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Colaboraciones
julio de 2011), “que lo que importa
garantizar o proteger con este procedimiento
es el interés del menor, que
si bien es cierto que tiene derecho a
relacionarse con ambos progenitores,
esto ocurrirá siempre que no se
lesionen sus derechos fundamentales
a la integridad física y psicológica,
libertad, educación, intimidad,
etc. De donde todos los requerimientos
establecidos en el art. 92 CC han
de ser interpretados con esta única
finalidad … De aquí que las relaciones
entre los cónyuges por sí solas
no son relevantes ni irrelevantes
para determinar la guarda y custodia
compartida. Solo se convierten en
relevantes cuando afecten, perjudicándolo,
el interés del menor”.
En resumidas cuentas, queda al arbitrio
del tribunal, teniendo siempre
por norte el beneficio de los menores,
acordar un ejercicio conjunto de
la guarda o que la ejerza uno solo de
los progenitores.
En nuestro país, podemos encontrar
la opción preferente por la custodia
compartida en Aragón (Ley
2/2010, de 26 de mayo, de Igualdad
en las Relaciones Familiares ante
la Ruptura de los Padres) y en Cataluña
(Ley 25/2010, de 29 de julio
del Libro Segundo del Código Civil
de Cataluña). Mas recientemente se
suma a la guarda y custodia compartida
como norma general, la Ley de
la Generalitat de relaciones familiares
de los hijos e hijas cuyos progenitores
no conviven, publicada en el
Boletín Oficial de las Cortes Valencianas
el 30 de marzo de 2011 y que
entró en vigor el 5 de mayo de 2011.
Para todos los interesados en la temática,
se ofrece muy interesante la
lectura del Preámbulo y de los siete
artículos de esta ley de guarda y custodia
de la Comunidad Valenciana.
3. Repercusión en los
alimentos.
Conviniendo al interés primordial de
los menores, que se adopte la medida
de acordar la guarda y custodia
compartida, surge la cuestión –nada
pacífica- de qué modo y manera fijar
la pensión alimenticia a favor de los
hijos, pues la fijación de un régimen
de guarda y custodia compartida, por
períodos que prácticamente equiparen
la estancia de los hijos con cada
uno de los progenitores, ha de considerarse
necesariamente al tiempo de
fijar el importe de la pensión, dado
que en este caso, los padres van a
ocuparse del cuidado de los niños
de forma distinta a la que puede
considerarse habitual (madre como
progenitor custodio, con el corolario
que lleva aparejado). Por ello resulta
que:
u La definición legal de alimentos
del art. 142 del CC, no se modifica
en los casos de guarda y custodia
compartida.
u La fijación de un régimen de
guarda y custodia compartida no excluye
la aplicación del principio de
proporcionalidad entre las posibilidades
o medios del alimentante y
las necesidades del alimentista, que
debe presidir la determinación cuantitativa
de la pensión (art. 146 CC).
Habrá que valorar por caso, los medios
materiales que tiene cada padre,
para cubrir las necesidades de los
hijos, al tenerlos en su compañía en
periodos similares.
u En el Convenio Regulador, o en
su caso, en la resolución judicial, deberá
fijarse con toda claridad la medida
y modo en que cada progenitor
debe contribuir al mantenimiento
de los hijos. Se pueden dar y así es
comprobable en la variedad de sentencias
consultables al efecto, diversas
soluciones. Las mas usuales son:
a) Que cada progenitor se hará cargo
de los gastos de alimentos, manutención
y vestido durante los períodos
de tiempo que conviva con los
niños (gastos ligados a la estancia de
los menores en compañía de uno u
otro progenitor), abonándose el resto
de los gastos, por mitad entre ambos
progenitores. Incluso proveyendo
formas de colaboración o pagos directos
a favor de terceras personas
(colegios, academias, médicos, farmacias,
etc), o fijándose para tales
casos, asignaciones periódicas, con
las que se abonarían dichos gastos.
Expresado esto último en otras palabras,
se ingresaría un dinero con una
determinada periodicidad en una
cuenta, en la que se cargarían esos
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ABRIL 2012
SALA DE TOGAS
Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería