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DE PASEO
M. García / Cuartoscuro
TRADICIÓN
MAGOS
por el ejército de Cosroes II, rey de
Persia, que destruyó todos los santuarios
cristianos, excepto la Basílica de
la Natividad de Belén. En este sitio
había una adoración a Jesús Niño,
donde los reyes estaban vestidos
como persas.
Otros lugares que se consideraron
como origen de los
reyes magos: el sur de la península
arábiga, Babilonia,
India e incluso un antiguo
pueblo ubicado en el norte
del Mar Caspio.
Por otro lado, se ha dicho
que los reyes eran sacerdotes
del mazdeísmo, religión que practicaban
los antiguos medos o persas.
Constituían una casta cerrada,
disciplinada y austera. En Persia los
sacerdotes eran muy estudiosos, astrólogos
y teólogos. Se dedicaban a conservar vivo el
fuego sagrado, estudiar el curso de los astros
y descifrar el significado de los sueños. Como
se trataba de hombres sabios, conocedores
de la astrología y la magia, se les consideraba
magos.
Camino a Belén
Estos sabios vivían en diferentes lugares y
cada uno desde su respectivo lugar
identificó un cometa que anunciaba
el nacimiento del niño
Dios. Al verlo se encaminaron
hacia Belén. En el camino se
encontraron y decidieron unirse. Llevaban un
camello, un caballo y un elefante, y cargaban
tres cofres y muchas riquezas.
Continuaron su viaje hasta llegar a un humilde
pesebre en Belén, donde se encontraba
un recién nacido que, en compañía de sus
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Fotos C. Morales
Nacimiento de palma.
padres, era adorado
por los pastores del
lugar.
Se dice que el
teólogo Beda el Venerable
(673-735) fue el
primero que documentó
los nombres y características
físicas de los magos: Melchor,
anciano de piel clara y barba
poblada, entregó oro al recién nacido, como
símbolo de su realeza; Gaspar, hombre maduro,
lampiño, de cabello rubio, ofreció incienso
para adorarlo como Dios, y Baltasar,
hombre joven, negro y barbado, aportó mirra
(sustancia aromática que se utiliza para embalsamar
a los muertos).
Los nombres de los reyes son de tradición
latina y ofrecen algunas variaciones en las
tradiciones orientales. Desde el siglo II y
durante toda la Edad Media los magos se
representaron con ropajes reales para dar
mayor peso a su realeza que a sus cualidades
como magos.
La identificación de cada personaje: europeo,
asiático y africano permitió dar un mensaje
universal y representar a las tres razas
conocidas. El animal que acompaña a cada
personaje es representativo de los continentes
que se conocían antes del siglo X.
En el transcurso del tiempo ha variado
el número de reyes representados. Hay fuentes
que hablan de tres, cuatro o más adoradores.
Finalmente, en el siglo , el Papa
León I go decidió fijar en
tres el número de adoradores para
unificar la información en
el mundo cristiano.