El principe Lestat - Anne Rice
espera todo el mundo que tú dirijas la tribu cuando esta guerra llegue a su fin? Miré a Sevraine. —¿Tú me amas? —pregunté—. ¿Esperas que sea yo quien dirija esta tribu? —Sí —dijo ella con una sonrisa radiante—. Lo espero y rezo para que así sea. Desde luego no esperarás que la dirija yo. Suspiré. Miré a mi madre. —No hemos de hablar de esto ahora —dijo. Pero había algo en su manera de mirarme con los ojos entornados que me dejó helado—. No te preocupes — murmuró con una fría sonrisa irónica—.
Nadie puede coronarte Príncipe de los Vampiros contra tu voluntad, ¿no es cierto? —¡Príncipe de los Vampiros! —dije, burlón—. No lo sé. Miré a los demás. Me habría gustado disponer de una noche entera para asimilar estas revelaciones, estos inesperados encuentros; para sondear los límites de la espléndida Sevraine y averiguar por qué estaba sufriendo tanto la tierna Bianca, pues la verdad era que no podía disimular su dolor. —Eso voy a explicártelo. Te voy a decir por qué estoy sufriendo —me dijo Bianca, acercándose y rodeándome con un brazo, aunque hablando con voz
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espera todo el mundo que tú dirijas la<br />
tribu cuando esta guerra llegue a su fin?<br />
Miré a Sevraine.<br />
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¿Esperas que sea yo quien dirija esta<br />
tribu?<br />
—Sí —dijo ella con una sonrisa<br />
radiante—. Lo espero y rezo para que<br />
así sea. Desde luego no esperarás que la<br />
dirija yo.<br />
Suspiré.<br />
Miré a mi madre.<br />
—No hemos de hablar de esto ahora<br />
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