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Opinión<br />

cales), para convencer a alguno de los trabajadores para<br />

que se presentaran bajo sus siglas en las elecciones; los<br />

argumentos para convencer a los trabajadores para que<br />

se “apuntaran” en sus listas eran, la necesidad de<br />

contar con sindicatos fuertes, con muchos<br />

delegados para poder negociar con la<br />

patronal mejoras de las condiciones<br />

jurídico laborales y salariales de<br />

los trabajadores. Si el trabajador<br />

no quedaba convencido con ese<br />

argumento, se le daba el de la<br />

protección jurídica que la condición<br />

de delegado de personal<br />

le otorgaría la ley si era elegido.<br />

Una vez convencido el trabajador<br />

y celebradas las elecciones<br />

sindicales, los sindicatos que las<br />

ganaban se anotaban en sus estadísticas<br />

el número de delegados obtenidos<br />

y crecía en su condición de sindicato<br />

representativo y en las subvenciones<br />

que recibían del Estado, pero inmediatamente se<br />

olvidaban de los delegados y de las empresas, hasta las<br />

próximas elecciones. No aparecía ningún agente sindical<br />

(liberado) hasta que se acercaban las próximas elecciones.<br />

Por su parte el delegado electo, una vez conseguido<br />

su objetivo, algunos, no pocos, al detentar la protección<br />

legal otorgada a los delegados de personal, se olvidaban<br />

del sindicato bajo cuyas siglas habían concurrido a las<br />

elecciones e, igualmente, se olvidaban de los compañeros<br />

que los habían elegido, puesto que muchos de los<br />

delegados electos prefieren no afiliarse en los sindicatos<br />

por los que se presentaban; en realidad no se ha hecho<br />

una labor de seguimiento por parte del sindicatos, de la<br />

actividad sindical de sus delegados de personal ni una labor<br />

de formación sindical, y eran estos, en mejor de los<br />

casos, los que, por sus propios medios y como Dios les<br />

daba a entender, negociaban y, su caso, se enfrentaban<br />

con el empresario de turno.<br />

Esa era, casi exclusivamente, la acción sindical en el<br />

seno de las pequeñas empresas; ahora bien, a la hora de<br />

negociar el convenio colectivo, el sindicato que había<br />

obtenido, a través de las elecciones, por acumulación de<br />

delegados, la condición de sindicato representativo, obtiene<br />

la legitimación necesaria para negociar en nombre<br />

de todos los trabajadores el sector, pero aquí tampoco se<br />

preocupaban de examinar, con un mínimo de rigor, las<br />

circunstancias reales que vivían o sufrían los trabajadores<br />

de las pequeñas y medianas empresas pues no convocaban<br />

a sus delegados, antes de la negociación, para<br />

conocer la situación real del sector.<br />

Los órganos de dirección de los sindicatos y los encargados<br />

de sentarse en la mesa de negociación, normalmente<br />

liberados sindicales, deberían pensar que, conociendo<br />

la situación de las grandes empresas del sector,<br />

de las que, por otra parte, se nutre el cuerpo de liberados<br />

sindicales, podían y debían negociar el convenio con<br />

“<br />

Una vez convencido el<br />

trabajador y celebradas<br />

las elecciones sindicales, los<br />

sindicatos que las ganaban se<br />

anotaban en sus estadísticas el<br />

número de delegados obtenidos<br />

y crecía en su condición de<br />

sindicato representativo y<br />

en las subvenciones que<br />

recibían del Estado.”<br />

perfecto conocimiento de causa; craso error, se fijan los<br />

salarios en base a la evolución de las grandes empresas<br />

del sector, y se entendía como justo y necesario que, el<br />

Oficial 1º de una gran empresa con importantes<br />

beneficios, tenía que cobrar la misma cantidad<br />

y por los mismos conceptos que el<br />

oficial 1º de un empresa de 3 trabajadores<br />

cuyos beneficios podrían ser<br />

casi inexistentes.<br />

Todo ese conjunto de circunstancias<br />

y actitudes, que tengo la<br />

seguridad no se aparta mucho<br />

de la realidad, ha establecido<br />

en el ánimo de los trabajadores<br />

la sensación de que no se<br />

les hace ni puñetero caso, y que<br />

parezca que sólo existan y sean<br />

importantes durante los días anteriores<br />

a las elecciones sindicales,<br />

volviéndose invisibles, inmediatamente<br />

que se celebran. Eso ha provocado que los<br />

trabajadores, en su inmensa mayoría , incluidos<br />

los propios delegados de personal de las empresas de entre<br />

6 y 249 trabajadores, no se sientan representados por<br />

los sindicatos; es más, en muchas ocasiones consideran<br />

que el sindicato les perjudica en sus intereses personales<br />

y profesionales, con sus grandes acuerdos con los empresarios.<br />

Sin duda ese sentimiento, hace que seamos uno de<br />

los países de nuestro entorno, con menos densidad de<br />

afiliación sindical. Según el Ministerio de Empleo y la<br />

Seguridad Social en el 2003, sólo el 11,8% de los trabajadores<br />

estaban afiliados a algún sindicato. Según la<br />

Unión General de Trabajadores, en plena crisis económica,<br />

cuando el papel de la organizaciones sindicales debería<br />

ser patente y necesaria, la afiliación a los sindicatos<br />

descendió, así: en 2008 estaban afiliados el 17,4%; en el<br />

2009 el 17,2 %; y en el 2010 descendió hasta el 16,4 %;<br />

datos más que suficientes para que los dirigentes sindicales<br />

hubieran sospechado que los trabajadores españoles<br />

no consideran al sindicato como un ente que le pueda<br />

representar y ayudar en sus problemas.<br />

Fuente ( Análisis comparativo: afiliación a los sindicatos:<br />

relaciones laborales y trasformación de la fuerza<br />

de trabajo en la sociedad de la información” José A.<br />

Rodríguez<br />

Según un estudio publicado en la Revista Asturiana<br />

de Economía, por los profesores de la Universidad<br />

de Oviedo don César Rodríguez Gutiérrez y don Juan<br />

Prieto Rodríguez, en el sector privado el grado de satisfacción<br />

laboral de los afiliados a los sindicatos es inferior<br />

que los no afiliados; sin embargo, en el sector público, se<br />

invierte la tendencia, el hecho de estar afiliado a un sindicato<br />

ofrece mayor satisfacción laboral que el no estarlo;<br />

obviamente en el sector público la presencia sindical<br />

es más patente que en el privado.<br />

10<br />

ABRIL 2012<br />

SALA DE TOGAS<br />

Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería

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