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Entrevista
ben serlo? ¿Tiene ahora el abogado
un acceso más cercano a las instalaciones?
R.- Probablemente el derecho a la
defensa sea uno de los más importantes
de los que ostentan los internos
el cual se desarrolla con la necesaria
intervención de los letrados.
A tal fin la normativa y la práctica
penitenciarias prestan las mayores
facilidades para el pleno ejercicio de
este derecho. De la misma forma los
reclusos pueden continuar los procedimientos
que tuvieren pendientes en
el momento de su ingreso en prisión
y podrán entablar nuevas acciones
procesales. Por lo tanto, el derecho a
la defensa en los procedimientos penales
se complementa con el derecho
al asesoramiento letrado en todo tipo
de procesos. De esta forma, el Centro
penitenciario y los abogados desarrollamos
tareas complementarias
y, efectivamente, podemos afirmar
que somos aliados en la prestación de
este servicio a los reclusos.
El ejercicio de estos derechos
quedaría incompleto si no
se complementara con
el derecho a la información
al recluso y
a su letrado sobre la
situación procesal y
penitenciaria de los
internos, para lo que el
Centro penitenciario,
con las garantías adecuadas,
tiene desarrollados
los procedimientos adecuados
para facilitar esta información. Un interno
puntualmente informado de su
situación procesal y que, además, celebre
con regularidad sus comunicaciones
familiares, está perfectamente
dispuesto para participar en las actividades
y programas del Centro, lo
que beneficia a todos.
Por otra parte, el Colegio de Abogados
de Almería ha evidenciado una
especial implicación en el asesoramiento
al recluso mediante el Servicio
de Orientación Jurídica Penitenciaria,
que está dando unos resultados
muy positivos.
P.- En el momento en que un ciudadano
ingresa en prisión ¿recibe
alguna información o asesoramiento
respecto a sus derechos y obligaciones
para con el resto de internos
o del conjunto del funcionariado?
R.- Efectivamente, toda persona que
ingresa en prisión, una vez que ha sido
atendida por los servicios médicos
del Establecimiento, es informada de
sus derechos y de sus obligaciones,
así como de los procedimientos para
hacerlos efectivos, sobre las normas
de convivencia en el Centro y los medios
para formular peticiones, quejas
y recursos. También se les entrega
un folleto con información general
sobre el Establecimiento penitenciario
y otro detallando el contenido
del Servicio de Orientación Jurídica
Penitenciaria. A los internos extranjeros
se les informa, además, de la
posibilidad de solicitar la aplicación
de tratados o convenios internacionales
suscritos por España para el
traslado a otros países de personas
condenadas y se les ofrece la posibilidad
de solicitar que se comunique
su estancia en prisión a la
representación diplomática
acreditada
en España del
“
La primera expectativa
sobre las prisiones es
que seamos capaces
de lograr la plena
reincorporación
social”
país correspondiente.
P.- La prisión
no es un
modelo únicamente
de custodia,
sino que debe
estar al servicio de la
reeducación y la reinserción
social a través del tratamiento penitenciario
entendido éste como
el correcto trabajo de un equipo
multidisciplinar de especialistas
con ese único objetivo, ¿es esto así
en la práctica?
R.- Por supuesto. El Sistema Penitenciario
Español se basa en el principio
constitucional de reeducación
y reinserción social mediante el tratamiento
penitenciario, entendido
éste como el conjunto de actividades
dirigidas a conseguir la citada reincorporación
social del recluso. Por
lo tanto, se trata de una intervención
multidisciplinar desde los distintos
ámbitos de las ciencias de la conducta,
principalmente. En definitiva, las
prisiones pretenden, con una intervención
multidisciplinar e integral
sobre el individuo, ofertarle posibilidades
y propuestas de participación
para devolverle a la sociedad libre
en las mejores condiciones posibles
para que respete la Ley penal. No
obstante, la reeducación social no
es la única finalidad que la Constitución
asigna a las prisiones. También
es de gran importancia la custodia
y la retención de los reclusos. La
seguridad de las prisiones, por propia
definición, es un componente
primordial y básico de las mismas
para regular la vida en colectividad
y hacer posible el logro del fin de la
reeducación social. Finalmente, no
olvidemos tampoco el fin punitivo o
de castigo, no de las prisiones, pero
sí de la pena privativa de libertad.
P.- ¿Qué esperan los ciudadanos
de una cárcel o qué debería esperar?
R.- Sin duda alguna, la primera expectativa
de los ciudadanos sobre
las prisiones es que seamos capaces
de lograr la plena reincorporación
social de los reclusos. En segundo
lugar, que las prisiones sean lugares
seguros para los propios internos y
que no se ponga en riesgo la seguridad
del resto de los ciudadanos.
Desgraciadamente, la cárcel es una
Institución que, en el momento actual,
se configura como un mal necesario
del que hoy día no se puede
prescindir. Por otra parte, la reeducación
social no es una tarea que
se haya atribuido en exclusiva a la
Institución Penitenciaria. Ésta por
sí sola no puede alcanzar los objetivos
constitucionales de reeducación
social necesitando, en todo caso, la
colaboración del colectivo social. En
este sentido, es de agradecer la participación
de colectivos externos de
colaboración penitenciaria que constituye
un componente muy valioso,
prácticamente imprescindible de
apoyo a la Institución Penitenciaria
en el logro de sus fines.
P.- Usted es el cuarto Director de
la prisión ¿qué se encontró en Al-
SALA DE TOGAS
ABRIL 2012
Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería 39