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Retazos de la Historia
Historias de la mala
vida en la provincia
daño a ninguna persona, sino bibir
bien, y a visto que su padre es
hombre honrado, escribano de
esta cibdad, y que lo ve favoreciendo
a su padre en el ejerçiçio de la
escrivanía y que esto save”.
Igualmente es fundamental saber
cómo trataba el esposo a la esposa.
Es decir, si había problemas, maltratos,
posibles queridas y otros
pormenores que pudieran servir
para justificar el adulterio. En este
sentido todos los testigos coinciden
en la actitud ejemplar del marido.
Así Ginés Ruiz señala que “a
visto que el dicho Alonso Sánchez
traía a su muger bien tratada y
bien vestida, y bien calzada como
muger muy honrada, y hazerle
muy buen tratamiento, y que le pareçe
que pues iba tan bien tratada
que también tenía buen gasto en su
casa, que no podrá ser menos, porque
el dicho Alonso Sánchez es
hombre que le haze comprar todas
las cosas que vienen a la plaza y
que esto sabe”.
Analizado el comportamiento
del marido, es conveniente adentrarse
a ver cómo se produjo la seducción
de la mujer por parte de
estos dos rufianes. La vida de cualquier
mujer casada en la Mojácar
del siglo XVI pasaba como es lógico
por las tareas del hogar, el aprovisionamiento
de agua potable en
la Fuente y ayudar al marido algunas
veces en las tareas agrícolas,
sobre todo en la cogida de hoja de
morera, actividad que realizaban
por igual cristianos viejos y moriscos,
puesto que el cultivo de las
moreras, la cría de gusanos y la recolección
de la seda era todo parte
de un proceso económico que se
convertía en una de las fuentes de
riqueza primordiales de las que vivía
la población.
Pues bien, según los testigos, el
tal Alonso García Cabezas le había
echado el ojo a Elvira de Cervantes
desde hacía tiempo y la seguía
cada vez que salía ésta de su casa,
buscando la oportunidad de acercarse
hasta ella sin ser visto. Así lo
cuenta el testigo Juan de Ortega:
“dixo que lo que sabe es que Alonso
García antes que se llevase a la
dicha Elvira de Çervantes veía que
andava tras ella”. Más adelante
dirá que “los vido juntos e yr a la
Huerta”. En el interrogatorio, la
séptima de las preguntas, decía así:
“Si saben que el dicho Alonso
García e Diego Mateo andavan
juntos e si la dicha mi muger yva a
la Fuente yvan tras ella y si yva a
cojer hoja a la Huerta yvan y la seguían...”.
Respecto a si se acostaban o
“echaban” -como se decía entonces
al acto sexual- con Elvira de
Cervantes el testigo Juan de Ortega,
afirmará “quel dicho Alonso
García se echava con ella porque
su sobrino deste testigo (Diego
Mateo) le dixo que se echava con
ella en la Huerta”.
A raíz de estas declaraciones se
puede intuir que Elvira de Cervantes
había comenzado a desmadrarse,
y que la gente empezaba a murmurar.
Tarde o temprano el marido
acabaría enterándose, y podían
producirse los primeros problemas.
Para atajar esta situación y
evitar que el marido matase a su
mujer en un ataque de “cuernos”,
es por lo que los dos rufianes trazan
un plan para sacar a Elvira de
Cervantes de su casa y llevársela
lejos de Mojácar, donde pueda estar
a salvo.
En el plan participa otra mujer,
Juana García Cabezas, hermana de
Alonso García. En efecto, algunas
escenas ocurren en casa de ésta.
Hay que decir que Alonso García
Cabezas, a diferencia de Diego
Mateo, que era soltero, era un
hombre casado y con hijos, y que
al intentar sacar a Elvira de Cervantes
de su casa para evitar que la
matara su marido está arruinando
también lo poco que queda de su
matrimonio.
En fin, en la casa de Juana García
se reúnen el último día antes de la
escapada los dos rufianes y allí estuvieron
comiendo y bebiendo
hasta medianoche. Según la declaración
del marido de Elvira de Cervantes,
ésta fue engañada por Juana
García “so color de ir a laborar
a su casa”, aunque en realidad lo
que pretendía era “que los susodichos
se echasen carnalmente con
ella”. Uno de los testigos, Juan de
Ortega, precisará “que vido una
vez o dos entrar a la dicha Elvira
de Çervantes en casa de la dicha
Juana García, que dezían que yba
a abiar una camisa”.
El secuestro o la huida voluntaria
de Elvira de Cervantes se produjo
según el marido “a ora de las doze
de la noche me quebrantaron la dicha
mi casa, y por una ventana sacaron
a la dicha mi muger y mucha
cantidad de ropa y dineros robados,
y se la llevaron e avsentaron
desta çibdad e nunca más a paresçido”.
Por tanto la fuga se produce en la
medianoche del 9 de abril de 1551
y va acompañada del robo de dinero
y ropas. De hecho, Elvira de
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ABRIL 2012
SALA DE TOGAS
Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería