El principe Lestat - Anne Rice
citas bien los nombres! —exclamó. Sacó un voluminoso libro de tapa dura—. ¡Es Lestat, maldita sea —dijo, acercándose a la cama—, y no Lestan! Y «Louie» es Louis de Pointe du Lac. ¡Si vas a contarme absurdas historias infantiles, cuéntamelas bien, maldita sea! Le arrojó el libro con furia. Antes de que Rose pudiera agacharse, el lomo le dio en la frente. Notó un dolor agudo y penetrante que se extendía por su piel y por toda su cabeza. Estaba atónita. Enloquecida de dolor. El libro cayó sobre la colcha. Lestat el vampiro era su título. Era bastante viejo y la sobrecubierta estaba desgarrada.
Gardner había vuelto a la repisa de la chimenea y estaba gimiendo de nuevo. Luego volvió a la carga. —¡Qué decepción tan enorme! ¡Y precisamente esta noche entre todas las noches, Rose, esta noche! No puedes ni siquiera hacerte una idea de cómo me has fallado. No te haces una idea de lo decepcionado que estoy. Me merecía algo más, Rose. ¡Me merecía mucho más! Ella seguía en la cama, temblando. Estaba rabiosa. La cabeza seguía doliéndole. Le enfurecía que él le hubiera arrojado el libro, que se lo hubiera tirado a la cara y la hubiese lastimado de aquella manera.
- Page 368 and 369: vigilantes de sus guardianas, no lo
- Page 370 and 371: él. Forcejeó con toda su alma, gr
- Page 372 and 373: terminar su vida, pensó. Y quizás
- Page 374 and 375: de este hombre eran verdes. Se le a
- Page 376 and 377: —Soy amigo de tu tío, Rose —di
- Page 378 and 379: enfermera. Rose parpadeó con los o
- Page 380 and 381: nunca había pretendido hacer daño
- Page 382 and 383: Nueva York, su vehemente deseo de e
- Page 384 and 385: Su hogar incluyó enseguida un ama
- Page 386 and 387: Broadway y a muchas de las obras te
- Page 388 and 389: Ella nunca le había contado a nadi
- Page 390 and 391: peligro, supuestamente, de converti
- Page 392 and 393: Problemáticos y sobre otros escán
- Page 394 and 395: arreglado, y Rose y Marge se mudaro
- Page 396 and 397: Su padre y su madre habían falleci
- Page 398 and 399: hogar para su esposo y sus hijos, p
- Page 400 and 401: Y de repente se transformó en un t
- Page 402 and 403: ocupada con otras cosas. Y después
- Page 404 and 405: Deseaba desesperadamente hablar con
- Page 406 and 407: dedos, y se estremeció. Rose habr
- Page 408 and 409: como los demás chóferes, y dejó
- Page 410 and 411: alfombra, y cruzaron un oscuro corr
- Page 412 and 413: ¿Cómo podía llegar a ser algo ta
- Page 414 and 415: deseaba escucharla. Ella se sentía
- Page 416 and 417: gemido. Con cautela, Rose se sentó
- Page 420 and 421: Se bajó de la cama, con piernas va
- Page 422 and 423: haber creído que podía contarle s
- Page 424 and 425: entrega de una serie de novelas. En
- Page 426 and 427: solo en voz baja. Al llegar el vier
- Page 428 and 429: ni en videntes, ni en brujas ni en
- Page 430 and 431: como el arrebato de Gardner de insu
- Page 432 and 433: desde luego era la mejor manera de
- Page 434 and 435: de esos extraños y románticos des
- Page 436 and 437: Marge para cenar temprano. Empezaba
- Page 438 and 439: libro a la cara. Sin decir palabra,
- Page 440 and 441: Gardner le arrebató el bolso y, ba
- Page 442 and 443: manos y tiró con fuerza, como él
- Page 444 and 445: vez más que le había roto el cora
- Page 446 and 447: de mi vida! —gritó—. ¡Y ahora
- Page 448 and 449: Los dos hombres se peleaban, destro
- Page 450 and 451: administrarle a Rose «la ardiente
- Page 452 and 453: el pasillo; más voces cerca, casi
- Page 454 and 455: Ahora estaba soñando otra vez. Una
- Page 456 and 457: acercó a la cama. Ah, qué extraor
- Page 458 and 459: peculiar, le explicó que la tía M
- Page 460 and 461: como si estuviera soñando. Sintió
- Page 462 and 463: castaños de expresión compasiva.
- Page 464 and 465: —¿El hijo del tío Lestan? — e
- Page 466 and 467: No le importaba quién fuera la ví
Gardner había vuelto a la repisa de<br />
la chimenea y estaba gimiendo de nuevo.<br />
Luego volvió a la carga.<br />
—¡Qué decepción tan enorme! ¡Y<br />
precisamente esta noche entre todas las<br />
noches, Rose, esta noche! No puedes ni<br />
siquiera hacerte una idea de cómo me<br />
has fallado. No te haces una idea de lo<br />
decepcionado que estoy. Me merecía<br />
algo más, Rose. ¡Me merecía mucho<br />
más!<br />
<strong>El</strong>la seguía en la cama, temblando.<br />
Estaba rabiosa. La cabeza seguía<br />
doliéndole. Le enfurecía que él le<br />
hubiera arrojado el libro, que se lo<br />
hubiera tirado a la cara y la hubiese<br />
lastimado de aquella manera.