El principe Lestat - Anne Rice

09.12.2015 Views

de viviendas privadas. Ahora volvía a componer su propia música. En su apasionado fervor, rompía las teclas y a veces las cuerdas del piano. Se produjo otra Quema terrible en Taiwán. Ahora Benji estaba abiertamente indignado mientras pedía a los ancianos que arrojaran luz sobre lo que le estaba ocurriendo a la tribu. «Lestat, ¿dónde estás? ¿No puedes ser tú nuestro defensor contra las fuerzas de la destrucción? ¿O acaso eres tú mismo el que se ha convertido en un Caín, en el asesino de tus hermanos y hermanas?»

Al menos Antoine tenía ahora el dinero suficiente para comprarse un violín de buena calidad. Se fue al campo a tocar bajo las estrellas. Interpretó piezas de Stravinsky y de Bartók que había aprendido oyendo grabaciones. Tenía la cabeza llena de aquellas nuevas disonancias y gemidos de la música moderna. Entendía ese lenguaje tonal, esa estética. Hablaba del miedo, del dolor; del miedo que se había convertido en terror, del dolor que se había convertido en la sangre misma de sus venas. Tenía que encontrar a Benji y Sybelle. Lo que lo impulsaba, por encima de

de viviendas privadas.<br />

Ahora volvía a componer su propia<br />

música. En su apasionado fervor, rompía<br />

las teclas y a veces las cuerdas del<br />

piano.<br />

Se produjo otra Quema terrible en<br />

Taiwán.<br />

Ahora Benji estaba abiertamente<br />

indignado mientras pedía a los ancianos<br />

que arrojaran luz sobre lo que le estaba<br />

ocurriendo a la tribu.<br />

«<strong>Lestat</strong>, ¿dónde estás? ¿No puedes<br />

ser tú nuestro defensor contra las fuerzas<br />

de la destrucción? ¿O acaso eres tú<br />

mismo el que se ha convertido en un<br />

Caín, en el asesino de tus hermanos y<br />

hermanas?»

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