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Retazos de la Historia
Historia del Tiempo
Presente
Dada la proximidad del dies a quo
fijado para la entrega de este “trabajo”,
en el que, como no podía ser
de otra forma, he incluido el día siguiente
a las tres de la tarde, ya me
he puesto en la labor y no pienso dejarlo
hasta el final. Hablando de esto,
me suelen requerir acerca del motivo
que nos lleva a los abogados a presentar
siempre los escritos el último
día. ¡Coño!, porque al día siguiente
estaría fuera de plazo, que no somos
unos irresponsables. En este caso, en
la revista debéis además comprender
que éste, vuestro inseguro servidor,
tiene sus tiempos. Posiblemente,
muchos van a pensar que éste va a
ser el peor artículo jamás escrito.
Pues en ello estoy, aunque lo siento
por quienes me han hecho el encargo,
más que nada por si se topan con
un escenario de crítica, en términos
de objeción hacia los responsables
de que esto vea la luz, porque no
deberían haber visto la luz y que de
esta forma van a acreditar muy pocas
luces. No deberían ensañarse con
ellos porque los tengo engañados. La
culpa es sólo mía, aunque no la responsabilidad.
Bien, pues antes de rememorar
aquella efeméride, he de confesar
que he estado estudiando el instituto
de la prescripción, en reunión mantenida
con mi abogado, quien ha tenido
la deferencia de recibirme nada
más salir de una de sus clases de la
Escuela Teórica de Práctica Jurídica.
Es muy bueno el tío. Creo que no podrá
comer de esto, pero vivirá como
un príncipe; va a poder ganar para
beber, con lo cual no habrá problema
porque se le quitará el hambre. Pensé
en Garrigues o en un abogado del
Paseo, pero confío en la juventud,
confía en la justicia, confío en que
se haya estudiado bien el tema. Ha
llegado a la conclusión de que, transcurridos
diez años desde la presentación
de la candidatura, no existe
posible acción posible contra mí. Por
lo tanto, y como no soy de los que
les gusta echar balones fuera –como
Raul en los penaltis- he aceptado de
buen grado el encargo, siempre confiando
en que nadie haya practicado
el coitus interruptus –de la prescripción-
sin yo enterarme, que no lo
pienso porque este gremio es de muy
buena educación y de muy buen fondo,
nadie suele interrumpir a nadie,
nos dedicamos a pedir la venia, a pedir
documentación, a pedir provisión
de fondos, a pedir justicia, a pedir
subvenciones, a pedir otra caña, a ir
a Jornadas, a Congresos, y en el 92
fuimos a las Olimpiadas y a la Expo.
Expo esto que, entrando en materia,
puedo decir que fue una entretenida
experiencia, que contaría a mis
nietos en el caso de que los tuviera,
pero, si Dios no me ha dado hijos,
dudo que esté en la labor de darme
nietos. Estimo que debería reformarse
la ley de adopción para poder
adoptar nietos, si no a ver a quien le
voy yo a contar mi dilatado devenir
social, excepción hecha del camarero,
que ya lo conoce y por eso no
me fía. Porque padres nunca faltan y
los abuelos escasean cada vez más
y cada vez son más mayores. Pero
me temo que esto no se va a reformar
porque lo que más escasea es la
imaginación del legislador. Y cuando
tiene imaginación es para echarse a
temblar, que quiere que los abogados
trabajemos en agosto. ¡Convertir
agosto en hábil! Cuando se publique
esta tontería, no sé en que habrá quedado
la cosa, pero es lo cierto que
el ministro Gallardón ya ha hecho
pública su intención en este sentido,
o sea, que se quiere cargar de un
plumazo la sagrada institución de la
“vacatio legis”. Uno esperaba, no ya
su permanencia, sino que las pagaran,
como en todos los gremios, que
tienen derecho a treinta días de vacaciones
pagadas; pues aquí no sólo
que no las pagan sino que encima las
van a quitar. En verdad, dudo de que
esto sea muy cristiano, que agosto
para los abogados es como el domingo
después de la Creación.
Pues, efectivamente, en el mes
de diciembre de 2001 presenté candidatura
al cargo de Decano en las
elecciones que se celebraban aquel
año en el Colegio, como bien conocen
los que me votaron. Pero mejor
conocen esto los que no me votaron,
a quienes sinceramente perdono y
comprendo. Dichas elecciones se
convocaban para ocupar, aparte del
de Decano, determinados cargos de
la Junta de Gobierno, aunque no todos.
Siempre, y es algo que nunca he
entendido, se renuevan de manera
parcial los mismos, por lo que, paralelamente,
a mitad de la “legislatura”
se producen también como norma
unas mini-elecciones para el resto de
los cargos –pocos, no me acuerdo ni
tengo ganas de mirarlo-. A estas mini-elecciones
no se suele presentar
nadie y son una especie de concursooposición
para renovar el contrato de
quien ya está puesto, soliendo pasar
desapercibidas. Creo que esto es así.
Igual no.
Aspiraba a revalidar cargo de
Decano José Arturo Pérez Moreno,
quien presumía, con razón, de sobresaliente
currículm vitae al frente
de la institución –salía mucho en los
periódicos-. Presentaba candidatura
completa para todos los puestos, con
todos sus frutos y accesorios. Pregonaba
en su programa que había hecho
la casa y que ya sólo quedaba decorarla
y que en sus años de mandato
había conseguido que el Colegio se
acercara a los colegiados. Menos
mal que el Colegio no sabía donde
vivía yo, porque nunca ví al Colegio
acercárseme, me hubiera llevado un
gran susto si una buena mañana me
encuentro el Colegio a la puerta de
mi casa. Le discutía el puesto Simón
Venzal, también con su candidatura
completa, con sus complementos y
con un buen fondo de armario, con
una variada oferta electoral relativa
a la mejora de los servicios colegiales,
como, por ejemplo, la creación
de una página web y un correo electrónico;
claro, amigos, si es que hablamos
de principios de siglo. Nada
prometía, en cambio, en tema de
decoración del Colegio. Luego lo
demostró, porque no cambió ni un
cuadro.
Yo les llamaba Simón Pérez y
José Arturo Venzal. Espero que hayan
perdonado mi desliz. Supongo
que sí, porque me saludan, aunque
no me hablan, pero debe ser porque
no saben de qué hablar conmigo.
Tampoco yo. De todas formas, estoy
dispuesto a pedir perdón… dentro
de 500 años, en fin, como la Iglesia
con el asuntillo ese de la Inquisición.
Aquí el dicente se presentaba tal
cual, como los hijos de la mar, y eso
no hay cuerpo electoral que lo resista
porque no hubo manera de hacer una
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ABRIL 2012
SALA DE TOGAS
Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería