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INT. CAFÉ 1870 - DÍA<br />
José López y Enrique Sostrada se reúnen con otro miembro más<br />
de La Internacional, Acevedo (45). Sobre la mesa ponen la<br />
mitad de la tarjeta con el escudo de armas reales de España<br />
y las letras Mont (de Montpensier) impresas en tinta azul.<br />
Es la contraseña que les permitirá el acceso a Solís. Planean<br />
la compra de armas y el reclutamiento de hombres para<br />
vigilar y atentar contra Prim.<br />
INT. ESTACIÓN TREN - DÍA<br />
Por su parte, Pastor recibe en la estación a tres hombres<br />
reclutados en Zaragoza. Les paga un adelanto sobre sus servicios.<br />
EXT. BOSQUE - DÍA<br />
Sostrada y López llegan a caballo a un lugar apartado en<br />
el que les espera un hombre junto a un carro. Les enseña<br />
las armas de fuego que lleva escondidas entre unas balas de<br />
paja. Sostrada y López le pagan y le preguntan si puede conseguirles<br />
también una bomba tipo “Orsini”. El hombre asiente<br />
al ver el dinero.<br />
EXT. ENTRADA CÁRCEL - DÍA<br />
Acevedo espera junto a la puerta la salida de unos presidiarios<br />
de aspecto patibulario. Llama a dos de ellos, que le reconocen<br />
y se acercan. ¿Les interesa un trabajo bien pagado?<br />
INT. REDACCIÓN “EL COMBATE” - DÍA<br />
Paúl y Angulo y Montesinos despiden con una propina a los<br />
mozos que terminan de hacer la mudanza de la que será la<br />
redacción de su periódico. Solís se cruza con los mozos en<br />
la puerta. Pretende hablar con Paúl y Angulo a solas, pero<br />
éste insiste en que cualquier cosa que tenga que decirle,<br />
Montesinos puede oírla. Confía en él más que en nadie en<br />
el mundo. Solís acepta hablar delante de Montesinos. Paúl<br />
y Angulo sabe que Solís es la mano derecha de Montpensier,<br />
por eso cuando le ofrece financiación para “El Combate”,<br />
Paúl estalla de risa. No estará pensando el señor duque<br />
que él va a defender su causa desde el periódico. Solís no<br />
pretende tal cosa. Sin embargo, aunque el duque y Paúl no<br />
comparten los mismos ideales a ambos les preocupa el porvenir<br />
de España . Pero hace falta algo más que u n periódico<br />
para terminar con Prim. Solís explica sin muchos rodeos sus<br />
planes y Paúl marca su sorpresa. ¿Matar a Prim? Bien es<br />
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