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Antes de todo ello, en 2009, nacía WhatsApp... generando un damnificado
claro: el SMS, un telegrama digital antes tan usado que colapsaba la red
telefónica cada Navidad y que hoy malvive siendo gratis (o casi, según la
compañía) suplido primero por las redes sociales y luego por el guasap
(coloquialmente), exitosa aplicación (app) para móviles que envía mensajes
de texto a través de la conexión a internet de los teléfonos y que reina
cobrando 0,89 euros al año.
Hay apps (pequeños programas informáticos), que proponen mil y un servicios
para móviles, tabletas, portátiles... Su uso crece y con ellas nacen
nuevas empresas pendientes de rentabilizar su idea. El pulso acaba de empezar.
“El fenómeno de WhatsApp nos favorece mucho. Son apps que han popularizado
el sistema y han hecho que hasta las personas más reacias pierdan
el miedo a crearse cuentas en las plataformas digitales y a descargar aplicaciones”.,
señala Elena Goyanes, directora de la firma gallega GaliApp con
sedes en Santiago y A Coruña.
“Una vez dentro de esas tiendas que ofrecen las aplicaciones es cuando los
usuarios se percatan de las infinitas posibilidades que se les abren en todos
los ámbitos de su vida diaria...”, aclara Goyanes, quien cree que esta tendencia
es solo el pico de un íceberg aún por emerger.
“Ya no hay marcha atrás.
En un período muy corto de tiempo vamos a ver cambios que hasta ahora
eran sólo argumentos de ciencia ficción. Las tecnologías móviles están
cambiando nuestra vida casi sin darnos cuenta”, subraya.
WhatsApp, la famosa herramienta de mensajería (para textos, fotos o vídeos)
promovida por Jan Koum y Brian Acton, no está sola.
En esta primavera tecnológica sin fin, florecen los emprendedores a la busca
de vender un producto similar con mejoras o capacidad para dar otros
servicios (turísticos, culturales, juegos...) Una de esas alternativas se llama
Spotbros.
Nuevas Tecnologías traen nuevas tendencias | Capítulo 10 | 58