El principe Lestat - Anne Rice
no funcionó. Llegó la aurora, e hice lo único que podía hacer: cortarle la cabeza y enterrarla. Le había prometido a ella la vida eterna y tuve que hacer eso. Se había convertido en una zombi; ni siquiera podía hablar y no le latía el corazón, pero no estaba muerta. Antoine se estremeció. Él nunca había tenido el valor de intentarlo. Pero si aquello era cierto, si no quedaba la más mínima esperanza de acabar con la soledad creando a otro, entonces, bueno, con mayor motivo debía seguir adelante. Killer se rio por lo bajini. —Antes —dijo—, cuando yo me dedicaba a reclutar miembros para la Banda del Colmillo, era facilísimo, pero
ahora hay escoria y chusma por todas partes, e incluso si los conviertes, ellos se revuelven contra ti, te roban, te traicionan y se largan con otro. Te digo que son necesarias estas masacres. Son necesarias. Hay malvados que están vendiendo la Sangre. ¿Puedes creerlo? Vendiendo la Sangre. O lo hacían entonces, al menos. Supongo que se habrán agotado también y que ahora estarán huyendo como todos para salvar el pellejo. Killer le suplicó de nuevo que se quedara con él. —Por lo que yo sé, Armand y Louis y Lestat están juntos en esto —dijo Killer—. Quizá son ellos mismos, los
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no funcionó. Llegó la aurora, e hice lo<br />
único que podía hacer: cortarle la<br />
cabeza y enterrarla. Le había prometido<br />
a ella la vida eterna y tuve que hacer<br />
eso. Se había convertido en una zombi;<br />
ni siquiera podía hablar y no le latía el<br />
corazón, pero no estaba muerta.<br />
Antoine se estremeció. Él nunca<br />
había tenido el valor de intentarlo. Pero<br />
si aquello era cierto, si no quedaba la<br />
más mínima esperanza de acabar con la<br />
soledad creando a otro, entonces, bueno,<br />
con mayor motivo debía seguir adelante.<br />
Killer se rio por lo bajini.<br />
—Antes —dijo—, cuando yo me<br />
dedicaba a reclutar miembros para la<br />
Banda del Colmillo, era facilísimo, pero