El principe Lestat - Anne Rice
eres sin duda el maestro consumado. —Estoy completamente dispuesto — dijo Gregory. —A los neófitos menos avispados que hay por ahí, debemos ayudarles a obtener los documentos necesarios para moverse de un sitio a otro en el mundo físico. Debemos hacer todo lo posible para detener la proliferación de una casta de vampiros vagabundos que merodean por el mundo desesperados. Benji estaba entusiasmado con todas estas decisiones. Pero se quedó atónito cuando me volví hacia él. —Y tú, Benjamin, debes ser a partir de ahora nuestro ministro de Comunicación, obviamente. Y en
cualquier parte del mundo donde me encuentre, me pondré en contacto contigo, aquí, en tu cuartel general, cada noche. Debemos hablar, tú y yo, sobre el programa de radio y la página web, y sobre cualquier otra cosa que podamos hacer por Internet para reunir a las ovejas descarriadas en la Sangre. —¡Sí! —dijo con júbilo, alzándose el sombrero a modo de saludo. Era la primera vez que veía su adorable carita redonda y su mata de pelo rizado totalmente descubiertos. —Notker —dije—. Tú te has traído a tus músicos, a tus cantantes y tus violinistas, que se han sumado a Sybelle y Antoine y nos han brindado el
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- Page 1700 and 1701: —¿Qué otra posibilidad puede ha
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- Page 1706 and 1707: ahora parecía de piedra. Su cara s
- Page 1708 and 1709: ojo arrancado había caído al suel
- Page 1710 and 1711: amortiguado, a lo lejos. Su cuerpo
- Page 1712 and 1713: estuviera saliendo a borbotones de
- Page 1714 and 1715: se había derrumbado sobre el lado
- Page 1716 and 1717: mundo entero. Nunca habían parecid
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eres sin duda el maestro consumado.<br />
—Estoy completamente dispuesto —<br />
dijo Gregory.<br />
—A los neófitos menos avispados<br />
que hay por ahí, debemos ayudarles a<br />
obtener los documentos necesarios para<br />
moverse de un sitio a otro en el mundo<br />
físico. Debemos hacer todo lo posible<br />
para detener la proliferación de una<br />
casta de vampiros vagabundos que<br />
merodean por el mundo desesperados.<br />
Benji estaba entusiasmado con todas<br />
estas decisiones. Pero se quedó atónito<br />
cuando me volví hacia él.<br />
—Y tú, Benjamin, debes ser a partir<br />
de ahora nuestro ministro de<br />
Comunicación, obviamente. Y en