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Retazos de la Historia
Historias de la mala
vida en la provincia
en algún convento y coger los hábitos,
con la ayuda de algún pariente
que las pudiera dotar, a fin
de vivir en adelante en clausura
penando por todo lo sucedido.
Desde la modernidad del siglo
XXI se podría pensar que el adulterio
femenino en el siglo XVI era
algo realmente inusual, y no es así.
Son numerosos los documentos
que nos muestran ejemplos sobre
este problema conyugal y como
-en muchas ocasiones- se producía
el perdón y las cosas se arreglaban.
Pero se solucionaban aparentemente,
ya que el “cornudo” arrastraba
durante toda su vida ante la
sociedad lo ocurrido. Era como un
muerto viviente, quedaba rebajado
socialmente y completamente estigmatizado.
Además, no es raro
que a veces encontremos adornando
los protocolos notariales (en los
que se insertan ‘las cartas de perdón’
que firmaba el marido que
perdonaba a su mujer, a fin de tranquilizar
a los familiares de la adúltera,
que temían por su vida), unos
dibujos realizados por el propio
escribano o notario, que pintaba en
los márgenes de su protocolo una
especie de monigote con una cornamenta
gigante.
II. LOS PERSONAJES.
El documento en cuestión
que ahora damos a conocer
se hallaba en el Archivo de
la Alhambra de Granada (legajo
161, pieza 6) y se trata de un proceso
penal llevado a cabo por la
jurisdicción militar contra dos soldados
por un delito de adulterio y
robo. Como en otras ocasiones, en
estos asuntos impartía justicia don
Íñigo de Mendoza, capitán general
del reino de Granada, que residía
en los palacios de la Alhambra de
Granada.
En cuanto a los protagonistas de
esta historia, son muy típicos y característicos
de aquella sociedad.
El marido ultrajado se llamaba
Alonso Sánchez, hombre que no
llegaba a la treintena de años y que
trabajaba como oficial en la escribanía
de su padre, el escribano y
> Los proxenetas huyen con
la amante a Carboneras.
notario público de Mojácar don
Bartolomé Sánchez, a la sazón
también escribano del concejo, es
decir, secretario del Ayuntamiento.
Este Alonso Sánchez era una persona
que se desvivía por su trabajo
y que tenía una excelente reputación
en el pueblo. A lo largo del
proceso demostrará que tenía a su
mujer hecha una “verdadera reina”,
sin faltarle de nada.
El segundo personaje de esta historia
es la adultera, o sea la mujer
de Alonso Sánchez, llamada Elvira
de Cervantes, natural de Vera y vecina
de Mojácar. En fin, se trataba
de una “Cervantes”, es decir, de un
vástago de una de las familias so-
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ABRIL 2012
SALA DE TOGAS
Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería