M O Chijioke, Nikola Orbach Özgenç
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Taifas Literary Magazine No. 6, 2020, December
que había tomado era “Martín Edén”.
Desde entonces ella venía tres o cuatro
veces a la semana. No hablábamos mucho, ella
siempre parecía un poco confusa
especialmente cuando no le prestaba atención.
Ella comenzó a conocer mi grado de
indiferencia cuando me veía fumar cerca a la
ventana, en ese momento ella regresaba el
libro cuidadosamente al librero y rápidamente
se iba.
Eventualmente, se volvió nuestra rutina,
pero últimamente todo estaba cambiando. Y
no sé por qué.
Ya no fumaba en la
ventana y por el contrario
me sentaba en una silla y
no dejaba de mirarla.
Ella ya no estaba tan
apresurada por irse y se
paraba al frente de la
biblioteca, como siempre,
y tomaba su tiempo hasta
decidir cual libro tomar.
Esa tarde, luego de una
larga pausa, ella tomó “Cien años de soledad”.
Lo miró con mucho interés mientras caminaba
al centro de la habitación.
– ¿Te gusta leer literatura de todo el
mundo?-le pregunté mirándola muy de cerca.
Cuando ella dio cuenta de la pregunta y la
situación, se sonrojó como un tomate.
– Sí, de vez en cuando leo literatura de todo
el mundo-dijo tratando de mantener la
compostura mientras pasaba las hojas del
libro.
No era atractiva, sin embargo, su
comportamiento amable, suaves
movimientos, una calma casi confidente al
mismo tiempo que un brillo particular en sus
ojos la hacía muy interesante.
– Has leído todos esos libros?
– Casi-le respondí después de mirarla más
de cerca
– Te envidio-lo dijo mientras cerró el libro.
– Te gustaría una taza de café-le pregunté
mientras ella ya estaba dispuesta a salir-Hoy
es el clima está perfecto para un café-
Nafessa ahora miraba a través de la ventana
abierta, tal como yo lo hacía. Había aprendido.
– Bueno, si no es una
molestia para tirespondió
aun confusa.
– ¿Con o sin azúcar?
– Si puedes, que sea sin
azúcar.
El café me hizo olvidar
las acostumbradas
misantropía y timidez al
mismo tiempo. Hablaba
con entusiasmo de los
libros que leí y de mis
autores favoritos. Ella me escuchaba con
atención e interés.
Luego ella comenzó a hablar y lo hizo con
no menos placer y entusiasmo. Escuchándola,
me di cuenta que ella estaba fascinada por un
hombre de mundo, como lo era yo. Éramos
como dos gotas de agua y sentí ese dulce
placer que no había sentido por tanto años.
Cuando se fue, estaba de nuevo solo con mis
libros, como siempre. Estaba muy confundido,
mi corazón estaba aturdido, pues
acostumbrado a la soledad otra vez empezaba
a deambular entre una serie de sensaciones.
Ahora, por primera vez en años, me sentía
year I, No. 6, 2020, December
ISSN 2458-0198 – ISSN-L 2458-0198