El principe Lestat - Anne Rice

09.12.2015 Views

esos pensamientos. Así que este neófito, me dije, odia a su hacedor. ¿Por qué? ¿Era a causa de Maharet? Lentamente, sin volver la cabeza, Everard alzó la vista hacia mí. Su mente enmudeció durante un instante y a continuación capté que me respondía: en efecto, odiaba a Rhoshamandes, pero por más motivos de los que sería capaz de enumerar. ¿Cómo demonios podía mantener el orden un Príncipe entre seres tan poderosos? La conciencia de lo absolutamente imposible que era me abrumó de golpe. Di media vuelta y los dejé

enfrascados en su conversación. Arriba de todo, Sybelle estaba tocando. Debía de ser en el estudio. Seguramente Benji estaba haciendo un alto en la emisión con su música. La melodía era reconfortante. La escuché poniendo en ello todo mi ser; solo se oían leves murmullos en las diversas estancias que componían la magnífica mansión. Estaba muy cansado, espantosamente cansado. Quería ver a Rose y Viktor, pero no antes de haber hablado con Marius. Lo encontré en una biblioteca muy diferente de aquella otra que tanto me gustaba: un sitio más polvoriento y

enfrascados en su conversación.<br />

Arriba de todo, Sybelle estaba<br />

tocando. Debía de ser en el estudio.<br />

Seguramente Benji estaba haciendo un<br />

alto en la emisión con su música. La<br />

melodía era reconfortante. La escuché<br />

poniendo en ello todo mi ser; solo se<br />

oían leves murmullos en las diversas<br />

estancias que componían la magnífica<br />

mansión.<br />

Estaba muy cansado, espantosamente<br />

cansado. Quería ver a Rose y Viktor,<br />

pero no antes de haber hablado con<br />

Marius.<br />

Lo encontré en una biblioteca muy<br />

diferente de aquella otra que tanto me<br />

gustaba: un sitio más polvoriento y

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