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VIRGINIA

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GASPAR<br />

Madre mía, parece imposible que hayan fallado<br />

a esa distancia.<br />

BRAVO<br />

¿No estarán apuntando alto a propósito? A<br />

lo mejor es todo una pamema...<br />

GALDÓS<br />

Las pistolas de duelo tienen el interior<br />

del cañón liso, y no estriado como las<br />

convencionales. Eso las hace muy poco precisas.<br />

Yo no creo que estén haciendo el<br />

paripé.<br />

Los padrinos llevan las pistolas cargadas de nuevo a los dos<br />

duelistas.<br />

Cuando todos están en sus posiciones, el Juez de campo repite<br />

la orden.<br />

¡Atención!<br />

JUEZ DE CAMPO<br />

Don Enrique está sudando a pesar del frío que hace. En cambio,<br />

Montpensier parece haber encontrado el equilibrio. El<br />

Borbón respira hondo y apunta. Hasta que no controla el temblor<br />

de la mano, no lleva el dedo al gatillo.<br />

¡BANG!<br />

Un nuevo error.<br />

Don Enrique no puede reprimir una maldición, pero inmediatamente<br />

recobra la compostura, aunque tragando saliva y apretando<br />

las mandíbulas.<br />

Mantiene la frente alta mientras Montpensier, mucho más templado,<br />

le apunta y dispara por segunda vez.<br />

¡BANG!<br />

El disparo alcanza a don Enrique en el hombro. Acusa el<br />

impacto girándose bruscamente pero sin llegar a caerse al<br />

suelo.<br />

Sus padrinos y ambos médicos corren y rodean al Borbón, impidiendo<br />

a los periodistas ver bien lo que sucede.<br />

BRAVO<br />

¿Seguro que le ha dado?<br />

Solís se acerca a Montpensier, que permanece en su sitio.<br />

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