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Opinión
litización del arte. Menudo fin para la cultura pop. Símbolos,
un mero discurso de símbolos, carente de contenidos
que lo sustente ha sido suficiente para conseguir adormecer
conciencias y sumirnos en un estado de profundo
sonambulismo.
Una manzana mordida es el símbolo
de un falso progreso, un barbudo con
una toalla sucia en la cabeza lo es
del mal en todas sus manifestaciones,
y la palabra “CRISIS” la legitimación
de nuestra progresiva
perdida de la condición de ciudadanos,
o dicho de otro modo,
la justificación al proceso ya
iniciado en virtud del cual, todos
nosotros, a excepción de nuestros
sacrificados representantes,
tenemos que apretarnos el cinturón
y resignarnos perder coberturas de los
sistemas sanitario, educativo y asistencial,
sufrir la reducción de salarios, perder
empleos con pago de indemnizaciones irrisorias,
y presenciar atónitos como se congela el consumo y el
flujo del mercado interior, los ricos se hacen más ricos
y los pobres más pobres, y el ahorro se destina a dotar a
entidades bancarias de los fondos suficientes para retribuir
con emolumentos de vértigo a los mismos gestores que se
han jugado sus activos en actividades especulativas, animándoles
a seguir con su política de negar crédito a la
maltrecha pequeña empresa o desahuciar de sus viviendas
a familias caídas en desgracia, todo ello con el abrumador
respaldo de las urnas.
Mientras tanto el discurso político, por desgracia mayoritariamente
aceptado, lejos de liberar el pensamiento
hacía una esfera pública global intenta limitarlo a un paradigma
único, quedando circunscrito a una hipotética obligación
de toma de partido -“nosotros” versus “ellos”- que
atrofia nuestra capacidad para abordar juicios críticos.
Surge pues, la imperiosa necesidad de que los ciudadanos
tomen las riendas de sus propios destinos y arrebaten
el poder a quienes no han demostrado tener capacidad suficiente
para su ejercicio; por desgracia un buen número
de nuestros políticos jamás han ejercido profesión, oficio
o actividad empresarial alguna, a excepción de la intriga
en los pasillos de las sedes de sus respectivos partidos,
convertidos estos para algunos en agencias de colocación.
Tan solo treinta años han bastado para dilapidar la herencia
de la transición, quedando disuelta la política en favor
de la economía. Y ante este sombrío panorama, ¿tiene
algo que decir la justicia?
Citando a Javier Cercas, “Por desgracia la justicia es
otra cosa. Quiero decir que muchos tenemos la impresión
de que ella no ha hecho su transición, de que no es una
justicia verdaderamente democrática y continua siendo un
poder anquilosado, retrógrado, hermético e indigno de la
confianza de quienes lo pagamos”; pero esta es a fin de
cuentas la opinión de un escritor sobre la que no me voy
“
La semana pasada encontré
en la mesa de la Sala de Togas
de la nueva sede judicial un
panfleto anónimo denunciando,
entre otras muchas injusticias,
el que los emolumentos de los
abogados del turno de oficio
no alcanzan la cuantía
del salario mínimo
interprofesional...”
a pronunciar, porque, volviendo a citarlo, “sobre todo no
hay que sacar cabeza, porque inmediatamente te la cortan”.
¿Y la abogacía? porque esta claro que algún reto
se nos presenta. Y aquí no citaré a nadie pero
si contaré una anécdota..... la semana pasada
encontré en la mesa de la Sala de
Togas de la nueva sede judicial un
panfleto anónimo denunciando,
entre otras injusticias, el que los
emolumentos de los abogados
del turno de oficio no alcanzan
la cuantía del salario mínimo
interprofesional, de lo que se infiere
la existencia de algún compañero
tan confundido que, olvidando
lo poco que nos queda, ello
es, la independencia, se ha irrogado
la condición de personal laboral de la
administración autonómica, para terminar
tristemente tasando su toga en la suma de
seiscientos euros mensuales, más la parte proporcional
de pagas extra, el consabido mes de vacaciones, y
ya puestos, supongo que un horario de 09:00 h. a 15:00 h.
Sencillamente lamentable, pero bastante esclarecedor,
pues sirve para escenificar el que muy posiblemente nuestros
representantes constituyen el fiel reflejo de quienes
los sustentamos, no pudiendo evitar el acordarme de aquella
atracción que todos los años, uno tras otro, permanece
en un rincón olvidado del real de la feria, resistiendo decrépita
y a la vez desafiante el paso del tiempo y sucesivas
modas: la casa de los espejos. Y pensar que jamás la tomé
en serio….
Pero que no cunda el pánico porque, y se hace necesario
volver a mi rutina matutina, todas estas reflexiones se me
vienen a la cabeza bajo mi ya referido estado de mala uva,
el cual se me pasa una vez que salgo de la ducha y me afeito,
pues no hay nada, ante una situación que se presenta
difícil, como recurrir a la navaja de Ockham, y una vez ya
espabilado, paso a dar por buena la hipótesis más sencilla:
los ciudadanos no se van a dejar a pisotear, todavía quedan
muchos políticos absolutamente comprometidos con
la res pública y el interés general, a pie de juzgado son
muchos, la mayoría, los profesionales de la justicia, jueces,
secretarios, fiscales y funcionarios dispuestos a dar la
talla con unos medios escasos y un desbordante cúmulo de
trabajo y, finalmente, existe una abogacía dispuesta a dar
lo mejor de sí, para quienes el turno de oficio es su contribución
en defensa de los más desfavorecidos.
Tan solo queda el que todos aunemos esfuerzos en una
misma dirección, aunque solo sea para mirarnos los unos
a los otros con un poco de condescendencia en la casa de
los espejos.
Para quien tenga interés en abrir debate
mi e-mail es cm2256@icaalmeria.com
SALA DE TOGAS
ABRIL 2012
Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería 13