El principe Lestat - Anne Rice
años que había sido cuando recibió el Don Oscuro. —Lamento mucho —dijo Lestat a la multitud con su voz más auténtica y persuasiva— que me haya costado tanto tiempo entrar en razón, conocer vuestras necesidades y comprender vuestra desesperación. Perdonadme por haberos fallado en el pasado, por haber huido de vosotros, por haberme ocultado de aquellos cuyo amor busqué y luego defraudé. Ahora estoy aquí y os digo que sobreviviremos a esta crisis, ¿me oís?, y que Benji Mahmoud tiene razón. ¡La verdad está en la boca de los niños! Él tiene razón. «¡El infierno no ejercerá su dominio sobre nosotros!»
Nuevamente se alzó un gran clamor, como si una tempestad se hubiera abatido sobre aquella calle angosta. ¿Qué demonios debían pensar de este tumulto los mortales de los edificios de enfrente? ¿Y los conductores de los pocos coches que trataban de abrirse paso hacia Lexington o Madison? ¿Qué importaba? Esto era Manhattan, y aquí una multitud de tamaño semejante podía formarse espontáneamente frente a un club nocturno, o en la inauguración de una galería de arte, o a causa de una boda. Además, ¿acaso no sabían escabullirse rápidamente del mundo de los mortales cuando era necesario? Ah, qué osadía
- Page 1426 and 1427: hacia Rose y se acercó a ella, per
- Page 1428 and 1429: dormitorio y la depositaba con sumo
- Page 1430 and 1431: en voz baja. Notó que Louis le pon
- Page 1432 and 1433: 21 Rhoshamandes LA ESTRATAGEMA DEL
- Page 1434 and 1435: inmediatamente a través de las ond
- Page 1436 and 1437: secuestrado a uno de los nuestros.
- Page 1438 and 1439: de hundir el machete en el cráneo
- Page 1440 and 1441: varias mantas mullidas, y una almoh
- Page 1442 and 1443: paranormales. Rhoshamandes no creí
- Page 1444 and 1445: jirones sus despojos. Y lo haré de
- Page 1446 and 1447: abrumador y la había depositado so
- Page 1448 and 1449: que no le molestaba el pañuelo de
- Page 1450 and 1451: Maharet. Rhosh ya se había cansado
- Page 1452 and 1453: como los vientos de los mares del n
- Page 1454 and 1455: tu energía giran dentro de ti con
- Page 1456 and 1457: nunca he torturado a un ser humano.
- Page 1458 and 1459: a arrojarse con su hermana en el vo
- Page 1460 and 1461: tumba de escasa profundidad; la cas
- Page 1462 and 1463: 22 Gregory TRINITY GATE HEREDARÁS
- Page 1464 and 1465: delante para estar juntos, ellos y
- Page 1466 and 1467: duda. ¿Cómo se las había arregla
- Page 1468 and 1469: estaban junto a Gregory, daban mues
- Page 1470 and 1471: Rose, la tierna y aterrorizada Rose
- Page 1472 and 1473: semejante entusiasmo. Desafiando la
- Page 1474 and 1475: tuvieran paciencia. En torno a Greg
- Page 1478 and 1479: hacía falta para salir allí y hab
- Page 1480 and 1481: estadios deportivos. ¡Uuuh, uuuh,
- Page 1482 and 1483: derecha, Lestat retrocedió poco a
- Page 1484 and 1485: Arjun con tono educado, acercándos
- Page 1486 and 1487: 23 Lestat UNA MULTITUD DE CONSEJERO
- Page 1488 and 1489: esperando sin decir palabra. Daniel
- Page 1490 and 1491: seguir lo que ocurra aquí. Tú des
- Page 1492 and 1493: permanecían en un lado, junto a la
- Page 1494 and 1495: similar, estaba Daniel, ahora total
- Page 1496 and 1497: esto —dijo Sevraine. Otra bebedor
- Page 1498 and 1499: —No saldrá de aquí nada efectiv
- Page 1500 and 1501: En el fondo de mi mente, surgió fu
- Page 1502 and 1503: elegido para ejercer la voluntad de
- Page 1504 and 1505: —Es un bebedor de sangre que nunc
- Page 1506 and 1507: noches oscuras de los comienzos, al
- Page 1508 and 1509: los jóvenes y los débiles, y que
- Page 1510 and 1511: altos y ceñidos y una larga ringle
- Page 1512 and 1513: cualquiera de nosotros, y ver a tra
- Page 1514 and 1515: que me había encontrado en el comp
- Page 1516 and 1517: familiar de Mekare, que entró en A
- Page 1518 and 1519: —A mí me visitó —dijo—. Me
- Page 1520 and 1521: paz, pero no es débil —dijo Greg
- Page 1522 and 1523: ¿Oye los sonidos con más nitidez?
- Page 1524 and 1525: azón —dijo Marius con un destell
Nuevamente se alzó un gran clamor,<br />
como si una tempestad se hubiera<br />
abatido sobre aquella calle angosta.<br />
¿Qué demonios debían pensar de este<br />
tumulto los mortales de los edificios de<br />
enfrente? ¿Y los conductores de los<br />
pocos coches que trataban de abrirse<br />
paso hacia Lexington o Madison?<br />
¿Qué importaba? Esto era<br />
Manhattan, y aquí una multitud de<br />
tamaño semejante podía formarse<br />
espontáneamente frente a un club<br />
nocturno, o en la inauguración de una<br />
galería de arte, o a causa de una boda.<br />
Además, ¿acaso no sabían escabullirse<br />
rápidamente del mundo de los mortales<br />
cuando era necesario? Ah, qué osadía