El principe Lestat - Anne Rice
—Ten por seguro que los escogen con todo cuidado. Los investigadoresvampiro a los que conocí eran todos unos sabios totalmente idiotas: gente obsesionada y centrada en su campo, desprovista de grandes ambiciones, fascinada con el estudio al microscopio de nuestra sangre. —Ese es también el proyecto central de Fareed, ¿no? —dije—. Estudiar nuestra sangre, la Sangre, ¿verdad? —Es un propósito frustrante, por lo que deduzco, puesto que, sea lo que sea físicamente el Germen Sagrado, no podemos verlo. Si está compuesto de células, son infinitamente más pequeñas que las que podemos visualizar. Así que
Fareed está trabajando más bien con las propiedades de la sangre. David siguió divagando, pero aquello era poesía científica de nuevo, y yo no era capaz de asimilarla. —¿Crees que siguen allí, en el mismo lugar? —Me consta que están allí —dijo—. Probaron primero otros lugares que no funcionaron. Quizá por eso no los encontré cuando los andaba buscando. —Están allí. Los podrás localizar fácilmente. De hecho, se alegrarían muchísimo si fueras a verlos. La noche estaba llegando a su fin. Los paparazzi se habían retirado a sus
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Fareed está trabajando más bien con las<br />
propiedades de la sangre.<br />
David siguió divagando, pero<br />
aquello era poesía científica de nuevo, y<br />
yo no era capaz de asimilarla.<br />
—¿Crees que siguen allí, en el<br />
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—Me consta que están allí —dijo—.<br />
Probaron primero otros lugares que no<br />
funcionaron.<br />
Quizá por eso no los encontré<br />
cuando los andaba buscando.<br />
—Están allí. Los podrás localizar<br />
fácilmente. De hecho, se alegrarían<br />
muchísimo si fueras a verlos.<br />
La noche estaba llegando a su fin.<br />
Los paparazzi se habían retirado a sus