El principe Lestat - Anne Rice

09.12.2015 Views

4 Problemas en la Talamasca y en la Gran Familia Benji llevaba bastante tiempo emitiendo su programa cuando me encontré por fin en París con Jesse Reeves y David Talbot. Yo había escuchado la petición telepática que David le había dirigido a la vampira Jesse Reeves para que acudiera a su encuentro. Era una especie de mensaje cifrado. Solo alguien que

supiera que ambos bebedores de sangre habían sido miembros de la antigua Orden de la Talamasca lo habría entendido: David llamando a su pelirroja colega para que hiciera el favor de reunirse con él, con su viejo mentor, si era tan amable, pues la había estado buscando en vano y tenía que darle noticias sobre sus antiguos compatriotas. David había llegado al extremo de mencionar un café de la Rive Gauche como punto de encuentro —un local que ambos habían conocido en otra época, «en aquellos tiempos de esplendor»— y se comprometía a permanecer allí de guardia por las noches hasta que se encontraran por fin

supiera que ambos bebedores de sangre<br />

habían sido miembros de la antigua<br />

Orden de la Talamasca lo habría<br />

entendido: David llamando a su<br />

pelirroja colega para que hiciera el<br />

favor de reunirse con él, con su viejo<br />

mentor, si era tan amable, pues la había<br />

estado buscando en vano y tenía que<br />

darle noticias sobre sus antiguos<br />

compatriotas. David había llegado al<br />

extremo de mencionar un café de la Rive<br />

Gauche como punto de encuentro —un<br />

local que ambos habían conocido en otra<br />

época, «en aquellos tiempos de<br />

esplendor»— y se comprometía a<br />

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noches hasta que se encontraran por fin

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