DAP AVENTURA 2016 - 2017

Aventura al fin del mundo 2016 - 2017
structures test previously in warehouses
at the Vega Central, located in Santiago,
and capable of withstanding the strong
Antarctic winds. After 29 hard days of work,
“Soberanía” was ready to be populated. By
that time, “Angamos” ship had arrived as
well, and the base would be inaugurated
on February 6th of 1947.
Oscar Pinochet de la Barra wrote about these
efforts: “I have seen sons of Chile raise a
base almost without elements, working 15
hours a day, until dropping down exhausted.
Showing off those virile Chilean virtues
that are not legend but instead are real.
Intense struggle with a hostile and rough
environment that will not surrender but to
a truly heroic and perseverant effort. There
were no differences by uniform, rank, age
or social background. Men went back to
primitive times, forgot about the quarrels with
which civilization has poisoned their lives,
and joined each other to face the advances
of their traditional enemies: wind and cold.
And amongst them all, Julio Ripamonti, the
architect –apostle of the Antarctic faith,
speaking with his silence upon the land of
silence, rocking the storms with his creative
passion in the continent of storms itself”.
But other milestones were reached in
those days. On February 15th, Squadron
Commander Enrique Byer and Lieutenant
Arturo Parodi of the Chilean Air Force carried
out the first Chilean or Southamerican flight
in such territories, on board a Vought-Sikorski
308 hydroplane. And a group from the Army,
sent by the Military Geographic Institute of
Chile and commanded by Mayor Pablo Ihl,
entered the areas of the island that had not
yet been mapped. In the process, they lost
one expedition member in the middle of a
dense fog, but luckily the man found his
way back to the camp by his own means.
But this expedition was also very important
for the newly born Chilean Antarctic Science.
Its Geology team, led by Naturalist Carlos
Oliver Schneider from the University of
Concepción, found evidence that the
Antarctic mountains are actually a part of
the Andes Mountain Range, giving them
the name of Antartandes. On the other
hand, the Marine Biology team, led by Dr.
Parmenio Yáñez Andrade from the University
of Chile, took upon studies of the seaweeds
of Greenwich Island, Desolation Island and
Margarita Bay, discovering new species. Dr.
Guillermo Mann, from the Department of
Parasitology from the Agriculture Ministry of
Chile, developed studies on different species
of the Antarctic fauna. The information he
collected was the base for his book “Biología
de la Antártica Sudamericana” (1948), one
of the first works in Spanish about ecology
in the white continent.
Finally, on March 15th 1947, frigate
“Angamos” leaves “Soberanía” base to a
group of 6 marines commanded by First
Lieutenant Boris Kopaitic. The last words this
man said to his colleagues leaving towards
the continent was: “If you don’t pick me up
in the summer of 1948, I will gladly stay for
two years”. These men, only communicated
with the continent by radio, were the first
Chileans to withstand the harshness of the
Antarctic winter. A storm with 150km/h wind
gusts destroyed their only boat, as well as
the dock. The latter had to be built again by
moving several tons of stones in freezing
temperatures to the site. They would be
relieved safely a year later.
But this First Chilean Antarctic Expedition
produced more than the building of a base.
The event itself awakened a powerful spirit
of national pride in the public, as it was such
an impressive logistic endeavor, in which
Chileans of different skills, origins and even
political backgrounds had collaborated within
a common goal. Commodore Guesalaga was
elevated to the rank of a true popular hero,
was later was Lieutenant Kopaitic. Today
both are remembered with place names in
Antarctica. The abundant material filmed on
8mm by Hans Helfritz was put together in
a movie exhibited in Santiago’s theaters at
the time. Recently, this material has been
recovered, as well as registers from later
expeditions, and put together in the movie “El
Continente de la Luz” (2012), a production
supported by the Chilean Antarctic Institute
(INACH), with the edition and musicalization
by Magellan electronic duo LLUVIA ÁCIDA.
A new era was opened for Chilean Antarctic
History. One that has carried on to this day,
giving Chile a horizon, not only in scientific
and geopolitical themes, but also as the
affirmation of an identity as people from the
South of the South. But the best summary
of this event and the mark that it left on its
participants is found in Oscar Pinochet de
la Barra’s words: “Continent of extremes,
Antarctica left us, upon our return, with
the melancholy of someone who has seen
something wonderful, and is certain nothing
else will satisfy him in the future”.
Sources:
- “Base Soberanía y otros recuerdos
antárticos (1947 – 1949)”, Oscar
Pinochet de la Barra, Editorial Francisco
de Aguirre, Buenos Aires – Santiago
de Chile, 1977.
- “Antártica Chilena”, Oscar Pinochet de
la Barra, Editorial Zigzag, Santiago de
Chile, Editorial Andrés Bello, 1976.
Adventure at the End of the World
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Aventura al fin del mundo 2016 - 2017
1947: LA PRIMERA EXPEDICIÓN
ANTÁRTICA CHILENA
Por Rafael Cheuquelaf (periodista)
En diciembre de 1946, un joven abogado
chileno llamado Oscar Pinochet de la Barra,
que cursaba estudios de postgrado en la
Universidad de París y que investigaba
sobre el Derecho Internacional aplicado a
las Regiones Polares, recibió un telegrama
que cambió por completo el curso de su
vida. Decía: “Ud. ha sido designado para
representar al Ministerio de Relaciones
Exteriores en la próxima Expedición Antártica.
Sírvase retirar pasajes en Air France”.
La noticia lo dejó sin poder dormir durante
varias noches, según cuenta Pinochet de
la Barra en sus memorias. Y es que no era
menor el acontecimiento en que él había
sido involucrado. Se trataba de algo tan
trascendente como el establecimiento de
la Primera Base Chilena en la Antártica.
Seis años antes, el Presidente de la República
Pedro Aguirre Cerda, mediante el
Decreto Supremo Nº 1747, había determinado
oficialmente los límites chilenos en
el casquete polar entre los meridianos 53º
y 90º Oeste de Greenwich, que ya desde
los tiempos de la conquista hispana se
incluyeron en la jurisdicción de la Capitanía
General de Chile.
Pero no existía una presencia oficial chilena
permanente en aquellas tierras, desde el
heroico rescate realizado por el Piloto Luis
Pardo Villalón, que en 1916 logró sacar de
la Isla Elefante a los náufragos de la Expedición
Imperial Transantártica de Sir Ernest
Shackleton. Incluso la actividad ballenera,
que había tenido como base principal la Isla
Decepción, ya había disminuido drásticamente.
Pero en el mundo de la postguerra,
las potencias vencedoras volvían a mirar a
la Antártica como un objetivo, enviándose a
sus aguas las expediciones norteamericanas
del Almirante Byrd y del explorador Finn
Ronne, así como la soviética del explorador
ártico Iván Voronin.
Fue el Presidente Gabriel González Videla
quien ordenó a fines de 1946 que la Armada
de Chile organizara la Primera Expedición
al continente helado. El 9 de enero de 1947
zarpaba desde el puerto de Valparaíso la
fragata “Iquique”, al mando del Capitán de
Fragata Ernesto González Navarrete e izaba
en sus mástiles la insignia del Comodoro de
la Expedición, el Capitán de Navío Federico
Guesalaga Toro. Hombre sobrio, carismático
y respetado por sus subordinados, como es
descrito por quienes lo acompañaron. Días
más tarde, le siguió el transporte “Angamos”,
al mando del Capitán de Fragata Gabriel
Rojas Parker. Pero no solo iban marinos a
bordo, sino también científicos, intelectuales,
hombres de letras, fotógrafos, observadores
generales y delegaciones del Ejército y
Fuerza Aérea. Entre estos pasajeros, que
resumían lo que era el Chile de esa época,
se encontraba Oscar Pinochet de la Barra,
junto al escritor Francisco Coloane y el
fotógrafo Hans Helfritz.
La primera nave en llegar a las Shetlands
del Sur fue la fragata “Iquique”, que eligió
como punto de recalada y de construcción
de la Primera Base Chilena en la Antártica
una bahía de la Isla Greenwich. Se inició
de inmediato la construcción de la primera
etapa de la llamada Base “Soberanía”
(actualmente “Arturo Prat”), aprovechando
los largos días del verano polar y con el
esfuerzo de los marineros que bajaron del
barco toneladas de material traído desde
el continente. Especial mención merece el
arquitecto Julio Ripamonti, que diseñó estructuras
modulares, probadas previamente
en un galpón de la Vega Central (Santiago)
y capaces de soportar los fuertes vientos
6 Adventure at the End of the World

Aventura al fin del mundo 2016 - 2017
antárticos. Tras 29 arduos días de trabajo,
la Base “Soberanía” quedó lista para ser
habitada, cuando ya había arribado también
el transporte “Angamos” y se inauguró el
6 de febrero de 1947.
Oscar Pinochet de la Barra escribió sobre
este esfuerzo: “He visto a hijos de este
país levantar una base casi sin elementos,
trabajando 15 horas diarias, hasta caer
extenuados. Luciendo esas viriles virtudes
chilenas que no son una leyenda sino una
realidad. Intensa lucha en un medio hostil
y duro que no se entrega sino mediante
el esfuerzo heroico y perseverante. Jamás
hubo diferencias de uniforme, de grado,
de edad o de condición social. El hombre
volvió a los tiempos primitivos, se olvidó
de las querellas con que la civilización ha
envenenado su vida y se unió contra las
acechanzas de sus tradicionales enemigos
exteriores: el viento y el frío. Y entre todos,
Julio Ripamonti, el arquitecto – apóstol de
la fe antártica, hablando con su silencio en
la tierra del silencio, estremeciendo con las
tormentas de su pasión creadora al propio
continente de las tormentas”.
Pero otros hitos se alcanzaron igualmente en
esos días. El 15 de febrero el comandante
de escuadrilla Enrique Byer y Teniente
Arturo Parodi de la FACH realizaron el
primer vuelo chileno y sudamericano en
ese territorio, a bordo de un hidroavión
Vought-Sikorski 308. Y un grupo del Ejército,
enviado por el Instituto Geográfico
Militar y comandado por el mayor Pablo
Ihl, se introdujo en una zona nunca antes
cartografiada de la isla. En el proceso se
les perdió un expedicionario en medio de
una espesa niebla, el que afortunadamente
logró regresar al campamento por sus
propios medios.
Pero esta expedición también fue muy importante
para la naciente Ciencia Antártica
Chilena. Su equipo de Geología, encabezado
por el Naturalista Carlos Oliver Schneider
de la Universidad de Concepción, encontró
evidencias de que las montañas antárticas
son una prolongación de la Cordillera de
los Andes, bautizándoselas por ello como
Antartandes. Por otra parte, el equipo de
Biología Marina, liderado por el Doctor
Parmenio Yáñez Andrade de la Universidad
de Chile, realizó estudios de las algas
marinas provenientes de Isla Greenwich,
Isla Desolación y Bahía Margarita, descubriéndose
nuevas especies de éstas. El
Doctor Guillermo Mann, del Departamento
de Parasitología del Ministerio de Agricultura
de Chile, realizó estudios sobre especies
de la fauna antártica. La información que
recolectó fue la base de su libro “Biología de
la Antártica Sudamericana” (1948), uno de
los primeros trabajos en idioma castellano
sobre ecología del continente blanco.
Finalmente, el día 15 de marzo de 1947, la
fragata “Angamos” deja la Base “Soberanía”
a cargo de una dotación de 6 marinos, al
mando del teniente primero Boris Kopaitic. Lo
último que éste le dijo a los camaradas que lo
dejaban fue: “Si no vienen a buscarme en el
verano de 1948, me quedaré encantado dos
años”. Él y sus hombres, solo comunicados
con el continente mediante la radio, fueron
los primeros chilenos en soportar todo el
rigor del invierno antártico. Un temporal de
150 kms. por hora destruyó el único bote
con el que contaban y el desembarcadero,
el que tuvieron que reconstruir acarreando
toneladas de piedras a muy bajas temperaturas.
Finalmente fueron relevados sin
problemas un año después.
Pero esta Primera Expedición Antártica
Chilena produjo más que la construcción de
una base. El acontecimiento en sí despertó
en el público de la época un sentimiento de
orgullo nacional, al tratarse de un esfuerzo
logístico de gran envergadura, en donde
chilenos de distintas especialidades, orígenes
e incluso tendencias políticas habían
colaborado con un gran objetivo en común.
El Comodoro Guesalaga fue elevado a la
categoría de auténtico héroe popular, como lo
fue posteriormente el Teniente Kopaitic. Hoy
ambos son recordados mediante topónimos
antárticos. El abundante material filmado
en 8 mm. por Hans Helfritz fue reunido en
una película que se exhibió en cines capitalinos
de la época. Recientemente se ha
rescatado este material y otros registros de
expediciones posteriores, los cuales fueron
reunidos en la película “El Continente de la
Luz” (2012), una producción apoyada por
el Instituto Antártico Chileno (INACH) y que
contó con la edición y musicalización del
dúo electrónico magallánico LLUVIA ÁCIDA.
Fue así que se abrió una nueva era en la
Historia Antártica Chilena. Una que continúa
hasta hoy, brindándole a nuestro país un
horizonte no solo en temas científicos y
geopolíticos, sino también en nuestra afirmación
de identidad como habitantes del Sur
del Sur. Pero el mejor resumen del término
de esta gesta y de la huella que dejó en
quienes participaron en ella lo encontramos
en estas palabras de Oscar Pinochet de la
Barra: “Continente de extremos, la Antártica
nos dejaba, al regresar, la melancolía del
que ha visto algo maravilloso y que sabe
que nada le satisfacerá en adelante”.
Bibliografía:
- “Base Soberanía y otros recuerdos
antárticos (1947 – 1949)”, Oscar Pinochet
de la Barra, Editorial Francisco
de Aguirre, Buenos Aires – Santiago
de Chile, 1977.
- “Antártica Chilena”, Oscar Pinochet
de la Barra, Editorial Zigzag, Santiago
de Chile, Editorial Andrés Bello, 1976.
Adventure at the End of the World
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Aventura al fin del mundo 2016 - 2017
Incognita Patagonia expedition
explores THE southernmost ice field
in Tierra del Fuego
Map of Cloue Ice Field and its surroundings. / Mapa geográfico del Campo de hielo Cloue y sus alrededores.
Text: Eñaut Izagirre. Photos and maps:
Incognita Patagonia 2016
Beyond Darwin Mountain Range and Mount
Sarmiento, in a labyrinth of fiords, canals
and southern mountains, Cloue Ice Field is
located, in Hoste Island (Tierra del Fuego).
“These are little big mountains”; this was the
phrase legendary climber and scientific from
United States, Charlie Porter (1950-2014)
used to define the mountains and Cloue Ice
Field to Ibai Rico, one of the members of
the team, back in 2009.
And it is possible this ice field is the area
most exposed to the western winds (known
as Westerlies) in all of Patagonia. The
team has had to endure highly demanding
logistics; on the one hand, arriving in Puerto
Williams, southernmost city in the whole
South American continent, involves an
exciting trip in itself, aboard Aerovías DAP’s
famous and efficient Twin Otter; on the other
hand, complicated sailing, filled with storms,
wind and ever changing conditions in a
practically unknown and unexplored place,
where logistics and strategy has been key.
This 40 days expedition has been sponsored
by the Young Explorers Grant from National
Geographic, Joxe Takolo from Azpeitia’s
city hall, Geographical Fieldwork Grant
from the Royal Geographical Society and
BMC Expedition Grant from the British
Mountaneering Council. And we must mention
all the sponsors who have aided in this
quest: Aerovías DAP, Alpacka Raft, Conaf
Magallanes, Honey Stinger, International
SOS, Marmot, Skout Organic, TentMeals
and project Uncharted.
Alpinism, exploration
and science
Evan Miles (Portland, USA), Ibai Rico
(Vitoria-Gasteiz, Basque Country) and
Eñaut Izagirre (Elgoibar, Basque Country)
knew eachother from a couple years before,
and after gathering the scarce information
regarding the Cloue peninsula and the ice
field located there, with the inestimable help of
Camilo Rada (Chilean alpinist and explorer),
decided to put forward an expedition to
the extreme south of Tierra del Fuego.
The team was completed with Caesar
The team, lead by
Eñaut Izagirre, partially
funded by National
Geographic and with
the support of Aerovías
DAP, investigates the
glacial evolution of
the unexplored Cloue
Ice Field, developing
cartography of one
of the most remote
and unknown areas of
Patagonia for the first
time. Ibai Rico and Evan
Miles carry out the first
expedition through the
ice field, climbing two
virgin summits.
Schinas, young sailor who has been of great
help in the scientific part as well, and Keri
Pashuk, captain of the Northanger ship, highly
experienced in sailing the southernmost seas.
The expedition held a double objective:
exploration and science in alpinist style, to
understand the glaciers and their surroundings.
Firstly, the Cloue Ice Field had nearly no
expeditions, so climbing it and crossing
over was a challenge in itself; secondly, the
team has studied the recent evolution of the
glaciers using geomorphological deposits
and the depths of the fiords. Moreover,
the premature death of Charlie in 2014,
left his network of meteorological stations
8 Adventure at the End of the World

Aventura al fin del mundo 2016 - 2017
unattended, and one of the secondary
objectives of the trip was to rescue part
of this network to monitor the relationship
between meteorological conditions and
the glaciers in the southernmost part of
South America, a project that has already
started with Universidad de Magallanes in
Punta Arenas, in conjunction with student
and investigator Eñaut. All of this will be
captured in a quality, publicly available
cartographic map.
The Cloue Ice Field Voyage
“The snow and hailstones storm had come
out of control against all forecasts, and the
wind was strong enough to drop us into the
ground on a dark night. Hurricane, glacial
wind was eating us alive, like a great black
mouth daring to devour us. Tierra del Fuego.
We were finally standing by these “small
great mountains” of Cloue Ice Field, and now
everything seemed clear to us…” wrote Ibai
in one of the critical moments of the voyage.
Cloue Ice Field, with a present extension
of 210 square kilometers had first been
mentioned by Romanche expedition at the
end of the XIX Century, and many years
later, in 1989 by a Canadan expedition that
ventured into the northeastern extreme,
but the main summits and ice field were
unexplored. After a week sailing on the
Northanger, through complicated winds,
the team reached the western extreme of
Hoste Island, where the ice field is located.
Evan and Ibai decided to opt for a light
travelling style to cross the 30 kilometers
of thick forest, cracked glaciers, peaks and
edges of the island, heading from west to
east. With light equipment and gas for a week,
they began at Coloane Estuary, prepared
for ski-alpinism and material to build a tent.
After crossing a live ice area and a broken
corridor, they reached the top plateau. In
spite of favorable forecasts by the National
Oceanic and Atmospheric Administration
(USA), that same afternoon they had to set
camp and were stuck in a storm that lasted
the entire next day in a rocky hill on the
western extreme of the ice field. Meanwhile,
the ship had to endure strong wind gusts
and bad conditions in general, to be able
to reach the other extreme of the ice field
by sea, and thus gain access to the most
remote and least accessible meteorological
stations in the South American continent. and a thermal sensation of -45°C), they
Encouraged by a relative improvement, decided to continue without stopping, past
rise in pressure and favorable meteorology dawn and for the rest of the following day,
for that night and the next day, Evan and for a total of 18 hours fighting cracks and
Ibai picked up the camp and left at 2 in the rocky points, until arriving at Fouque fiord in
morning. The forecast, once again, did not the eastern extreme of the Cloue peninsula,
stand, and the two men were caught in where the Northanger ship managed to arrive
what they consider to be the worst storm for their pickup.
of their lives. Hurricane winds, snow and
hailstones, visibility of only two meters and First climbs of Mount Cloue
a sea of cracks hidden under thin bridges of
and Tower Saia
snow… The roped team kept skiing through Some days later, and after developing scientific
the night, led by the GPS and the maps work in the area, the team decided one of
previously created by the team, signaling the objectives of the expedition, climbing
the importance of good preparation for this some of the virgin summits of the ice field to
expedition.
have a better knowledge of altitudes, was
The wind let them advance very slowly and not yet achieved. Thus, Evan and Ibai left
they suffered several falls in cracks from the Northanger and set upon a new incursion
which gladly they could escape without issue. in the high area of the ice field, where the
Even so, with no chance of setting camp or highest peaks were located.
stopping to dig a cave (winds of 120 km/h Access and logistics play a main role in a
Team photo: top, from left to right, Caesar Schinas, Ibai Rico and Evan Miles; bottom, from left to right Eñaut Izagirre and Keri Pashuk. /
Foto de equipo: arriba de izquierda a derecha Caesar Schinas, Ibai Rico y Evan Miles; debajo de izquierda a derecha
Eñaut Izagirre y Keri Pashuk.
Adventure at the End of the World
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Aventura al fin del mundo 2016 - 2017
Evan captures the first light of the morning (left); first sunrays on the peaks of Cloue Ice Field (right) / Evan toma fotos de las primeras luces de la mañana (izquierda);
primeros rayos de sol en las cumbres del campo de hielo Cloue (derecha).
remote area such as Tierra del Fuego. The
lack of information, maps, communications
or possibility of a rescue make it necessary to
employ 80% of the time dedicated to exploring
access and strategies, only leaving 20% for
the activity itself. With this in mind, and with
the ship standing by on a safe area, Evan
and Ibai dedicated several days to establish a
camp at sea level, and another one on height.
The next day, March 26th, temperatures
suddenly rose and the team found itself
under very bad conditions of snow and ice,
but the climb was already underway on the
inferior ramps of Mount Cloue (1356 m), finally
leading them to achieve the first ascension
into the highest mountain of the area. The
descent was marked by strong landslides
and strong wind gusts, but they were able
to reach the camp.
On March 27th, the team moved at dawn on
skis, towards the base of a beautiful tower
without a name, which is possible to witness
from the interior of Fouque fjord. The roped
team climbed ramps and bergschrunds until
reaching the base of the great dihedral. The
bad conditions of rock and water falling through
the line, literally like a cascade, did not keep
them from reaching the end of the great
dihedral to the summit of the tower (1323 m),
which they decided to name “Saia” (harpoon
or water lancet in the Yaghan tongue of the
extint locals, the Yamana). The descent by
rappel was tedious.
Glacier cartography and other works
The glacier fronts of the ice field have
been an important object of study for the
expedition, work led by Eñaut as investigator of
Universidad de Magallanes. Using cartography
of shapes and glacier deposits, air photographs
and batimetric measurements (depth of the
fjords), the Incognita Patagonia team has
marked a drastic retreat of the ice masses of
the area, with a loss of mass of approximately
20% in the last 70 years (1945-2015), being
this retreat much stronger in the last few
decades (1976-2015). However, they also
observed some glacier fronts have actually
advanced strongly in some cases; this is due
to very particular local conditions of snow
overfeeding in one of the areas with more
rainfall in Patagonia.
In that respect, it has been interesting to
witness how several areas in the perimeter
of Cloue Ice Field have suffered important
changes as glaciers have almost completely
disappeared, giving place to new landscapes
free of ice, starting to be colonized by flora
and fauna (as well as the non-native beavers).
Eñaut, Caesar and Keri, on the other hand,
worked on fine tuning some meteorological
stations installed and formerly maintained by
Charlie Porter since 2002. These automatic
meteorological stations allow to understand
with instrumental measurements the weather
conditions in these southernmost latitudes,
later being able to relate the climatic variables
with the changes observed in the glaciers,
and then to be able to include this important
data in monitoring networks to predict future
changes for glaciers in the regional level.
Finally, the team has recollected local toponimia,
old partial maps of the area, and names linked
to the fueguino indigenous (Yamana, as well
as Kaweskar), to rescue this information and
presenting it on a cartographic map that may
serve scientific, cultural, or educational purposes,
as well as input for future expeditions in this area.
Eñaut and Caesar working on Pía Bay’s meteorological station (left); Caesar mounts new sensors on Diablo Island’s station (right) / Eñaut y Caesar trabajan en la estación meteorológica de bahía Pía (izquierda);
Caesar monta nuevos sensores en la estación de isla Diablo (derecha).
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Aventura al fin del mundo 2016 - 2017
expedición Incógnita Patagonia
explora el campo de hielo más austral de
Tierra del Fuego
Texto: Eñaut Izagirre | Fotos y Mapas:
Incógnita Patagonia 2016
Más allá de la Cordillera Darwin y el Monte
Sarmiento, en un laberinto de fiordos, canales
y montañas australes, se encuentra el
Campo de hielo Cloue, en la isla de Hoste
(Tierra del Fuego Chilena). “These are
little big mountains”, ésta fue la frase con
la que el legendario escalador y científico
estadounidense Charlie Porter (1950-2014)
definía las montañas y el Campo de hielo
Cloue a Ibai Rico, uno de los miembros del
equipo, en 2009.
Y es, posiblemente, este campo de hielo la
zona más expuesta a los constantes vientos
del Oeste (conocidos como Westerlies) de
toda la Patagonia. Los componentes del
equipo han tenido que enfrentarse a un
acceso logísticamente muy demandante;
por un lado, llegar hasta la localidad más
austral de todo el continente sudamericano,
Puerto Williams, es ya de por sí un
increíble viaje en el famoso y eficaz Twin
Otter de Aerovías DAP; por otro lado, una
navegación complicada, tormentas, viento
y condiciones cambiantes en un entorno
prácticamente desconocido e inexplorado
hasta la fecha, donde la logística y la estrategia
han sido claves.
La expedición de casi 40 días ha sido
auspiciada por las becas Young Explorers
Grant de National Geographic, Joxe Takolo
del Ayuntamiento de Azpeitia, Geographical
Fieldwork Grant de la Royal Geographical
Society y BMC Expedition Grant de la
British Mountaneering Council; sin dejar
de mencionar a todos los aportes recibidos
a través de Crowdfunding. Además,
muchos han sido los patrocinadores que
nos han ayudado: Aerovías DAP, Alpacka
Raft, CONAF Magallanes, Honey Stinger,
International SOS, Marmot, Skout Organic,
TentMeals y proyecto Uncharted.
Alpinismo, exploración
y ciencia
Evan Miles (Portland, USA), Ibai Rico (Vitoria-Gasteiz,
País Vasco) y Eñaut Izagirre
(Elgoibar, País Vasco) se conocían desde
hace un par de años, y tras recabar la escasa
información sobre la península Cloue
y el campo de hielo que allí se ubica, con la
inestimable ayuda de Camilo Rada (alpinista
y explorador chileno), decidieron poner en
marcha una expedición al extremo sur de
Tierra del Fuego. El equipo fue completado
por Caesar Schinas, joven tripulante que
ha sido un gran apoyo también en la parte
científica, y Keri Pashuk, capitana del velero
Northanger y con mucha experiencia en la
navegación de los mares australes.
La expedición ha tenido un doble objetivo:
exploración y ciencia en estilo alpino para
El equipo, liderado
por Eñaut Izagirre,
parcialmente
financiado por National
Geographic y con el
apoyo de Aerovías DAP,
investiga la evolución
glaciar del inexplorado
Campo de hielo Cloue,
cartografiando por
primera vez una de las
zonas más remotas
y desconocidas de la
Patagonia. Además,
Ibai Rico y Evan Miles
logran la primera
travesía del campo de
hielo, escalando dos
cumbres vírgenes.
comprender los glaciares y sus alrededores.
Por un lado, el Campo de hielo Cloue casi
no tenía expediciones y cruzarlo y escalarlo
Camp built during the ice field voyage (left), and Evan and Ibai with the first light of the day during the storm (right) / Campamento realizado durante la travesía del campo de hielo (izquierda) y Evan e Ibai con las
primeras luces del día durante la tormenta (derecha).
Adventure at the End of the World 11

Aventura al fin del mundo 2016 - 2017
Top: Ibai, during the Cloue Ice Field voyage, in the high part. Down left: Evan, fighting a region of cracks in the lower part of Fouque glacier. Down right: Automatic meteorological station on the western extreme
of Cloue peninsula. / Arriba: Ibai durante la travesía del Campo de hielo Cloue, en la parte alta. Abajo izquierda: Evan sorteando una zona de grietas en la parte baja del glaciar Fouque. Abajo derecha: Estación
meteorológica automática del extremo occidental de la península Cloue.
era un reto en sí mismo; por otra parte, el
equipo ha estudiado la evolución reciente
de los glaciares en base a depósitos
geomorfológicos y profundidades de los
fiordos. Además, la prematura muerte de
Charlie en 2014 dejó su red de estaciones
meteorológicas abandonadas, y uno de
los objetivos secundarios ha sido el de
recuperar y poner en marcha parte de esa
red para poder monitorizar la relación entre
las condiciones meteorológicas y los glaciares
en el extremo austral de Sudamérica,
proyecto que ya se está trabajando desde
la Universidad de Magallanes en Punta
Arenas, al cual está vinculado el estudiante
e investigador E. Izagirre. Todo ello quedará
plasmado en un mapa cartográfico de calidad
y públicamente disponible.
Travesía del
Campo de hielo Cloue
“La tormenta de nieve y granizo se había
desatado contra todo pronóstico y el viento
era tan fuerte que nos tiraba al suelo en una
noche negra. El viento huracanado y glacial
nos comía por dentro como una gran boca
negra que amenazaba con engullirnos.
Tierra del Fuego. Estábamos por fin en las
pequeñas grandes montañas del Campo de
hielo Cloue, y ahora entendíamos todo…”,
ésta fue la frase de Ibai en uno de los momentos
críticos de la travesía.
El Campo de hielo Cloue, con una extensión
actual de 210 km2, había sido mencionado
por primera vez en la expedición Romanche
de fines del siglo XIX y, mucho más tarde,
en 1989 una expedición canadiense exploró
el extremo Noroccidental, pero las cumbres
principales estaban aún sin ascensos y
el campo de hielo sin explorar. Tras una
semana en el velero Northanger, lidiando
con una navegación y vientos complicados,
el equipo llegó al extremo Occidental de la
isla Hoste donde se encuentra el Campo
de hielo Cloue.
Evan e Ibai decidieron optar por un estilo
ligero para cruzar los 30 km de bosques
achaparrados, glaciares agrietados, picos
y aristas de la isla en dirección Oeste-Este.
Con material ligero y combustible para una
semana, partieron del Estero Coloane con
equipo de esquí-alpinismo y una tienda.
Tras cruzar una zona de hielo vivo y un
corredor descompuesto llegaron al plateau
superior. A pesar de una predicción favorable
del NOAA para tres días, esa misma tarde
tuvieron que establecer un campamento
y quedaron atrapados en una tormenta
todo el día siguiente en un collado rocoso
en el extremo Oeste del campo de hielo.
Mientras tanto, el velero tuvo que negociar
con importantes ráfagas de viento y malas
condiciones en general para acercarse al otro
extremo del campo de hielo por el mar, para
así poder acceder a una de las estaciones
meteorológicas más remotas e inaccesibles
de todo el continente sudamericano.
Animados por una mejoría relativa, subida
de presión y meteorología favorable para
esa misma noche y día siguiente, Evan e
Ibai recogieron el campamento y salieron a
las dos de la madrugada. Las condiciones
pronosticadas, una vez más, no se cumplieron
y fue entonces cuando se vieron
envueltos en lo que consideran la peor
tormenta que han experimentado. Viento
huracanado, nieve y granizo, visibilidad de
dos metros y un mar de grietas escondidas
por finos puentes de nieve… La cordada
siguió esquiando de noche, guiados por el
GPS y los mapas previamente creados por
el equipo, señalando la importancia de la
preparación previa para esta expedición.
El viento, entonces, no les permitía sino
progresar muy lentamente y tuvieron varias
caídas en grietas de las que pudieron salir sin
mayor problema. Aun así, sin la posibilidad
de poner la tienda ni de parar para excavar
una cueva (vientos de 120 km/h y sensación
térmica de -45º C), decidieron continuar sin
parar hasta el amanecer y durante el resto
del día siguiente, sorteando zonas de grietas
y aristas rocosas durante un total de 18 horas
de actividad hasta llegar al fiordo de Fouque,
en el extremo Oriental de la península Cloue,
a donde el velero Northanger consiguió llegar
para su recogida.
Primeros ascensos de Monte
Cloue y Torre Saia
Unos días más tarde y tras realizar algunos
trabajos científicos en la zona, el equipo
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Evan and Ibai on the Summit of Mount Cloue (left); Evan rappelling down the final dihedral of Tower Saia (right) / Evan e Ibai en la cumbre
del Monte Cloue (izquierda); Evan rapelea el diedro final de la Torre Saia (derecha).
decidió que uno de los objetivos de la expedición
(ascender algunas de las cumbres
vírgenes del campo de hielo para tener una
mayor exactitud de sus altitudes) todavía no
había sido completado; por tanto, Evan e
Ibai dejaron el Northanger para realizar una
nueva incursión a la zona alta del campo de
hielo donde se ubican las cumbres más altas.
Los accesos y la logística tienen un papel
clave en una zona tan remota como Tierra
del Fuego. La falta de información, mapas,
comunicaciones o posibilidad de rescate,
hacen que se requiera un 80% del tiempo
dedicado a explorar accesos y estrategia
para disponer de un 20% para la actividad.
Con esta realidad y el velero alejado en una
cala protegida del mal tiempo y aprovechando
para visitar otros lugares del perímetro
del campo de hielo, Evan e Ibai dedicaron
varios días a establecer un campamento a
nivel del mar y otro en altura.
Al día siguiente, 26 de marzo, la temperatura
subió repentinamente y se encontraron con
muy malas condiciones de nieve y hielo,
pero la cordada ya estaba acometiendo la
escalada de las rampas inferiores del Monte
Cloue (1356 m), finalmente llevándolos a
realizar la primera ascensión de la montaña
más alta de este entorno. El descenso estuvo
marcado por desprendimientos y fuertes
rachas de viento, pero pudieron llegar al
campamento sin grandes inconvenientes.
Al día siguiente, 27 de marzo, el equipo se
desplazó al amanecer con esquís hasta la
base de una estética torre sin nombre, la
cual es posible también divisar desde el
interior del fiordo Fouque. La cordada escaló
rampas y rimayas hasta la base de un gran
diedro. Las malas condiciones de la roca y
el agua que caía por la línea (literalmente
una cascada) no impidieron que escalasen
varios largos en condiciones muy duras, reuniones
precarias y desprendimientos hasta
el final del gran diedro y así alcanzar por vez
primera la cumbre de esta torre (1323 m)
que decidieron llamar “Saia” (arpón o lanza
de caza en la lengua Yaghan de los indios
locales Yamana). Los rapeles del descenso
fueron tediosos, con más desprendimientos
que golpearon a la cordada, enganchones
de cuerda y mal tiempo.
Cartografía glaciar y
otros trabajos
Los frentes glaciares del campo de hielo
han sido objeto importante de estudio de la
expedición, trabajo que ha sido dirigido por
Eñaut como investigador de la Universidad
de Magallanes. Mediante la cartografía de
formas y depósitos glaciares, consulta de
fotografías aéreas y mediciones batimétricas
(profundidades de los fiordos), el equipo
de Incógnita Patagonia ha constatado un
retroceso drástico de las masas de hielo
en el área, con aproximadamente un 20%
de pérdida de área en los últimos 70 años
(entre 1945 y 2015), siendo este retroceso
mucho más marcado en las últimas décadas
(1976-2015). Sin embargo, se observó cómo
algunos frentes glaciares habían avanzado
sustancialmente en casos puntuales; esto es
debido a condiciones locales muy particulares
de sobrealimentación de nieve en una de
las zonas con mayores precipitaciones de
la Patagonia.
Al respecto, ha sido interesante constatar
cómo varias zonas del perímetro del Campo
de hielo Cloue han sufrido importantes cambios
ya que los glaciares han desaparecido
casi por completo, dando lugar a nuevos
paisajes libres del hielo y comienzan a ser
colonizados por la flora y fauna (también
por los no autóctonos castores).
Asimismo, Eñaut, Caesar y Keri trabajaron
en la puesta a punto de algunas estaciones
meteorológicas que habían sido instaladas
y mantenidas por Charlie Porter desde el
año 2002. Estas estaciones meteorológicas
automáticas permiten comprender con
mediciones instrumentales las condiciones
meteorológicas de las latitudes australes
de Sudamérica, siendo posible relacionar
las variables climáticas con los cambios
observados en los glaciares, y poder incluir
esta importante base de datos en redes de
monitoreo para predecir cambios futuros de
los glaciares a nivel regional.
Finalmente, el equipo ha recopilado la toponimia
local, mapas parciales antiguos de la zona
y nombres ligados a los indígenas fueguinos
(tanto Yaghan/Yamana como Kaweskar),
para así rescatarlos y actualizarlos en un
mapa cartográfico que puede servir de base
tanto para objetivos científicos, culturales,
educativos o para futuras expediciones de
alpinismo en la zona.
Map showing the changes in glacier extensión, in Cloue Peninsula, between 1945 and 2015. / Mapa de cambios de la extensión de los
glaciares en la península Cloue entre el año 1945 y 2015.
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Aventura al fin del mundo 2016 - 2017
Kipa
Tara
Sailing to Puerto Toro,
powered by culture and arts.
Photos: Macarena Perich
“A ship!? You are building a ship, to sail with
artists through the canals…are you mad!?”
was one of the phrases Cristian Villablanca
and Daniela Salles had to hear, but the
motivation was greater.
The preparation for the voyage would take
over a year, to be finally ready on December
23rd of 2015, when Kipa Tara –“Star Woman”,
in a mix of the Yagan tongue and Sanskritset
sail from the berth in Río de los Ciervos.
To des-center the access to cultural goods in
Magallanes, that was basically the motif. And
the minds behind this journey came to the
idea that considering the characteristics of
the territory, and the type of access available
to the most remote sites in the region, a ship
was the adequate means.
Thus, they came to José Tacul, one of the
last riverbank carpenters of Punta Arenas,
who worked with his son Fernando on the
shell of the ship and installation of Kipa
Tara’s motor. Antonio Chiguay worked on iron
and details. Paulino Vidal was in charge of
furniture, while Víctor Díaz took the electric
part in his hands.
“From the lenga forests, in the mountain
areas of Discordia and San Juan, south of
Punta Arenas, we extracted the larger pieces
that compose Kipa’s super-structure, such
as beams, ballancers, stern post, stem,
among others, which were installed with
amazing skill, following the hull curves of a
chilote fisherman ship’s drawings”, Cristian
Villablanca explains.
The naval design is hybrid, he continues:
a chilote hull with the inside of a Turkish
schooner. Its construction is composed of
iron, lenga and ciprés de las Guaitecas, as
well as fiberglass to re-coat the hull and
protect it from termites of the sea.
The machine, designed and worked closely
by man, becomes much more than a simple
means of transportation. Moreso if it’s
manned by a motivated group of musicians
and artists of diverse branches, for a journey
to distant communities, to share arts and
culture. A group of people willing to bring
a valuable gift.
This diverse crew included Nano Stern, Matija
Solce, Manuel Lagos, Macarena Perich,
Clara González, Antonio Chiguay, José
Alvarado, Daniela Salles, Cristian Villablanca,
and Newén, short tail Patagonian little dog.
The route from Río de los Ciervos took
them up to Cape Froward, following through
Magdalena Canal, then the Beagle Canal to
reach Timbales, Alemania and Italia Glaciers,
Alcamar, Yámana, Yendegaia, finally arriving
at Navarino, Puerto Williams and destination
Puerto Toro.
An experience that rewarded the local
communities, but also the travelers, after more
than ten days sailing, an sharing art through
the beautiful deep corners of Magallanes.
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curador de piezas históricas a lo largo
de sus paseos por la zona, recolectando
y poniendo en valor objetos que fueron
desechados por otros.
La estancia requiere de una dedicación
particular que incluye un sentimiento especial
hacia el entorno natural que los cobija y la
pasión por una actividad productiva que se
encuentra entre las características de la
región. Una zona reconocida por el arraigo
de sus habitantes y tradiciones que se han
mantenido a lo largo de las décadas, como
una forma de preservar y difundir el cariño
por la tierra y sus costumbres, las que hacen
que cada vez sean más los visitantes
que cambian el ruido y el veloz pasar de
los grandes centros urbanos por un minuto
escuchando soplar el viento patagón sobre
la flora nativa, mientras se observa el andar
breve y sincronizado del ganado.
A través de la Agencia de Viajes Paralelos
53, es posible reservar para esta especial
experiencia de campo. Los visitantes podrán
disfrutar de asado de cordero al palo
y otros productos típicos de la zona, así
como variadas actividades como paseos a
caballo y carreta, esquila y baño de lanares,
visitas al museo ganadero, demostración de
perros ovejeros con diestros gauchos, etc.
Todo atendido por sus dueños.
Agencia de Viajes Paralelo 53
Armando Sanhueza 745, Punta Arenas
+56 61 2 221230
Viajesparalelo53@busesfernandez.com
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Nuestra flota / Our fleet
Aviones / Airplanes
BAe 146-200 /Avro RJ85
Boeing 737-200Adv DHC-6 Twin Otter Cessna 402
Cessna 404 Titan Beechcraft King Air 100 Beechcraft King Air 300
Helicópteros / Helicopters
BO-105
AS 355
AS 350 B3
EC-135
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