El principe Lestat - Anne Rice
su pañuelo y lo alzó temblando, sin ver nada. Ellos estaban cerca. La multitud de humanos le tenía sin cuidado. Oyó aquel corazón poderoso, aquel anciano corazón que tenía que ser el corazón de Armand. Una piel de frialdad sobrenatural tocó la suya. Alguien le había quitado el pañuelo de la mano y le estaba secando los ojos, limpiando los regueros de sangre que tenía en la cara. Abrió los ojos. Era Armand. Pelo castaño rojizo, cara de adolescente y los ojos oscuros y ardientes de un inmortal que había vagado por el mundo durante medio milenio. Ah, esa era en verdad la cara
de un serafín sacada directamente del techo de una iglesia. «Mi vida está en tus manos». A uno y otro lado, había gente aplaudiendo, hombres y mujeres que lo ovacionaban por su actuación: gente inocente que no sabía lo que él era. Gente que ni siquiera había reparado en esas lágrimas de sangre que fatalmente lo delataban. La noche relucía con la luz de las farolas, con las hileras interminables de ventanas iluminadas, y el calor del día se elevaba del pavimento, y los tiernos arbolitos soltaban sus hojas diminutas bajo una brisa cálida. —Ven adentro —le dijo Armand en
- Page 528 and 529: permanecía en silencio. Y también
- Page 530 and 531: Claudia». Pero ellos se habían vu
- Page 532 and 533: Acababa de leer el último libro de
- Page 534 and 535: su preciosa y elegante casa de made
- Page 536 and 537: sabido decirlo. Un encantador fondo
- Page 538 and 539: podía oírlo, débilmente pero sin
- Page 540 and 541: daño a nadie. Juntaos contra los q
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- Page 548 and 549: todo, era una soledad extrema. Sab
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su pañuelo y lo alzó temblando, sin ver<br />
nada.<br />
<strong>El</strong>los estaban cerca. La multitud de<br />
humanos le tenía sin cuidado. Oyó aquel<br />
corazón poderoso, aquel anciano<br />
corazón que tenía que ser el corazón de<br />
Armand. Una piel de frialdad<br />
sobrenatural tocó la suya. Alguien le<br />
había quitado el pañuelo de la mano y le<br />
estaba secando los ojos, limpiando los<br />
regueros de sangre que tenía en la cara.<br />
Abrió los ojos.<br />
Era Armand. Pelo castaño rojizo,<br />
cara de adolescente y los ojos oscuros y<br />
ardientes de un inmortal que había<br />
vagado por el mundo durante medio<br />
milenio. Ah, esa era en verdad la cara