El principe Lestat - Anne Rice
ahora también noto cuándo está ahí simplemente, aunque no diga nada. Es como si un dedo te presionara el cuero cabelludo, o la mejilla, o el lóbulo de la oreja. Está ahí. Marius me miró exasperado, luego claramente furioso. —Al menos ha interrumpido sus despiadadas intromisiones ahí fuera — dijo—. Eso es lo que importa. —Señaló hacia la calle, donde los jóvenes se aglomeraban, y, en general, hacia el ancho mundo que se extendía en todas direcciones. —Supongo que sería absurdo que te escribiera ahora un mensaje en un papel —dijo Marius—, porque él puede leerlo
a través de tus ojos. Pero ¿por qué no iniciar a esos dos jóvenes hasta que no estemos seguros de que esa cosa ya no va a destruir a la tribu entera? —Él nunca ha deseado hacer tal cosa —dije—. Y no hay una solución definitiva mientras él exista. Incluso dentro del más bondadoso de los huéspedes, puede continuar maquinando, desplazándose, instigando. No veo qué manera hay de ponerle fin a todo esto. Excepto una. —¿Cuál? —Que ese espíritu llegue a tener una visión más amplia, un objetivo infinitamente mayor en el que ocupar su mente.
- Page 1624 and 1625: la pintura reciente. Como es habitu
- Page 1626 and 1627: escuchar, porque lo cierto es que p
- Page 1628 and 1629: empezado a recibir clases de Histor
- Page 1630 and 1631: los siglos. En fin, Benedict es cr
- Page 1632 and 1633: aparecido en el descansillo de la e
- Page 1634 and 1635: que ella me ha confundido contigo.
- Page 1636 and 1637: ienintencionados pueden matar a los
- Page 1638 and 1639: sospecho que la mayoría de bebedor
- Page 1640 and 1641: agudizado la atracción que Viktor
- Page 1642 and 1643: le hacía falta descansar. Pero aú
- Page 1644 and 1645: sentido. No: debía pensar en nosot
- Page 1646 and 1647: sobrellevado los acontecimientos de
- Page 1648 and 1649: decisión, si quieres, y luego ya s
- Page 1650 and 1651: Estaba convencido de que la Voz emp
- Page 1652 and 1653: lo sabía. Me llamo Amel».
- Page 1654 and 1655: Yo me sentía muy orgulloso de mi a
- Page 1656 and 1657: era el espíritu que animaba a todo
- Page 1658 and 1659: malhechores, nunca a los inocentes.
- Page 1660 and 1661: destruirnos unos a otros. Eso nunca
- Page 1662 and 1663: —Esto es el principio —dije—.
- Page 1664 and 1665: Benedict iban a ser liberados. Hab
- Page 1666 and 1667: ofendía esta reunión tan civiliza
- Page 1668 and 1669: esos pensamientos. Así que este ne
- Page 1670 and 1671: desordenado, en el edificio central
- Page 1672 and 1673: dispuesto. Y así se lo he comunica
- Page 1676 and 1677: —Pero ¿él lo desea? —pregunt
- Page 1678 and 1679: —¿Y si lo hago con un poco de ce
- Page 1680 and 1681: entrada —dijo—: llevaré a cabo
- Page 1682 and 1683: Se levantó de la mesa y me exhort
- Page 1684 and 1685: pero lo noto cuando no soy yo mismo
- Page 1686 and 1687: la chimenea. Estaba pensando en las
- Page 1688 and 1689: volvía a expandirse sin adquirir u
- Page 1690 and 1691: Adquirió ante mis ojos el tamaño
- Page 1692 and 1693: labios. Ahora el espejo entero esta
- Page 1694 and 1695: en las hojas, en los arbustos. —
- Page 1696 and 1697: fibra mi ser, presionando el crista
- Page 1698 and 1699: con las manos entrelazadas bajo el
- Page 1700 and 1701: —¿Qué otra posibilidad puede ha
- Page 1702 and 1703: dije, pidiendo paciencia con un ges
- Page 1704 and 1705: ciudades lejanas y que aún ansiaba
- Page 1706 and 1707: ahora parecía de piedra. Su cara s
- Page 1708 and 1709: ojo arrancado había caído al suel
- Page 1710 and 1711: amortiguado, a lo lejos. Su cuerpo
- Page 1712 and 1713: estuviera saliendo a borbotones de
- Page 1714 and 1715: se había derrumbado sobre el lado
- Page 1716 and 1717: mundo entero. Nunca habían parecid
- Page 1718 and 1719: y definidos: cada ser individual ir
- Page 1720 and 1721: volveré a estar solo». —No, nun
- Page 1722 and 1723: ¡Hemos vuelto a nacer! —Príncip
ahora también noto cuándo está ahí<br />
simplemente, aunque no diga nada. Es<br />
como si un dedo te presionara el cuero<br />
cabelludo, o la mejilla, o el lóbulo de la<br />
oreja. Está ahí.<br />
Marius me miró exasperado, luego<br />
claramente furioso.<br />
—Al menos ha interrumpido sus<br />
despiadadas intromisiones ahí fuera —<br />
dijo—. Eso es lo que importa. —Señaló<br />
hacia la calle, donde los jóvenes se<br />
aglomeraban, y, en general, hacia el<br />
ancho mundo que se extendía en todas<br />
direcciones.<br />
—Supongo que sería absurdo que te<br />
escribiera ahora un mensaje en un papel<br />
—dijo Marius—, porque él puede leerlo