El principe Lestat - Anne Rice
Rhoshamandes la Sangre con tanta elocuencia, a aquel sanador que había hecho milagros entre los pobres, que había estudiado las estrellas con un telescopio de bronce antes de que Copérnico se hiciera famoso por el mismo motivo. Este era Magnus, el amado de Notker de Prüm, más tarde iniciado en la Sangre por Benedict con deliberación y ternura. Notker aún estaba vivo en alguna parte, de eso Everard estaba seguro. Rhoshamandes había dicho que la música de Notker seguiría escuchándose en los Alpes cuando un millar de bebedores de sangre más viejos se hubieran ido a sus tumbas.
¡Magnus, convertido en fantasma! ¿Y el otro? Aquel Raymond Gallant, ¿quién había sido? —¿Oyes la Voz ahora? —preguntó el tal Raymond Gallant. —No —respondió Everard—. Se ha callado en cuanto os he visto. Se ha ido. No sé cómo lo sé, pero lo sé. De algún modo lo noto cuando dirige su rayo mágico hacia mí. Como si fuera una especie de láser. Procuró no mirar tan fijamente a aquellos dos. Incómodo, se volvió hacia Tesjamen. —¿Nunca te ha dicho nada acerca de su objetivo último? —le preguntó este —. ¿Te ha contado algún secreto?
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Rhoshamandes la Sangre con tanta<br />
elocuencia, a aquel sanador que había<br />
hecho milagros entre los pobres, que<br />
había estudiado las estrellas con un<br />
telescopio de bronce antes de que<br />
Copérnico se hiciera famoso por el<br />
mismo motivo.<br />
Este era Magnus, el amado de<br />
Notker de Prüm, más tarde iniciado en<br />
la Sangre por Benedict con deliberación<br />
y ternura. Notker aún estaba vivo en<br />
alguna parte, de eso Everard estaba<br />
seguro. Rhoshamandes había dicho que<br />
la música de Notker seguiría<br />
escuchándose en los Alpes cuando un<br />
millar de bebedores de sangre más<br />
viejos se hubieran ido a sus tumbas.