SDT65 ok

Entrevista
están, en todo caso, supervisadas o
autorizadas por el Juzgado de Vigilancia.
Son, en definitiva, una garantía
para los reclusos y para el propio
Sistema Penitenciario.
tud de respeto y consideración con
sus compañeros y funcionarios
es una obligación de todo
interno. Por otra parte,
la normativa y la práctica
penitenciarias
valoran muy positivamente
la buena
conducta mediante
actos expresos administrativos
de reconocimiento,
propios del
régimen disciplinario en
su vertiente positiva. También,
la participación productiva en
las actividades programadas de carácter
formativo, educativo, laboral
y de tratamiento así como la colaboración
activa en la consecución de
una convivencia ordenada, además
de los efectos positivos que tienen
para el desarrollo personal del interno,
llevan consigo la positiva evolución
en su programa de tratamiento
y el acceso a los permisos de salida,
las progresiones de grado de tratamiento
y los beneficios penitenciarios.
Por lo tanto, la participación
activa del interno en las actividades
programadas constituye el elemento
más importante para su promoción
personal y su futura libertad.
P.- El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria:
un avance
garantista.
R.- Uno de los
“
Hay muchas infracciones
que con la inmediatez
de la resolución judicial
serían más ejemplares
de lo que son”
avances más
importantes de
la legislación
penitenciaria
fue la creación,
a parir del año
1979, de los
Juzgados de Vigilancia
Penitenciaria.
Con esta novedad
se judicializó la ejecución
de las penas privativas de libertad
dejando de ser “cosa” exclusiva de
la Administración Penitenciaria. De
esta forma, las prisiones son instrumentos
al servicio de los jueces para
el cumplimiento de las penas de prisión.
Son éstos Juzgados el garante
de la legalidad en la ejecución de las
penas y del respeto de los derechos
de los internos, además de los controles
que al efecto efectúa la propia
Administración Penitenciaria.
Realmente estos Juzgados son pieza
clave y, hoy día, insustituible para el
buen funcionamiento de las prisiones.
Las decisiones más importantes
que se adoptan sobre los internos
P.- ¿La ejecución de las penas privativas
de libertad es competencia
exclusiva de la prisión?
R.- En absoluto. Como he citado anteriormente,
la prisión por sí sola no
puede hacer frente al importante reto
de la reinserción social de los condenados
a la pena de prisión. Afortunadamente
el colectivo social y el resto
de Instituciones del Estado español
se muestran interesados en el logro
de este reto y colaboran con nosotros
de manera muy estrecha. En Almería
contamos con el apoyo de diversas
organizaciones no gubernamentales,
con las Instituciones del Estado, autonómicas
y locales que constituyen,
hoy día, un complemento ineludible
en nuestra labor. De la misma forma
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado, la Guardia Civil y
la Policía Nacional, colaboran con
nosotros de manera muy estrecha y
eficiente.
P.- A lo largo de la entrevista hemos
utilizado, principalmente el
entrevistador, los términos “cárcel”,
“prisión”, “centro penitenciario”,
al tiempo que también
pueden utilizarse términos como
“trena” o “trullo”, pero... ¿cuál es
el políticamente correcto?.
R.- Bueno, de alguna forma, el uso
de cualquiera de los términos empleados,
dependiendo del contexto
en el que se utilicen, son válidos.
El término “trena” o “truyo”, utilizado
coloquialmente o en las películas,
no está mal. Sin embargo,
la terminología precisa puede ser la
de cárcel, prisión o, como me gusta
decir a mi, centro o establecimiento
penitenciario.
Lo dicho, Señor De la Cruz Márquez,
gracias por abrirnos las puertas
del Centro Penitenciario “El
Acebuche” de Almería, considere
las del Ilustre Colegio de Abogados
de Almería como suyas. •
SALA DE TOGAS
ABRIL 2012
Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería 41