El principe Lestat - Anne Rice
sí, encubriendo herméticamente sus cavilaciones. Al fin, dijo con suavidad: —No debes hablarle a nadie de Viktor. Se refería al hijo biológico de Lestat. —Desde luego. Pero se sabrá. Se acabará sabiendo. Seguro que las gemelas ya lo saben a estas alturas. —Tal vez sí —dijo Seth—. O tal vez no. Quizá ya están más allá de cualquier preocupación por lo que nos suceda en este mundo. —Su voz no era fría ni hostil. Hablaba con un tono uniforme y educado—. Quizá no han venido aquí porque lo que hacemos les inspira
indiferencia. —En todo caso, debes mantener el secreto —dijo Fareed—. Nosotros pronto nos mudaremos desde este edificio a un complejo más protegido y aislado. Viktor estará allí más seguro. —¿No lleva una vida humana normal ese joven? —preguntó Gregory—. No es que pretenda cuestionar vuestro criterio. Solo lo estoy preguntando. —Mucho más de lo que podrías pensar, en realidad. Al fin y al cabo, durante el día está protegido por los guardaespaldas que le proporcionamos. Y, además, ¿qué ganaría nadie tomándolo como rehén? Uno ha de querer obtener algo antes de tomar un
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sí, encubriendo herméticamente sus<br />
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Al fin, dijo con suavidad:<br />
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Viktor.<br />
Se refería al hijo biológico de<br />
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—Desde luego. Pero se sabrá. Se<br />
acabará sabiendo. Seguro que las<br />
gemelas ya lo saben a estas alturas.<br />
—Tal vez sí —dijo Seth—. O tal vez<br />
no. Quizá ya están más allá de cualquier<br />
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este mundo. —Su voz no era fría ni<br />
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educado—. Quizá no han venido aquí<br />
porque lo que hacemos les inspira