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Colaboraciones
El Arbitraje Interno:
una figura válida para la solución de
conflictos
1.- Introducción: Visión
de conjunto.
Hoy en día, vivimos un constante
mar de cambios de todo tipo:
sociales, laborales, económicos,...
Esta situación nos obliga a plantearnos
variaciones en aspectos que
creíamos estables y que estaban muy
asumidos en la conciencia social de
la ciudadanía.
El ámbito jurisdiccional no es ajeno
a los vientos de cambio. Así, recientemente,
el “estrenado” Ministro
de Justicia ha sacado a la palestra
un concepto, que hasta ahora, permanecía
en letargo: la jurisdicción
voluntaria.
A nadie se le escapa que nuestro
actual modelo judicial adolece de
importantes deficiencias- orgánicas,
funcionales y presupuestarias, y que
desembocan en una excesiva dilación
en la resolución de los procedimientos.
Y es que, a pesar de los esfuerzos
legislativos para lograr una
solución a este mal endémico, como
la reciente Ley 37/2011, de 10 de
octubre, de medidas de agilización
procesal, esta situación no mejora,
muy al contrario, va a peor.
Ya en el año 2009, en el informe
“La Justicia Española evaluada por
los Abogados” elaborado por el
CGAE, el 71 % de los profesionales
consultados estimaba que el funcionamiento
de la Administración
de Justicia era malo o muy malo,
mientras que el 83 % consideraba
que, con el tiempo, la situación no
mejoraba, sino que muy al contrario,
empeoraba. En esta línea, el 89%
consideraba que otros medios alternativos
de resolución de conflictos
podrían descargar a los tribunales de
su volumen de trabajo, y así, agilizar
su funcionamiento. Además, el
79% de los encuestados consideraba
Juan Miranda
Ordoño
Secretario de la Corte
de Arbitraje de Almería
Colegiado 3.216
que, sino todos, muchos de los asuntos
que ahora han de ser resueltos
o controlados por un Juez podrían
tener otro tipo de tratamiento procesal
más ágil y sencillo, y que no
provocara la merma de las garantías
jurídicas de las partes implicadas.
Este dato da a entender que el mundo
de la abogacía es consciente de
la necesidad de optimizar tiempos y
recursos mediante una mejor y más
clara institucionalización de sistemas
de mediación y arbitraje, y además
—para actividades judiciales
relativamente menores, que son precisamente
las que en mayor medida
contribuyen a desbordar la capacidad
operativa de los juzgados— con
la activación de funcionarios no suficientemente
aprovechados, como
por ejemplo el caso de los Secretarios
de Tribunales.
Parece que la nueva línea de adaptación
de la Administración de Justicia,
superando otras actuaciones,
que se han revelado insuficientes
hasta el momento (modernización
de procedimientos, racionalización
de medios,….) se traslada ahora al
recorte de sus áreas de actuación,
permitiendo otras alternativas que
permitan solucionar los conflictos
con las mismas garantías que las
que conlleva el procedimiento judicial.
Una prueba de estos cambios
la encontramos en el reciente Real
Decreto-ley 5/2012, de 5 de marzo,
de mediación en asuntos civiles y
mercantiles.
En este campo, el arbitraje, por las
ventajas que supone, ha de posicionarse
como un referente, que sin embargo,
no debe pretender imponerse,
ni “creerse” por encima de la Administración
de Justicia que podríamos
denominar “tradicional”, sino que
ambas alternativas deben estar presentes
y en paralelo en la resolución
de conflictos.
2.- Notas sobre el
Arbitraje.
El arbitraje es un procedimiento mediante
el cual se da solución a conflictos
en materias de libre disposición
conforme a Derecho, entre dos
o más partes. En él, los contratantes
se vinculan al resultado que de la
controversia ofrezca un tercero neutral
e imparcial, denominado árbitro,
SALA DE TOGAS
ABRIL 2012
Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería 71