El principe Lestat - Anne Rice
Yo me sentía muy orgulloso de mi apuesto Antoine, orgulloso de sus composiciones, de su maestría con el piano y el violín, de su destreza con todos estos equipos modernos. Pero ahora no había tiempo para un verdadero reencuentro con él. Eso habría de esperar. Desde luego, procuraría mantenerlo cerca de mí cuando todo terminara. Era mi neófito, y pensaba responsabilizarme totalmente de él. Pero ahora lo que tenía en la cabeza era el programa. Benji me recordó que nos estaban escuchando vampiros de todo el mundo; que incluso los neófitos que se agolpaban abajo, en la calle,
podían oír el programa a través de sus teléfonos móviles, y que mis comentarios serían grabados y reproducidos una y otra vez a lo largo del día siguiente. Cuando me dio la señal, empecé a hablar en voz baja, muy por debajo de la frecuencia que los oídos mortales pueden captar. Expliqué que Viktor, la infortunada víctima del secuestro perpetrado por un bebedor de sangre, estaba con nosotros sano y salvo, y que el orden en nuestro mundo había quedado restablecido. Les dije a los vampiros de todo el mundo quién era la Voz y les expuse varios sistemas de defenderse contra sus maquinaciones. Les expliqué que Amel
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- Page 1610 and 1611: embriagadora. El cielo brillaba en
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- Page 1652 and 1653: lo sabía. Me llamo Amel».
- Page 1656 and 1657: era el espíritu que animaba a todo
- Page 1658 and 1659: malhechores, nunca a los inocentes.
- Page 1660 and 1661: destruirnos unos a otros. Eso nunca
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podían oír el programa a través de sus<br />
teléfonos móviles, y que mis<br />
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Expliqué que Viktor, la infortunada<br />
víctima del secuestro perpetrado por un<br />
bebedor de sangre, estaba con nosotros<br />
sano y salvo, y que el orden en nuestro<br />
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