El principe Lestat - Anne Rice
multitud, disfrutando del momento, olvidando que yo era un monstruo, olvidando que ya no era una estrella de rock y fingiendo ser como el hermoso Jon Bon Jovi. Justo unos meses antes había asistido a un concierto de Jon Bon Jovi, y ahora ponía sus canciones obsesivamente en mi pequeño walkman. Allí estaba, digo, pavoneándome, flirteando a ratos, sonriendo a los bellos mortales que se cruzaban conmigo, alzando a veces mis gafas de sol tintadas de rosa para lanzar un guiño, dejando que el viento siempre helado de la Costa Oeste me alborotara el pelo y, en fin, pasándolo bien y pasándolo mal, cuando
de repente voy y percibo esa palpitación, ese latido fatal. Como Maharet y Mekare no habían desaparecido totalmente del mundo en aquel entonces, me dije: «¿Qué habré hecho ahora? ¿Quién va a venir a pedirme cuentas?» Y entonces detecto que vienen hacia mí dos bebedores de sangre realmente notables. El más bajo, de un metro ochenta, con una magnífica piel dorada, un pelo ensortijado de un negro azulado alrededor de una cara hermosa e inquisitiva; unos enormes ojos verdes y unos labios bien formados, distendidos en una sonrisa abierta; y vestido con una ropa elegantona, supongo: un traje inglés a
- Page 54 and 55: ebelde, que l’enfant terrible, so
- Page 56 and 57: aspectos, se está encontrando a s
- Page 58 and 59: cincuenta y siete para siempre. Per
- Page 60 and 61: El pequeño y triste pintor de icon
- Page 62 and 63: misterio de la belleza. Un año má
- Page 64 and 65: tras los ventanales. Había llegado
- Page 66 and 67: —¿Te ha gustado eso, Voz? — pr
- Page 68 and 69: había vuelto a sentir sediento, mu
- Page 70 and 71: chillón y tiznado. Estaba completa
- Page 72 and 73: cuando la sustancia que ansían los
- Page 74 and 75: —Lestat, regresa a tu hogar. Vuel
- Page 76 and 77: masculló. Y volvió a abandonarme.
- Page 78 and 79: todo un dandi. Aunque estuviera dep
- Page 80 and 81: esto, Voz? —pregunté—. Yo cre
- Page 82 and 83: 2 Benji Mahmoud Yo suponía que Ben
- Page 84 and 85: consciente de ello. Debería haber
- Page 86 and 87: no podían captar los oídos humano
- Page 88 and 89: la situación. Y yo no. Nadie se mo
- Page 90 and 91: edondeada y sus relucientes ojos ne
- Page 92 and 93: sus vestidos de diseño y sus gemas
- Page 94 and 95: Nueva York. No intentéis localizar
- Page 96 and 97: Y entonces empezaba con su cantinel
- Page 98 and 99: compañero Jayman. Benji eso lo dej
- Page 100 and 101: 3 Fareed y Seth Conocí a Fareed y
- Page 102 and 103: de respiración. Solo que, cuando p
- Page 106 and 107: medida, si no me equivoco, y unos p
- Page 108 and 109: luces de la gran metrópolis reverb
- Page 110 and 111: Ellos me lo habían arrebatado todo
- Page 112 and 113: maravillándome ante el personal in
- Page 114 and 115: necesitas? Reconocí que me daba mi
- Page 116 and 117: llevar a cabo un auténtico golpe d
- Page 118 and 119: del todo, pero ¿no era cierto lo q
- Page 120 and 121: están hechas tus células? —preg
- Page 122 and 123: siquiera la inteligencia sobrenatur
- Page 124 and 125: —Bueno, ¿cómo recogeremos el se
- Page 126 and 127: del siglo XIX, con gansos, un riach
- Page 128 and 129: «Bueno, si no ha de sufrir ningún
- Page 130 and 131: aristócrata de mi época se habrí
- Page 132 and 133: sus propios ojos y ya no había dud
- Page 134 and 135: convirtieron en el hazmerreír gene
- Page 136 and 137: vampiro, después de ser capturado
- Page 138 and 139: noche cuando te vi en el escenario:
- Page 140 and 141: Yo no la detuve. Luego alzó sus de
- Page 142 and 143: cruelmente en unos callejones apart
- Page 144 and 145: ya sentía el sol, percibía el aro
- Page 146 and 147: —Yo no las odio —dijo—. Ni si
- Page 148 and 149: él el alba inminente, pero yo ya e
- Page 150 and 151: —Sí, pero hasta la carne más an
- Page 152 and 153: —Sí, es mi más ferviente deseo
multitud, disfrutando del momento,<br />
olvidando que yo era un monstruo,<br />
olvidando que ya no era una estrella de<br />
rock y fingiendo ser como el hermoso<br />
Jon Bon Jovi.<br />
Justo unos meses antes había<br />
asistido a un concierto de Jon Bon Jovi,<br />
y ahora ponía sus canciones<br />
obsesivamente en mi pequeño walkman.<br />
Allí estaba, digo, pavoneándome,<br />
flirteando a ratos, sonriendo a los bellos<br />
mortales que se cruzaban conmigo,<br />
alzando a veces mis gafas de sol tintadas<br />
de rosa para lanzar un guiño, dejando<br />
que el viento siempre helado de la Costa<br />
Oeste me alborotara el pelo y, en fin,<br />
pasándolo bien y pasándolo mal, cuando