El principe Lestat - Anne Rice
vez más que le había roto el corazón, que lo había decepcionado tanto. —He sufrido la mayor decepción de mi vida, Rose —dijo—. Y yo quería que contigo fuera todo distinto, completamente distinto. De entre todas las flores del campo, tú eres la más bella, Rose, la más bella. Se acercó mientras ella hacía un esfuerzo para incorporarse. —Ahora vamos a beber esto juntos. Rose intentó escabullirse hacia atrás, alejarse de él, levantarse de la cama, pero Gardner la sujetó de la muñeca con la mano derecha, mientras mantenía el vaso en alto con la izquierda, poniéndolo fuera de su
alcance. —Basta ya, Rose —gruñó con los dientes apretados—. Por el amor de Dios, afróntalo con dignidad. De pronto, un par de faros iluminaron las ventanas del dormitorio principal. Rose empezó a gritar con todas sus fuerzas. No era como en esas pesadillas en las que intentas gritar y no puedes. Ella chillaba a pleno pulmón. Los gritos salían de su garganta como una erupción incontrolable. Él la atrajo a rastras hacia sí mientras seguía con su letanía, gritando por encima de los chillidos de Rose. —¡Eres la decepción más horrible
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vez más que le había roto el corazón,<br />
que lo había decepcionado tanto.<br />
—He sufrido la mayor decepción de<br />
mi vida, Rose —dijo—. Y yo quería que<br />
contigo fuera todo distinto,<br />
completamente distinto. De entre todas<br />
las flores del campo, tú eres la más<br />
bella, Rose, la más bella.<br />
Se acercó mientras ella hacía un<br />
esfuerzo para incorporarse.<br />
—Ahora vamos a beber esto juntos.<br />
Rose intentó escabullirse hacia<br />
atrás, alejarse de él, levantarse de la<br />
cama, pero Gardner la sujetó de la<br />
muñeca con la mano derecha, mientras<br />
mantenía el vaso en alto con la<br />
izquierda, poniéndolo fuera de su