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Suplemento Cultural Tres Mil 21 de Noviembre de 2015

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NO. 1327 / SÁBADO <strong>21</strong> / noviembre / <strong>2015</strong> FUNDADO EL 24 DE MARZO DE 1990<br />

fotografía<br />

>Miguel Ángel Servellón,<br />

Puño <strong>de</strong> hierro, guante <strong>de</strong> seda,<br />

exposición <strong>de</strong> Roxana Castro<br />

(El Salvador)


“Cada uno <strong>de</strong> los movimientos <strong>de</strong> todos los individuos se realizan por tres únicas razones: por honor, por dinero o por amor” (Napoleón Bonaparte)<br />

Filosofía sin Tercera Guerra Mundial<br />

Un filósofo con todo su arsenal<br />

epistemológico, principios<br />

lógicos, lectura <strong>de</strong> la libertad<br />

irrenunciable etc., se enfrenta<br />

al fenómeno <strong>de</strong>l terrorismo internacional<br />

y las guerras irregulares en Medio Oriente,<br />

África o en su propia nación con un<br />

enemigo externo y otro “interno” –un<br />

enemigo interno tan ciudadano como su<br />

familia- a<strong>de</strong>más observa a millones <strong>de</strong><br />

refugiados dispersos por Europa… ¿Debe<br />

sumarse a con<strong>de</strong>nar las guerras <strong>de</strong> una u<br />

otra facción? ¿Debe permanecer predicando<br />

la tolerancia entre las naciones?<br />

¿Acaso refugiarse en su exilio interior<br />

toda la vida? ¿Justificar la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l<br />

mal encarnado en el enemigo <strong>de</strong>l pueblo?<br />

¿Es necesario un mundo gobernado por<br />

filósofos para terminar con las guerras<br />

mundiales?<br />

Parece que la filosofía no sirve para<br />

nada en tiempos <strong>de</strong> guerra, excepto para<br />

predicar el dominio <strong>de</strong> su visión sobre<br />

los adversarios al calificarla <strong>de</strong> “justa”,<br />

pero en el fondo <strong>de</strong> estas palabras se<br />

encuentran los proyectos <strong>de</strong> la extensión<br />

política en busca <strong>de</strong> objetivos materiales<br />

<strong>de</strong> los Estados en conflicto.<br />

G.W.F Hegel escribió: “la guerra es bella,<br />

buena, santa y fecunda; crea la moralidad<br />

<strong>de</strong> los pueblos y es indispensable para el<br />

mantenimiento <strong>de</strong> su salud moral. Es en<br />

la guerra don<strong>de</strong> el Estado se acerca más<br />

a su i<strong>de</strong>al porque es entonces cuando<br />

la vida y los bienes <strong>de</strong> los ciudadanos<br />

están más estrechamente subordinados<br />

a la conservación <strong>de</strong> la entidad común”.<br />

Parece lícito que la filosofía opte por<br />

un bando <strong>de</strong> la guerra puesto que al<br />

final se justifica a los “conquistadores<br />

<strong>de</strong>l mundo”; en éste momento Europa<br />

Intimissimun<br />

Caralvá<br />

Fundador<br />

<strong>Suplemento</strong> <strong>Tres</strong> mil<br />

combate en Medio Oriente contra un<br />

“Proto-Estado” que no tiene ningún<br />

reconocimiento internacional, ni gobierno,<br />

ni siquiera tiene un estatus <strong>de</strong><br />

nación, no obstante domina territorios<br />

<strong>de</strong> Siria e Iraq… la intervención <strong>de</strong><br />

naciones tan lejanas como: Rusia, Estados<br />

Unidos, Inglaterra, Francia etc.,<br />

nos plantean la unidad negativa <strong>de</strong> las<br />

armas, el mundo tiene unidad política<br />

para la <strong>de</strong>strucción no para la creación,<br />

un peligro gigantesco que pue<strong>de</strong> conducir<br />

a una suma <strong>de</strong> naciones a favor o<br />

en contra, me parece que esto no es una<br />

Las arboledas <strong>de</strong> Fi<strong>de</strong>l Santacruz<br />

La primera semana <strong>de</strong> este noviembre,<br />

que ha luchado por alcanzar cielos<br />

abiertos <strong>de</strong> azul, rosa y naranja, recibí<br />

una gratísima misiva <strong>de</strong>l poeta y narrador,<br />

José Fi<strong>de</strong>l Santacruz, una <strong>de</strong> las voces más<br />

genuinas y sentidas <strong>de</strong> las letras nacionales.<br />

En ella, el poeta manifiesta –<strong>de</strong> nuevo- su<br />

<strong>de</strong>voción por las montañas, los árboles, el<br />

paisaje intenso <strong>de</strong> Cuscatlán; y naturalmente,<br />

el amor, una constante en su obra. El amor a<br />

la vida, el amor hacia su esposa, quien se ve<br />

aquejada por el alzheimer, y a quien Fi<strong>de</strong>l,<br />

ha consagrado toda su atención, afecto y<br />

apoyo.<br />

Fi<strong>de</strong>l, nació en Ahuachapán, en 1939. Des<strong>de</strong><br />

muy joven, la pasión por la lectura y la<br />

creación literaria, lo han distinguido muy<br />

especialmente. Enfermero <strong>de</strong> profesión,<br />

obrero, luchador social, y combatiente en<br />

la guerra civil. El drama humano en toda<br />

su naturaleza, individual y colectiva, ha<br />

inspirado sus cientos y cientos <strong>de</strong> páginas,<br />

cargadas <strong>de</strong> emoción y poesía.<br />

Fi<strong>de</strong>l Santacruz ha publicado: “A un paso<br />

<strong>de</strong>l amor” (novela corta, 2000), “Cartas y<br />

poemas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> California” (poesía 2004),<br />

“Esplendor otoñal” (poesía, 2006) y “Diario<br />

<strong>de</strong> un Cuidador <strong>de</strong> Alzheimer” (2013). Tiene<br />

muchos trabajos inéditos, entre los cuales,<br />

sobresalen: “Pedregales <strong>de</strong>l dolor”, que es un<br />

testimonio sobre la pasada contienda; “Los<br />

adobes” (cuento) y “Yadaly” (narración<br />

novelesca).<br />

A propósito <strong>de</strong> una anterior Claraboya<br />

(“Hacia la montaña interior”), Fi<strong>de</strong>l nos<br />

dice: “…yo actualmente vivo ro<strong>de</strong>ado<br />

<strong>de</strong> una montaña; a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l tema <strong>de</strong><br />

mi esposa enferma, la montaña juega un<br />

aspecto en mi último poemario: “Diez años<br />

entre el alzheimer y la poesía”.<br />

Un fragmento <strong>de</strong> su poema “Lánguidos<br />

paseos”, recrea el entorno<br />

Claraboya<br />

Álvaro Darío Lara<br />

Escritor y poeta<br />

vegetal y humano <strong>de</strong>l<br />

escritor: “Las viejas arboledas nos llenan <strong>de</strong><br />

distancias/ con lánguidos paseos alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong>l día / yo viajo por tus ojos con tus<br />

miradas tristes/ con tu mirar quebrado,<br />

pegado a los zapatos. / Mis manos y tus<br />

huesos nos tienen poseídos/ sobre el dintel<br />

sombrío <strong>de</strong>l día que se estira/ y toda la<br />

penumbra <strong>de</strong>l mundo que arrastramos/<br />

se quiebra en la distancia <strong>de</strong> esta alcoba<br />

Tercera Guerra Mundial, es la conformación<br />

<strong>de</strong> un nuevo Gobierno Mundial<br />

que no permitirá el surgimiento <strong>de</strong> una<br />

organización armada similar a los Nazis,<br />

los cuales fueron combatidos <strong>de</strong>masiado<br />

tar<strong>de</strong> cuando el daño ya era irreparable.<br />

En pocas palabras usamos el argumento<br />

<strong>de</strong>l mal, que en términos clásicos es la<br />

ignorancia; en nuestra sociedad el mal<br />

está asociado a las estructuras sociales<br />

que producen: miseria, hambre, analfabetismo,<br />

esclavitud, tráfico <strong>de</strong> la mujeres,<br />

drogas, terrorismo, falsos profetas <strong>de</strong><br />

sectas religiosas etc. que tratan por todos<br />

los medios <strong>de</strong> aniquilar los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong><br />

la sociedad occi<strong>de</strong>ntal.<br />

En el fondo <strong>de</strong> este argumento resi<strong>de</strong><br />

el principio <strong>de</strong> libertad <strong>de</strong> una sociedad<br />

sobre otra, si agregamos el universo religioso,<br />

la concepción es nada menos que<br />

un choque cultural, don<strong>de</strong> renunciar a la<br />

libertad no es posible, por lo tanto las armas<br />

<strong>de</strong>ben resolverlo todo, “el malo es el<br />

otro”. Un nuevo or<strong>de</strong>n mundial emerge<br />

en el Siglo XXI, nuevas nacionalida<strong>de</strong>s<br />

comunitarias a expensas <strong>de</strong> la exclusión<br />

<strong>de</strong> otras, con un elevado precio <strong>de</strong> vidas<br />

humanas, al final el filósofo estará <strong>de</strong>l<br />

lado <strong>de</strong> los vencedores, al lado <strong>de</strong> la<br />

justicia y los <strong>de</strong>rechos humanos, <strong>de</strong> otra<br />

forma cometeremos el error <strong>de</strong> Martin<br />

Hei<strong>de</strong>gger.<br />

fría/”.<br />

La vuelta a la naturaleza, pródiga <strong>de</strong><br />

múltiples emanaciones vitales, es el<br />

gran escenario, para el amor que se<br />

ha aquilatado con las dichas y pesares<br />

<strong>de</strong> toda una vida compartida. En “Tus<br />

últimos pasos”, Fi<strong>de</strong>l Santacruz,<br />

canta: “En la punta <strong>de</strong>l alba se divisa<br />

un lucero/ agoniza la noche que nos<br />

viene siguiendo/ nos abrazan las<br />

horas, el albor, el silencio/ don<strong>de</strong> otras<br />

distancias, nos regalan miradas. / Las<br />

miradas florecen, con el lis nacarado/<br />

con la pálida sombra un rosal nos<br />

saluda/ saltan frescas sonrisas,<br />

pedacitos <strong>de</strong> albores/ el cantar <strong>de</strong> tus<br />

ojos, vuelan lejos, muy lejos. / En la<br />

frente <strong>de</strong> un beso me sonríe la luna/<br />

se marchita el silencio que ro<strong>de</strong>a mis<br />

sueños/ y florecen los cardos con olor<br />

placentero/ con rubor a sonrisas en la<br />

puerta <strong>de</strong>l alba”.<br />

El lirismo <strong>de</strong> Fi<strong>de</strong>l Santacruz, percibe<br />

la inmensa belleza <strong>de</strong>l amanecer.<br />

Un amanecer que siempre está ahí.<br />

Puntualmente diario, por más que la<br />

sombra <strong>de</strong> la siniestra tragedia nos<br />

aceche, por más que el dolor crezca en<br />

nuestros frágiles corazones. Gracias<br />

a él, por <strong>de</strong>volvernos la paz y la<br />

esperanza, bajo la frondosa arboleda<br />

<strong>de</strong> su poesía.<br />

Casualidad y un<br />

dibujo con puntitos<br />

Cuando uno <strong>de</strong>sconoce, cree que cualquier<br />

casualidad se convierte en un <strong>de</strong>scubrimiento.<br />

Cuando era niño <strong>de</strong>dicaba mi tiempo en el<br />

estudio, jugar y dibujar. Las dos últimas<br />

representaban para mi una enorme diversión; la primera<br />

resultaba tediosa en esos años exigentes <strong>de</strong> la educación<br />

personalizada, porque la disciplina siempre me ha resultado<br />

un reto enorme. Ahora ya disfruto apren<strong>de</strong>r.<br />

Me gustaba dibujar, pero mi abuelo (Mauro Márquez)<br />

lo hacía mejor. Yo escribía neófitos relatos <strong>de</strong> lo que se<br />

me ocurría, una vez hice la historia <strong>de</strong> dos niños que por<br />

azar encuentran en su jardín una cueva, y al ingresar a ella<br />

se encuentran con un duen<strong>de</strong> que los lleva a un mundo<br />

mágico. El suelo era una tibia nube rosada y no sabía como<br />

representarla en dibujo, así que busqué a mi abuelo y le<br />

pedí que me ayudará a ilustrarlo. Él raramente me <strong>de</strong>cía que<br />

no, y ahí tenían a don Mauro dibujando, en esas asistencias<br />

me mostró que al sacarle punta a los lápices <strong>de</strong> colores aún<br />

era posible aprovechar el residuo, con el rezago frotó con<br />

un algodón el color rojo sobre el papel y quedó aquella<br />

nube rosada que se presentaría tan fiel en mi recuerdo diez,<br />

veinte y casi treinta años <strong>de</strong>spués.<br />

Lo que mi abuelo hacía con aquello que otros podrían<br />

consi<strong>de</strong>rar <strong>de</strong>sperdicios me abrió la mente <strong>de</strong> una forma<br />

incontrolable. Comencé a experimentar con polvos, flores,<br />

Bitácora<br />

Mauricio Vallejo Márquez<br />

coordinador<br />

<strong>Suplemento</strong> <strong>Tres</strong> mil<br />

en fin: con todo. La i<strong>de</strong>a era crear.<br />

Cuando mi abuelo murió el <strong>21</strong> <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1989 me quedé<br />

sin ese cómplice, ese hombre mayor <strong>de</strong> 60 años que era<br />

capaz <strong>de</strong> ponerse los gruesos anteojos <strong>de</strong> carey y dibujar<br />

todo lo que le pedía, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> pasar las horas conmigo.<br />

Aún ahora me pregunto como podía apartarse <strong>de</strong>l periódico<br />

o <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong> Albert Pike para <strong>de</strong>dicarle tanto tiempo a<br />

su nieto, creo que a eso le llaman amor. Así que per<strong>de</strong>r a mi<br />

abuelo me forzó a dibujar más.<br />

Tenía varios muñecos que mi abuelita Josefina me había<br />

traído <strong>de</strong> Miami, y con ellos me <strong>de</strong>dicaba a escenificar<br />

historias que luego dibujaba y que finalmente escribí en<br />

algunas libretas <strong>de</strong> dibujo que el tiempo se encargó <strong>de</strong><br />

extraviar. Entre todas esas experimentaciones fuera <strong>de</strong><br />

las Aca<strong>de</strong>mias <strong>de</strong> pinturas creí que había <strong>de</strong>scubierto el<br />

puntillismo y me sentía feliz. Afortunadamente en la casa<br />

había una colección Salvat que hablaba <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong><br />

la pintura europea y me encontré con el artista francés<br />

Georges- Pierre Seurat (1859-1891). ¿Había visto bien? La<br />

pintura estaba elaborada a base <strong>de</strong> puntitos, tal y como yo<br />

procuraba dibujar. Entre los cuadros que más me impresionó<br />

estaba Un baño <strong>de</strong> Asnieres y la Torre Eiffel. Hacía lo que<br />

yo creía haber <strong>de</strong>scubierto. La casualidad me resultó más<br />

sorpren<strong>de</strong>nte al ver que él, al igual que yo, había nacido un<br />

dos <strong>de</strong> diciembre. Así me di cuenta que muchos <strong>de</strong> nuestros<br />

<strong>de</strong>scubrimientos surgen espontáneos <strong>de</strong> algo que otro ya<br />

creó. ¿Acaso no es así la vida? Una enorme alegoría <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scubrimientos.<br />

@vallejomarquez<br />

vallejomarquez.blogspot.com<br />

Mauricio Vallejo Márquez<br />

El único suplemento cultural<br />

<strong>de</strong> El Salvador<br />

2 TRESMIL Sábado <strong>21</strong> / noviembre / <strong>2015</strong><br />

Director Diario Co Latino: Francisco Valencia.<br />

Coordinador: Mauricio Vallejo Márquez.<br />

Colaboradores: Caralvá, José Roberto Cea, Augusto Crespín, Julio Iraheta<br />

Santos, Álvaro Darío Lara, Tirso Canales, Jenifer Valiente, Luis Antonio Chávez,<br />

Rob Escobar, Elvis Aviv Guzmán, Wilfredo Arriola y Bilal Arif Portillo. Armando<br />

Molina (San Francisco), Dora Olivia Magaña (Los Ángeles), Rafael Lara-Martínez<br />

(Nuevo México), Alfonso Velis-Tobar (Canadá), Perla Rivera Núñez (Honduras) y<br />

Edgar Quisquinay (Guatemala).<br />

<strong>Suplemento</strong> <strong>Cultural</strong> 3000 fue fundado el 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1990 por Gabriel<br />

Otero y Caralvá. Durante 25 años lo han coordinado en diferentes periodos<br />

Gabriel Otero, Caralvá, Walter Raudales, Otoniel Guevara (2) , Luis Alvarenga,<br />

Álvaro Darío Lara, José Roberto Cea y Mauricio Vallejo Márquez.<br />

Toda colaboración <strong>de</strong> artículos, cuentos, ensayos, poesía, ilustración, pintura y fotografía<br />

pue<strong>de</strong> enviarse al correo electrónico: suplemento3000@gmail.com


RENÁN ALCIDES ORELLANA<br />

Escritor y Poeta<br />

En julio <strong>de</strong> 1972,<br />

el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />

República, Arturo<br />

Armando Molina,<br />

or<strong>de</strong>nó intervenir<br />

la Universidad <strong>de</strong> El Salvador<br />

(UES), clausurando las activida<strong>de</strong>s<br />

académicas y administrativas<br />

y, sobre todo, persiguiendo,<br />

sin distingos, a la comunidad<br />

universitaria: autorida<strong>de</strong>s, docentes,<br />

alumnos y personal administrativo<br />

y <strong>de</strong> servicio. A<strong>de</strong>más, los recintos<br />

<strong>de</strong> la UES fueron saqueados y<br />

<strong>de</strong>struidos sus bienes y haberes, en<br />

flagrante violación a la Constitución<br />

<strong>de</strong> la República. Cierre total y<br />

ocupación absoluta <strong>de</strong> la UES, por<br />

el ejército salvadoreño.<br />

Entre aquellos académicos<br />

perseguidos, estaba la poeta<br />

Merce<strong>de</strong>s Durand, directora<br />

entonces <strong>de</strong> extensión y divulgación<br />

universitarias. Merce<strong>de</strong>s partió, en<br />

1972, al exilio a México, don<strong>de</strong><br />

ejerció la docencia y, especialmente,<br />

el periodismo cultural, en periódicos<br />

como Excélsior, El Nacional<br />

y algunas revistas. Colaboró<br />

también como correctora <strong>de</strong><br />

pruebas en importantes editoriales<br />

y en programas <strong>de</strong> radio para la<br />

Universidad Nacional Autónoma <strong>de</strong><br />

México (UNAM). Por la situación<br />

política <strong>de</strong> represión, no regresó a<br />

El Salvador, don<strong>de</strong> los gendarmes<br />

<strong>de</strong> la anticultura continuaban<br />

oprimiendo al pueblo.<br />

Merce<strong>de</strong>s Durand (pseudónimo<br />

<strong>de</strong> Merce<strong>de</strong>s Durán Flores) nació<br />

en San Salvador, el 9 <strong>de</strong> agosto<br />

<strong>de</strong> 1933 y falleció en México, el<br />

7 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1999. Amante <strong>de</strong> la<br />

cultura <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su niñez, estudió<br />

pedagogía en la Escuela Normal <strong>de</strong><br />

Maestras “España”, graduándose<br />

<strong>de</strong> profesora en 1950. Formó parte<br />

<strong>de</strong>l grupo literario “Octubre”,<br />

integrado por los jóvenes escritores:<br />

Irma Lanzas (también profesora<br />

normalista), Ítalo López Vallecillos,<br />

Orlando Fresedo, Waldo Chávez<br />

Velasco Álvaro Menén<strong>de</strong>z Leal<br />

(<strong>de</strong>spués Menén Deseal), Jorge<br />

Cornejo, Eugenio Martínez Orantes<br />

y otros…, actividad literaria que<br />

interrumpió porque, entre 1952 y<br />

1958, residió en México, becada<br />

por el gobierno salvadoreño <strong>de</strong><br />

Oscar Osorio, para estudiar Letras,<br />

en la Facultad <strong>de</strong> Filosofía y Letras<br />

<strong>de</strong> la UNAM. Regresó al país en<br />

1960, <strong>de</strong>dicándose a la docencia<br />

universitaria, como catedrática<br />

en la Facultad <strong>de</strong> Humanida<strong>de</strong>s<br />

y al periodismo cultural, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

la dirección <strong>de</strong> Extensión<br />

Universitaria <strong>de</strong> la UES. Y fue ahí,<br />

precisamente, don<strong>de</strong> la conocí. Yo<br />

sabía <strong>de</strong> ella, por referencias y por<br />

algunos <strong>de</strong> sus poemas. Nada más.<br />

Ahora, le visitaba, periódicamente,<br />

para obtener información sobre el<br />

funcionamiento integral <strong>de</strong> la UES,<br />

para la columna periodística “Voz<br />

Universitaria”, que yo mantenía en<br />

(36). Los que se fueron…<br />

Merce<strong>de</strong>s Durand:<br />

<strong>de</strong> sus “Espacios”<br />

poéticos al exilio<br />

el periódico “Tribuna Libre”, don<strong>de</strong><br />

laboraba. Para entonces, la ciudad<br />

universitaria estaba en construcción<br />

y la oficina <strong>de</strong> Merce<strong>de</strong>s, estaba<br />

temporalmente en el edificio<br />

que <strong>de</strong>spués sería la biblioteca<br />

universitaria. Ahí, le visitaba yo y<br />

eran conversaciones amenas, junto<br />

a una humeante taza <strong>de</strong> café.<br />

Pasó el tiempo. Durante un receso<br />

laboral en la UES, Merce<strong>de</strong>s fue<br />

redactora <strong>de</strong> varios periódicos, entre<br />

ellos “Tribuna Libre” (1964), en<br />

el cual compartimos tareas como<br />

redactores; brevemente, porque en<br />

esos días fui llamado a laborar en<br />

otro medio. El periódico “Tribuna<br />

Libre” estaba ubicado sobre la 3a.<br />

Calle Poniente, a escasos metros<br />

<strong>de</strong> la Avenida España y cerca <strong>de</strong><br />

la Plaza Morazán. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l<br />

director, Pedro Geoffroy Rivas,<br />

estábamos Álvaro Sánchez, como<br />

Jefe <strong>de</strong> redacción; Juan Alberto<br />

Martínez, Napoleón Corleto, Juan<br />

Ramón Avilés, los compañeros<br />

poetas Gilberto René Granados y<br />

Merce<strong>de</strong>s Durand y yo.<br />

De aquellos tiempos, el recuerdo<br />

fraterno <strong>de</strong> una anécdota: dos años<br />

<strong>de</strong>spués (1966), como periodistas<br />

<strong>de</strong> distintos medios, Merce<strong>de</strong>s<br />

Durand por “Tribuna Libre” y yo<br />

por “La Prensa Gráfica, un día se<br />

dio la competencia, pero siempre <strong>de</strong><br />

manera cordial, amistosa y solidaria.<br />

La tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l 1º <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1966,<br />

a la misma hora ambos coincidimos<br />

en la intención <strong>de</strong> entrevistar a la<br />

cantante Olga Guillot, para entonces<br />

<strong>de</strong> visita en El Salvador. Le gané la<br />

<strong>de</strong>lantera; pero <strong>de</strong>spués, esa misma<br />

foto: suplemento cultural tres mil/cortesía <strong>de</strong> Juan Ramón Durán Flores<br />

| Artículo |<br />

noche, con el fraternal saludo <strong>de</strong><br />

siempre, ambos compartimos mesas<br />

<strong>de</strong> primera, durante el show <strong>de</strong> Olga<br />

en el hotel, invitados por la artista.<br />

La invitación había sido amplia,<br />

Merce<strong>de</strong>s estuvo acompañada <strong>de</strong><br />

su esposo, el reconocido abogado<br />

Mario Salazar Valiente; y conmigo<br />

asistió el fotógrafo <strong>de</strong>l periódico<br />

Humberto Mena, quien me había<br />

acompañado en la entrevista.<br />

Y vino la invasión a la UES <strong>de</strong><br />

1972, trago amargo para la cultura<br />

<strong>de</strong>l país. Año aciago <strong>de</strong>terminante,<br />

porque cambió el rumbo y sentido<br />

<strong>de</strong> la vida a muchos salvadoreños,<br />

por la grotesca intervención militar.<br />

Pérdida integral para el Alma<br />

Máter: infraestructura, mobiliario,<br />

laboratorios, equipo, libros y<br />

material didáctico, medios <strong>de</strong><br />

transporte, todo… pero, lo peor, la<br />

<strong>de</strong>spiadada persecución, captura y<br />

<strong>de</strong>stierro <strong>de</strong> valiosos intelectuales<br />

universitarios. Como ha quedado<br />

dicho, en el caso <strong>de</strong> Merce<strong>de</strong>s, su<br />

cambio fue irse <strong>de</strong> nuevo a México,<br />

pero esta vez exiliada, <strong>de</strong>bido a<br />

la represión militar salvadoreña.<br />

Se radicó <strong>de</strong>finitivamente en<br />

México, ejerciendo la docencia<br />

y el periodismo. Fue catedrática<br />

en la Facultad <strong>de</strong> Ciencias<br />

Política y Sociales y Directora <strong>de</strong>l<br />

Departamento <strong>de</strong> Difusión, ambos<br />

<strong>de</strong> la UNAM.<br />

El siguiente, un resumen <strong>de</strong> las obra<br />

<strong>de</strong> Merce<strong>de</strong>s Durand: “Espacios”<br />

(México, 1955); “Sonetos<br />

elementales” (San Salvador, 1958);<br />

“Poemas <strong>de</strong>l hombre y <strong>de</strong>l alba”<br />

(1961); “Las manos en el fuego”,<br />

en coautoría con el poeta David<br />

Escobar Galindo (1969). Este<br />

trabajo recibió mención <strong>de</strong> hono en<br />

el Certamen Nacional <strong>de</strong> Cultura<br />

en 1967; “Las manos y los siglos”<br />

(México, 1970); “Juego <strong>de</strong> Ouija”<br />

(San Salvador, 1970); “Todos los<br />

vientos” (Antología poética, San<br />

Salvador, 1972); y “A sangre y<br />

fuego” (Poesía, 1980), entre muchas<br />

otras.<br />

Cierro esta semblanza <strong>de</strong> Merce<strong>de</strong>s<br />

Durand, con el siguiente soneto:<br />

MUNDO VEGETAL<br />

Yo conocí la edad <strong>de</strong> la palmera<br />

Y el verbo <strong>de</strong> los blancos arrozales.<br />

El mundo <strong>de</strong> los seres vegetales<br />

Me dio la anunciación <strong>de</strong> Primavera.<br />

Las rosas visitaban a la higuera,<br />

El bálsamo curaba a los maizales,<br />

El pino repartía madrigales,<br />

La pascua su encarnada cabellera.<br />

Hermano era el abeto <strong>de</strong> las tunas,<br />

Amigo era el maguey <strong>de</strong> la gladiola,<br />

Y novios tulipanes y aceitunas.<br />

¡Amor, se respiraba ver<strong>de</strong>mente!<br />

¡Amor, gritaba al viento la corola!<br />

¡Amor fue la canción <strong>de</strong> la simiente!<br />

Sábado <strong>21</strong> / noviembre / <strong>2015</strong> TRESMIL 3


Al pensar la palabra…<br />

Al pensar la palabra “self”<br />

en inglés, se recuerdan<br />

las tres primeras letras<br />

<strong>de</strong> sui-cidio (sí-caer/<br />

morir). El español opaca<br />

el término al volverlo idéntico <strong>de</strong> la<br />

afirmación, “sí/yes/self” y semejante en<br />

sonido a la condición “si/if”. Con-fusión<br />

ineludible si uno escribe y habla. El yo/<br />

self se diluye en la auto-confirmación <strong>de</strong><br />

su presencia y en el modo peculiar <strong>de</strong><br />

presentarse. El individuo se <strong>de</strong>fine en el<br />

reflejo imaginario que lo regresa a sí/self<br />

en un redoble en espejeo sin necesidad<br />

<strong>de</strong> la lengua. Una simple mirada le<br />

<strong>de</strong>vuelve su ser primordial invertido. El<br />

ser primordial en el cual se juega el ser<br />

<strong>de</strong>l individuo se llama feto o vida intrauterina.<br />

El verda<strong>de</strong>ro “sui/sí/self” se<br />

da en un repliegue que es un retorno al<br />

origen. Se dice que existe una soledad <strong>de</strong><br />

anfibio antes <strong>de</strong>l estar solo <strong>de</strong> Narciso y<br />

<strong>de</strong> la blancura <strong>de</strong> la página. La <strong>de</strong>solación<br />

humana sería tan profunda como la<br />

placenta y el líquido que hume<strong>de</strong>ce al ser<br />

antes <strong>de</strong> su erupción <strong>de</strong> la cueva materna.<br />

Esa cueva anticipa la tumba. El antenacer<br />

se emparienta con la muerte. Con<br />

una muerte que yace vigente siempre<br />

al interior <strong>de</strong>l sí/self, tan húmeda y<br />

penetrante como el aire materno que lo<br />

reconforta. Es el misticismo <strong>de</strong> la soledad<br />

originaria y final, el <strong>de</strong> la escritura. La<br />

falta <strong>de</strong> consonancia entre el continente<br />

que lo arropa y el contenido ínfimo que<br />

se protege La matriz que resguarda al<br />

embrión equivale a la tierra que recubre<br />

el cadáver; el feto palpitante, al cuerpo<br />

yacente que al <strong>de</strong>scomponerse regresa<br />

al humus. La escena <strong>de</strong> la escritura es la<br />

escena <strong>de</strong>l nacimiento y <strong>de</strong> la muerte.<br />

Al nacer y morir…<br />

Con el nacimiento y la muerte se<br />

inaugura la escritura. Antes <strong>de</strong>l grito<br />

primordial, luego <strong>de</strong>l último suspiro, hay<br />

tintes que manchan la página en blanco,<br />

que manchan el cuerpo. Se llaman la<br />

placenta, el humus. La escritura prece<strong>de</strong>,<br />

prosigue a la palabra. El habla refiere<br />

la pérdida. El grito <strong>de</strong>l recién nacido<br />

exclama la nostalgia por una cueva que se<br />

<strong>de</strong>rrumba. Una anilina lo arrulla solitario.<br />

Le tatúa las vocales, las letras horadadas<br />

<strong>de</strong>l alfabeto <strong>de</strong> la creación. El gemido <strong>de</strong><br />

la agonía <strong>de</strong>letrea la añoranza <strong>de</strong>l retorno.<br />

El regreso a una cueva que se cimienta.<br />

Otro colorante le apren<strong>de</strong> las consonantes,<br />

las cifras <strong>de</strong>l encierro. El alfabeto <strong>de</strong> la<br />

recreación. En ambos sitios <strong>de</strong>l silencio,<br />

cavernas oscuras y afónicas, al sí/self lo<br />

perfila la sombra. La simple sospecha <strong>de</strong><br />

lo que se asoma. La <strong>de</strong>l mundo que se<br />

abre a los ojos al brotar. Al nacer como<br />

humano; al renacer como flor. Es el lugar<br />

<strong>de</strong>l cuerpo inicial y conclusivo don<strong>de</strong> el<br />

sí/self se encuentra en lo mismo, en el<br />

sí-mismo. Ensimismado en su persona<br />

y fuera <strong>de</strong>l mundo. En otro mundo más<br />

íntimo y secreto. Es el lugar propicio <strong>de</strong><br />

la escritura que prece<strong>de</strong> y prosigue a la<br />

palabra.<br />

| Artículo |<br />

4 TRESMIL Sábado 14 / noviembre / <strong>2015</strong><br />

En la polis…<br />

En términos políticos, el retorno <strong>de</strong> la<br />

Muerte se llama re-volución. “¡Revolución<br />

o Muerte! Venceremos” reza el<br />

estribillo. La letanía no <strong>de</strong>speja qué y a quién<br />

se vence. Tal vez el i<strong>de</strong>al sea vencer a la<br />

Muerte, lo innombrable. Es una lucha contra<br />

sí-mismo, contra el self aparente. Contra<br />

un sí/self ficticio, trastocado por la luz <strong>de</strong>l<br />

mundo. En una sociedad siempre alienada,<br />

se lucha contra la propia sombra. Se riñe el<br />

reflejo opaco que perturba el verda<strong>de</strong>ro ser.<br />

Es una búsqueda <strong>de</strong> lo inmortal. Hay un más<br />

allá <strong>de</strong> la Muerte que se llama re-volución.<br />

Salvo que le falta el adjetivo, “sinódica”. La<br />

verda<strong>de</strong>ra re-volución es el venir conjunto,<br />

reiterado, <strong>de</strong> dos vías que se reúnen <strong>de</strong><br />

nuevo. Vuelven a juntarse el Nacimiento,<br />

la prima-vera, y la Muerte. Es el origen o<br />

lo conocido que regresa a la presencia. Es<br />

el término o lo re-conocido y previsible <strong>de</strong><br />

la misma presentación. En la escritura, la<br />

re-volución conjuga la abertura vocálica <strong>de</strong><br />

los inicios y el encierro <strong>de</strong> las consonantes<br />

al final <strong>de</strong>l camino <strong>de</strong>l humano. Es el doble<br />

testimonio <strong>de</strong> una vida antes <strong>de</strong> la vida y<br />

<strong>de</strong> otra vida <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la vida. Entre esos<br />

dos reinos <strong>de</strong> oscuridad recóndita, el alma<br />

se alza a la luz <strong>de</strong> la vida terrenal que es el<br />

exilio. Iluminado, <strong>de</strong>slumbrado por el Sol,<br />

el ojo humano se <strong>de</strong>scuida <strong>de</strong> sí/self en la<br />

superficialidad terrestre, en el Taltikpak.<br />

Olvida la vida cavernosa, anterior e interior,<br />

acuática y original. Sólo la verda<strong>de</strong>ra revolución<br />

sinódica la restituye al evocar su<br />

conjunción en compañía <strong>de</strong> la Muerte. La<br />

hace suya hasta que la enlaza con el objetivo<br />

mismo <strong>de</strong>l sí/self re-volucionario. La revolución<br />

es el sínodo <strong>de</strong> la página en blanco,<br />

sin tinta, con la penumbra <strong>de</strong> la letra. Es<br />

la piel tersa <strong>de</strong>l nacer <strong>de</strong>spojado <strong>de</strong> placenta<br />

y el humus mortuorio que lo reviste <strong>de</strong><br />

naturaleza hasta el fin <strong>de</strong> los tiempos.<br />

Entre la vida y la muerte, la página y la<br />

letra…<br />

El vaivén entre el día y la noche marca<br />

la alternancia, la Vida y la Muerte. Las<br />

tinieblas, la claridad. Entrada y salida <strong>de</strong> la<br />

caverna solitaria que <strong>de</strong>vora, mutila cuerpos<br />

a su ingreso. Los liquida al marcharse. Un<br />

conflicto guerrero se activa al instante <strong>de</strong><br />

la escritura. La letra mancha la página en<br />

blanco. Le confisca su luci<strong>de</strong>z <strong>de</strong> nieve.<br />

Como la planta, se nutre <strong>de</strong> la sustancia<br />

que la sostiene. Engulle el albor liso hasta<br />

absorberlo en una sombra líquida. A veces<br />

vaporosa <strong>de</strong> Muerte.<br />

Es la llegada <strong>de</strong>l invierno, el verano <strong>de</strong>l<br />

trópico. La estación marca la mortandad <strong>de</strong>l<br />

ser, el auge <strong>de</strong> un mundo reseco. Sin follaje<br />

ni adorno. La letra asfixia lo que nombra. Su<br />

estampa anula la hoja. El Día <strong>de</strong> Muertos<br />

se <strong>de</strong>cora <strong>de</strong> coronas, <strong>de</strong> flores amarillas.<br />

Vaticinan el cierre <strong>de</strong> la luz en lluvia. La<br />

grieta <strong>de</strong>l invierno es una garganta. La boca<br />

ingiere el alimento como las letras inva<strong>de</strong>n<br />

el papel. La escritura es el refugio <strong>de</strong> la<br />

página. El enclave opaco que la aniquila.<br />

Escribir es un acto <strong>de</strong>predador. Arruina la<br />

blancura <strong>de</strong>l silencio al medir su crueldad.<br />

La palabra la ensucia <strong>de</strong> tiña para que una<br />

afonía <strong>de</strong>negada apoye la mancha y el<br />

sonido. Viceversa, la tierra palpitante, la<br />

página <strong>de</strong>predadora se viste <strong>de</strong> nieve en el<br />

invierno mate. Como polvo blanco <strong>de</strong> norte<br />

a sur, la hoja prohíbe que toda letra y vegetal<br />

se esparza. Decreta el silencio. La mu<strong>de</strong>z<br />

sólida acalla el crimen. El asesinato hace<br />

que la palabra surja cada primavera <strong>de</strong> las<br />

DE LA<br />

ESCRITURA<br />

Rafael Lara-Martínez<br />

New Mexico Tech,<br />

soter@nmt.edu<br />

Des<strong>de</strong> Comala siempre…<br />

tinieblas <strong>de</strong>l silencio. Es la guirnalda que<br />

adorna el Día <strong>de</strong> la Cruz. Cada mes <strong>de</strong> mayo,<br />

la primicia frutal <strong>de</strong> la letra se da en ofrenda<br />

al renacimiento. Es el óbolo nutritivo <strong>de</strong><br />

cuyo sacrificio brota la lengua. Entre la<br />

velluda hojarasca <strong>de</strong> la letra y el otoño sin<br />

flor <strong>de</strong> la página.<br />

Sea que la escritura prescriba el invierno<br />

hosco <strong>de</strong> la página, vaticine su floración<br />

colorida, una vocación <strong>de</strong> crimen envuelve<br />

la palabra. En su doble faz, la palabra se<br />

escribe sobre el pergamino <strong>de</strong> una piel<br />

tatuada. La articula la boca lacerante que<br />

alimenta al ser en su lesa humanidad. La<br />

que besa y muer<strong>de</strong> y mastica.<br />

Política <strong>de</strong> los astros…<br />

Que la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> re-volución no la inventa la<br />

política es la enseñanza <strong>de</strong> los astros. Las<br />

estrellas son el primer alfabeto <strong>de</strong> lo natural.<br />

Gobiernan el renacimiento y el repliegue <strong>de</strong><br />

la fauna. El brotar y el <strong>de</strong>shojarse vegetal.<br />

En espejeo anual, el tiempo <strong>de</strong> los planetas<br />

y <strong>de</strong> la flora ofrece la imagen<br />

primaria <strong>de</strong>l cambio. La<br />

alternancia <strong>de</strong> las estaciones.<br />

El ciclo diurno y nocturno<br />

<strong>de</strong>l sol. El sínodo <strong>de</strong> Venus,<br />

la natividad y el término. Las<br />

fases <strong>de</strong> la luna anuncian las<br />

mareas menstruales. Rigen<br />

la reproducción animal y<br />

humana. A la fertilidad la obligan a copiar<br />

las esferas celestes. Todo es imitación<br />

y remedo. La prima-vera, el camino<br />

inaugural <strong>de</strong>l tiempo, señala la floración.<br />

La abertura <strong>de</strong> las vocales líquidas que<br />

<strong>de</strong>jan transitar el aire. El empuje natural <strong>de</strong><br />

las plantas al brotar y fructificar. La fauna<br />

se multiplica y la naturaleza prosigue el<br />

ejemplo <strong>de</strong> los astros. La tierra revive ante<br />

la pulsión <strong>de</strong> la lluvia, <strong>de</strong>l trueno, <strong>de</strong>l rayo<br />

luminoso que quiebra el cielo. Insemina<br />

la tierra. La página se colma <strong>de</strong> letras e<br />

imágenes coloridas. Es la temporada <strong>de</strong><br />

las revoluciones políticas y <strong>de</strong>l renuevo.<br />

Como la primavera, la revolución y la<br />

escritura prometen la resurrección <strong>de</strong> los<br />

muertos. El renacer en sazón propicia<br />

<strong>de</strong>l ser humano. Su antónimo, la ari<strong>de</strong>z<br />

también avanza al ritmo <strong>de</strong> las esferas<br />

celestes. La rige el sol quien marchita el<br />

retoño. La pulsión refulgente <strong>de</strong> sus rayos<br />

Sigue en página 5/


Viene <strong>de</strong> página 5/<br />

hace que la hoja se <strong>de</strong>slustre. Las<br />

consonantes exigen el encierro<br />

sólido. Ajada ante el fulgor, la<br />

hoja <strong>de</strong>cae y encanecida <strong>de</strong>clara<br />

una eterna vocación <strong>de</strong> musgo<br />

reseco. Su aptitud por una luz<br />

incan<strong>de</strong>scente que se emparienta<br />

con la bruma. La sustancia <strong>de</strong>l<br />

alba diluye la letra. Y con ella<br />

la voluntad <strong>de</strong> cambio que se<br />

doblega al sopor, a la falta <strong>de</strong><br />

goce. Al xuupan, la lluvia teje<br />

las letras que inundan la página<br />

y alteran el mundo; al tuunalku,<br />

el sol las <strong>de</strong>shila y opaca. Quien<br />

con arrogancia no escucha a los<br />

astros, no lee su letra inscrita en<br />

el mundo. Jamás reconoce que<br />

el retoñar <strong>de</strong> la tez terrestre y<br />

el hundirse en su piel polvosa<br />

vaticinan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre la<br />

alternancia entre la revolución<br />

y la muerte. De la palabra al<br />

silencio póstumo.<br />

Del paso por el mundo y la<br />

letra…<br />

Caminar es escribir. Trazar una<br />

huella. Uno se <strong>de</strong>shoja a diario<br />

por los sitios que transcurre.<br />

Deja partes <strong>de</strong> sí. Se cercena<br />

<strong>de</strong> nacimiento al <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse<br />

<strong>de</strong>l líquido vital que lo alimenta.<br />

Lo ro<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l encarnar oceánico<br />

al surgir <strong>de</strong> la cueva. Antes <strong>de</strong>l<br />

grito, <strong>de</strong> la palabra inaugural,<br />

existe la mancha <strong>de</strong> la escritura.<br />

La escritura no son letras ni<br />

sílabas que se dibujan en una<br />

página. Son signos que se<br />

tatúan en un cuerpo vivo. Es<br />

una caligrafía que el cuerpo vivo<br />

proyecta a diario fuera <strong>de</strong> sí hacia<br />

el sitio que lo hospeda.<br />

El agua, la escritura<br />

Entre el dormir y los sueños;<br />

entre yo y el otro yo; quien<br />

creo ser; una catarata cae sin<br />

llenarme la poza. En las noches<br />

sesgadas que realizan todas<br />

las cataratas. Surcan otros<br />

<strong>de</strong>speña<strong>de</strong>ros, distintos arenales<br />

en sitios lejanos. Llega al lugar<br />

don<strong>de</strong> vivo; al cuerpo que me<br />

hospeda. Si vivo en mí, surca.<br />

Si <strong>de</strong>spierto, ya suce<strong>de</strong> distante.<br />

Y el que siento ser, el que muere,<br />

cómo se enlaza a mí mismo;<br />

duerme si cae la cascada; la<br />

cascada que nunca me llena la<br />

poza. Las palabras transcritas<br />

que nunca colman el mundo.<br />

Entre el sueño y los sueños; entre<br />

mí mismo y el otro en mí; quien<br />

creo que soy; un gran río fluye<br />

sin fin. En sus días <strong>de</strong> meandros<br />

que realizan todos los ríos.<br />

Surcan otras cuencas, distintos<br />

arenales en sitios lejanos. Llega<br />

al lugar en el que vivo; a la casa<br />

que me hospeda; si vivo en mí,<br />

surca; si <strong>de</strong>spierto, ya suce<strong>de</strong><br />

distante. Y el que siento que soy,<br />

quien muere, cómo me enlaza a<br />

mí mismo; duerme dón<strong>de</strong> fluye<br />

el río; el río que carece <strong>de</strong> fin.<br />

Mario Castrillo<br />

Escritor<br />

La exposición <strong>de</strong><br />

Roxana Castro es fruto<br />

<strong>de</strong> la investigación<br />

y la experimentación. En<br />

sus investigaciones Roxana<br />

<strong>de</strong>scubrió que a partir <strong>de</strong>l<br />

terremoto <strong>de</strong>l 7 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1917,<br />

el día <strong>de</strong>l Corpus Christi, tres<br />

gran<strong>de</strong>s terremotos <strong>de</strong>struyen<br />

ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> El Salvador, entre<br />

las más afectadas están Nejapa,<br />

Quezaltepeque, Apopa, Santa<br />

Tecla, San Juan Opico, Armenia,<br />

Sacacoyo, Tepecoyo, Caluco,<br />

| escultura |<br />

PUÑO DE HIERRO,<br />

GUANTE DE SEDA<br />

Exposición <strong>de</strong> Roxana Castro<br />

foto: suplemento cultural tres mil/Miguel Ángel Servellón<br />

Ateos y San Vicente, al igual que<br />

San Salvador. Los terremotos<br />

<strong>de</strong>jan 1,050 pérdidas humanas y<br />

<strong>de</strong>rrumban cerca <strong>de</strong> 7,000 casas <strong>de</strong><br />

un total <strong>de</strong> 9,000 viviendas con las<br />

que contaba San Salvador en aquel<br />

entonces.<br />

A partir <strong>de</strong> 1917, las clases<br />

dominantes construyeron sus<br />

viviendas con estructura <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra<br />

y lámina que trajeron <strong>de</strong> Europa.<br />

Materiales que eran más resistentes<br />

a los sismos que el adobe y el<br />

bahareque. La lámina se tornó<br />

entonces símbolo <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r económico, <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r político<br />

y po<strong>de</strong>r social. Con el tiempo y<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la industria <strong>de</strong><br />

la construcción, la lámina pasó<br />

<strong>de</strong>spués a ser un atributo <strong>de</strong> las<br />

clases más <strong>de</strong>sposeídas.<br />

Las esculturas <strong>de</strong> Roxana Castro<br />

poseen bastas peculiarida<strong>de</strong>s, una<br />

<strong>de</strong> ella es la <strong>de</strong> transportarnos a<br />

través <strong>de</strong>l tiempo y la imaginación<br />

a épocas remotas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>venir<br />

humano. Épocas que empleaban<br />

el vestuario como prenda <strong>de</strong><br />

distinción y posición social, en las<br />

cuales la industria <strong>de</strong>l vestuario<br />

implicaba todo un arte y profundos<br />

conocimientos. Y pue<strong>de</strong> también<br />

Roxana referirse al presente <strong>de</strong><br />

esta sociedad perversa <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

neoliberalismo. Hasta hace poco<br />

tiempo, en los gobiernos anteriores<br />

cuando sucedía alguna <strong>de</strong>sgracia:<br />

un terremoto, una inundación, un<br />

<strong>de</strong>slave se les entregaba 6 pares<br />

<strong>de</strong> lámina a las familias para que<br />

construyeran sus viviendas que<br />

en la mayoría <strong>de</strong> los casos pasaba<br />

a ser vivienda permanente. Con<br />

ese material es con el que trabaja<br />

Roxana Castro sus esculturas que se<br />

tornan un homenaje a esos cientos<br />

<strong>de</strong> mujeres humil<strong>de</strong>s y luchadoras<br />

que tanto hacen por el país.<br />

Estas esculturas tienen nombre <strong>de</strong><br />

mujer. Son mujeres que por una<br />

u otra circunstancia ha conocido<br />

Roxana Castro. Voy a mencionar<br />

tres:<br />

ESPERANZA<br />

Era una reina. Alta, hermosa,<br />

enjoyada, vestida a la moda. Salía<br />

<strong>de</strong> su castillo <strong>de</strong> latón, caminando<br />

fuerte, orgullosa, con gran<strong>de</strong>s<br />

tacones. Iba a trabajar a una<br />

oficina para que sus hijos, a los que<br />

<strong>de</strong>fien<strong>de</strong> como leona, no les faltara<br />

nada en absoluto. No le temía a<br />

nada ni a nadie. No había problema<br />

que no pudiera resolver esa mujer.<br />

ELFA<br />

Fue la primera mujer en trabajar en<br />

un banco y la primera en ser jefa<br />

<strong>de</strong> una sección, la <strong>de</strong> créditos. “Mi<br />

firma estaba registrada en todo el<br />

mundo <strong>de</strong>cía”.<br />

De su escritorio se levantó un buen<br />

día y salió encabezando a los <strong>de</strong>más<br />

empelados que tuvieron valor para<br />

unirse a la huelga <strong>de</strong> brazos caídos<br />

que <strong>de</strong>rrocó a Martínez.<br />

CARMEN<br />

La gran matriarca. Era un personaje<br />

<strong>de</strong> película. Cuando exiliaron a su<br />

esposo por oponerse a la reelección<br />

<strong>de</strong> Martínez, ella <strong>de</strong>cidió no<br />

seguirlo a su exilio y se quedó<br />

aquí, con cuatro hijos. Su único<br />

hijo varón aparecía en las listas<br />

<strong>de</strong> los con<strong>de</strong>nados al paredón por<br />

Martínez.<br />

Salimos a caballo <strong>de</strong> noche, por el<br />

campo, a escon<strong>de</strong>rnos a San Ana.<br />

Yo a<strong>de</strong>lante –le dijo Carmen- con<br />

el arma, con todas las mujeres <strong>de</strong><br />

la familia.<br />

Sabía usar el arma y coser con<br />

manos <strong>de</strong> ángel. En tiempos<br />

difíciles hizo camisas <strong>de</strong> hombre<br />

para ven<strong>de</strong>r y sacar a<strong>de</strong>lante a sus<br />

hijos. Hacía croché <strong>de</strong> un hilo tan<br />

fino que parecía encaje. Ella me<br />

enseñó a coser, afirma Roxana.<br />

Decía que la mujer tenía que ser<br />

fuerte, valiente pero con suavidad<br />

y belleza.<br />

Puño <strong>de</strong> hierro, guante <strong>de</strong> seda le<br />

<strong>de</strong>cía a Roxana, <strong>de</strong> ahí el nombre<br />

<strong>de</strong> esta exposición.<br />

Esta exposición se realizó en<br />

el Salón Camilo Minero <strong>de</strong>l<br />

Ministerio <strong>de</strong> Relaciones Exteriores<br />

<strong>de</strong> El Salvador, el 5 <strong>de</strong> noviembre<br />

<strong>de</strong> <strong>2015</strong>. Contó con un excelente<br />

performance <strong>de</strong> Eunice Payes y<br />

con el mo<strong>de</strong>laje <strong>de</strong> Cristina López<br />

<strong>de</strong> García, Wendy Sigüenza, Grecia<br />

Sigüenza y Adriana Bonsolis.<br />

Las fotografías son cortesía <strong>de</strong>l<br />

buen amigo y magnífico fotógrafo<br />

Miguel Ángel Servellón.<br />

Sábado <strong>21</strong> / noviembre / <strong>2015</strong> TRESMIL 5


José Fi<strong>de</strong>l Santacruz: Escritor salvadoreño. Nació en Ahuachapán, en 1939. De formación<br />

autodidacta. Ha publicado: “A un paso <strong>de</strong>l amor” (novela corta, 2000), “Cartas y poemas <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

California” (poesía 2004), ““Esplendor otoñal” (poesía, 2006) y el testimonio literario “Diario<br />

<strong>de</strong> un Cuidador <strong>de</strong> Alzheimer (2013). Es una <strong>de</strong> las voces más genuinas y sentidas <strong>de</strong> las letras<br />

salvadoreñas.<br />

Fi<strong>de</strong>l Santacruz<br />

| poesía |<br />

Alienados a crueles experimentos<br />

El Salvador<br />

“Hay golpes en la vida tan fuerte… ¡Yo no sé!<br />

César Vallejo<br />

A Álvaro Darío Lara<br />

Cuando mi padre se fue al norte yo tenía 8 años<br />

¡Qué falta me hizo papá!<br />

Sentí la ausencia <strong>de</strong> pájaros cantores<br />

En los bosques <strong>de</strong> sueños <strong>de</strong> mi niñez.<br />

Fue como una herida en los ríos solitarios<br />

La sangre <strong>de</strong> los recuerdos nunca se marchitó<br />

Se extendió a lo largo <strong>de</strong> años sobre mares <strong>de</strong> nostalgia.<br />

Antes <strong>de</strong> cumplir los 9 años se fueron mis tíos<br />

Esta vez comprendí que las heridas se suman unas a otras<br />

Se enredan entre las zarzas <strong>de</strong>l alma<br />

Nos atraparon en las llagas <strong>de</strong>l dolor y la tormenta.<br />

Aprendimos a llorar en el silencio y reír en las tinieblas<br />

Aprendimos a vivir con las heridas<br />

Con las lágrimas marchitas <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l corazón<br />

Con el miedo <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r la alborada <strong>de</strong>l mañana<br />

De per<strong>de</strong>r lo que nunca tuvimos.<br />

Aquel año aciago <strong>de</strong> mi vida que <strong>de</strong>spedimos a mi padre<br />

Lloramos sin temor que se <strong>de</strong>sbordaran los ríos <strong>de</strong> lágrimas<br />

Estábamos agarrados y llorando con mamá y mis hermanas<br />

Mi dolor fue el dolor que mi padre sintió al separarse <strong>de</strong><br />

nosotros<br />

(Y su dolor no fue menor al nuestro)<br />

¡Oh, nunca quisiera volver a tener 8 años!<br />

¡Fue el dolor más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> mi vida!<br />

Es el pesar que nunca superé a mis 40 años<br />

¡Dentro <strong>de</strong> mi alma vive el niño llorando la ausencia <strong>de</strong> su<br />

padre!<br />

Fue como un río <strong>de</strong> alegría que <strong>de</strong> pronto se rompió su<br />

cauce<br />

Cayendo a profundida<strong>de</strong>s abismales<br />

Entre las ascuas doloridas,<br />

Sin los ecos sonoros,<br />

Sin los vientos flamígeros que alimentaran tus fuerzas<br />

contenidas.<br />

La vida trabajosa <strong>de</strong> mi madre<br />

Terminó <strong>de</strong> romper el cauce <strong>de</strong>vastado<br />

En los abismos <strong>de</strong> la vida.<br />

No tengo una i<strong>de</strong>a cuanto tiempo duró mi niñez<br />

Si terminó a los ocho, a los diez, a los doce años<br />

Sólo tengo una sensación incontenible y permanente<br />

La sensación <strong>de</strong>l niño que perdió para siempre<br />

Su juguete más querido,<br />

El pesar <strong>de</strong> no recuperarlo nunca,<br />

Vive como el tañido <strong>de</strong> lejanas campanas.<br />

En la penumbra se distancian los recuerdos<br />

Sin vecinos, sin pelotas, ni tar<strong>de</strong>s <strong>de</strong>portivas<br />

Explosiones <strong>de</strong> noches apagadas<br />

Funerales sin pan, ni cementerios.<br />

1980 callaron las cigarras<br />

Los fusiles imponían el silencio<br />

Un silencio <strong>de</strong> celdas y <strong>de</strong> tumbas<br />

Un silencio <strong>de</strong> noches prolongadas<br />

Un silencio <strong>de</strong> días sin futuro.<br />

Fuimos lin<strong>de</strong> en el filo <strong>de</strong> la guerra<br />

Nadando entre dos aguas revueltas <strong>de</strong> cañones<br />

Huyendo asustados <strong>de</strong> la casa a la escuela<br />

O escondiendo nuestro cadáver cuando <strong>de</strong> la escuela<br />

huíamos a casa.<br />

La casa estaba en ruinas y silenciosa<br />

Los sillones y colchones perforados por las bayonetas<br />

Porque un día pasaron soldados con alar<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

conquistadores.<br />

El hambre y la muerte rondaban por las pare<strong>de</strong>s manchadas<br />

<strong>de</strong> sangre<br />

Con el pavor en el alma pero exaltada <strong>de</strong> entusiasmo<br />

Cuando escuchábamos las canciones <strong>de</strong> los Guaraguao,<br />

De Bob Dylan, <strong>de</strong> Pete Seeger o Merce<strong>de</strong>s Sosa.<br />

Pero los Guaraguao fueron nuestra pasión<br />

Cuando abandonábamos los recintos <strong>de</strong> nuestra niñez<br />

Nos convertimos en clan<strong>de</strong>stinos en nuestra propia casa<br />

Para escuchar nuestras melodías.<br />

Madre nos amenazaba por aquellas canciones<br />

Por la sonoridad <strong>de</strong> nuestra risa<br />

Por la alegría juvenil,<br />

Por la ropa juvenil,<br />

Por el hecho <strong>de</strong> ser jóvenes en un país en llamas<br />

Debíamos callar, reír a escondidas<br />

O jugar a escon<strong>de</strong><strong>de</strong>ro con la muerte.<br />

¡Oh Juventud, juventud!<br />

Fue un <strong>de</strong>lito perseguido por máscaras sagradas.<br />

Pobre madre cuando escuchábamos sus congojas razonables<br />

Cuando juntos compartíamos el pan cotidiano<br />

Veíamos el rumbo catastrófico y sangriento <strong>de</strong> los años<br />

Veíamos los cambios <strong>de</strong>l color<br />

Que tomaban los cabellos <strong>de</strong> mamá y nos <strong>de</strong>cíamos:<br />

A pesar <strong>de</strong>l amor…<br />

Nuestros caminos son diferentes<br />

Lloraba el niño que se alejaba <strong>de</strong> mí<br />

Dolorosa y cruel aquella <strong>de</strong>spedida.<br />

Así murió nuestra niñez<br />

Y renacimos en medio <strong>de</strong> profundos cataclismos<br />

Entre roca y sangre regada por la hoguera<br />

Murió el niño entre las explosiones<br />

Entre combates <strong>de</strong> aquella guerra cruel<br />

Entre las tinieblas que <strong>de</strong>jaban las explosiones<br />

Oscuridad y silencio funerario<br />

Sólo <strong>de</strong>tonantes bombas, fusiles, metrallas… Muerte.<br />

Y la adolescencia fue más efímera<br />

Se esfumó entre el terror y la muerte<br />

Entre los confines <strong>de</strong>struidos <strong>de</strong> la aurora<br />

Sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser un niño, el joven<br />

Se convirtió en adulto imberbe.<br />

Otros fueron a los fondos más abajo<br />

Y llegaron a las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l cieno<br />

CUANDO<br />

MI PADRE<br />

SE FUE…<br />

Era el nuevo germen creado<br />

Clonado <strong>de</strong> aberrantes venenos:<br />

Drogas, alcohol y sangre.<br />

Fue como la simiente que germinó en las esferas,<br />

Cargadas <strong>de</strong> infernales erupciones<br />

Doblegadas al calor legendario <strong>de</strong> pléya<strong>de</strong>s mortíferas.<br />

La vida le pareció más risueña<br />

Porque abandonó la casa y los estudios<br />

Olvidó a su padre que también se fue al norte.<br />

Con la droga se acostaba y se levantaba<br />

Con la droga recorrió los suburbios<br />

Con la droga olvidó y le sonrió a la vida<br />

Pero su vida y su futuro fueron inciertos<br />

Su felicidad fue como una máscara <strong>de</strong> maldición<br />

Y <strong>de</strong> muerte prematura.<br />

La vida ahora es más cruel y <strong>de</strong>solada<br />

Que en tiempos <strong>de</strong> la guerra armada.<br />

En tiempo <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s batallas populares<br />

Al menos te i<strong>de</strong>ntificabas organizado con un i<strong>de</strong>al.<br />

Ahora vales mucho menos que una rata<br />

En medio <strong>de</strong> vándalos impunes<br />

(Por intereses po<strong>de</strong>rosos y oscuros)<br />

Te aplastan como a una simple lombriz<br />

Ni siquiera llegas a ocupar un número entre las víctimas<br />

(Salvo cuando hay elecciones eres “importante”)<br />

Hace muchos años cesaron las angustias<br />

Los ríos <strong>de</strong> mi rostro se volvieron lejanos recuerdos<br />

Aquel “hombre i<strong>de</strong>al” sólo vive como una obsesión <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> mí<br />

Como algo que perdura en los lejanos hilos <strong>de</strong> la evocación<br />

Unas veces florecen como los viejos caminos <strong>de</strong> otros años.<br />

El nombre vive; el hombre muere en el ocaso atroz<br />

El niño vive en las insondables regiones <strong>de</strong>l hombre.<br />

Vive el clavel aromado <strong>de</strong> recuerdos en la distancia <strong>de</strong>l niño<br />

Y vive el claro <strong>de</strong>l alba, en las profundas aguas <strong>de</strong>l amanecer<br />

Que nunca trascendió el crepúsculo.<br />

Las ramas marchitas <strong>de</strong> los años<br />

Envejecieron en el polvo angustiado <strong>de</strong>l recuerdo<br />

Y su presencia flageló mis sueños <strong>de</strong> esperanza<br />

Se quebraron las luciérnagas heridas <strong>de</strong> la noche<br />

Y nacieron en mi jardín los claveles aromados <strong>de</strong> la<br />

primavera<br />

Pero aquellas mariposas que capturé en mis sueños<br />

Se fueron diluyendo como arroyos <strong>de</strong> ilusiones.<br />

La vida se <strong>de</strong>rrama cada día entre los golpes amargos<br />

Te <strong>de</strong>ja congelado en los recuerdos<br />

En los ríos que <strong>de</strong>rraman gorriones <strong>de</strong> esperanza<br />

Viajas por todos los sen<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l tiempo<br />

Y te hun<strong>de</strong>s en el inmenso mar <strong>de</strong> las realida<strong>de</strong>s<br />

El espejo interior te señala un pasado<br />

Una larga ruta que arrastra hacia el niño<br />

Lo acaricias y te ríes hasta que se rompen los espejos<br />

Miras hacia <strong>de</strong>lante y el mundo se te presenta<br />

Real y puro para conquistarlo<br />

Sólo que el método y las armas serán diferentes.<br />

Muchas veces nos preocupamos por los <strong>de</strong>más<br />

Y nos olvidamos <strong>de</strong>l yo incapaz <strong>de</strong> librar su batalla<br />

interior<br />

Queremos corregir a los que nos siguen<br />

Sin ver la montaña <strong>de</strong> problemas que arrastramos<br />

Queremos ser jueces <strong>de</strong> los otros<br />

Pero no <strong>de</strong> nosotros mismos<br />

Buscamos la claridad <strong>de</strong> la vida y <strong>de</strong>l mundo<br />

Y nuestra vida es un infierno con explosiones diluvianas.<br />

Tomado <strong>de</strong>:<br />

“El Último Crepúsculo” (inédito)<br />

6 TRESMIL Sábado <strong>21</strong> / noviembre / <strong>2015</strong>


El Ascensorista<br />

Joaquín Meza<br />

Escritor<br />

-¡Primero!, dije al nomás poner pie en el viejo<br />

ascensor que había quedado como un jeme bajo<br />

el nivel <strong>de</strong>l piso.<br />

-¡A<strong>de</strong>lante, que para servirle estamos!, fue la<br />

instantánea respuesta <strong>de</strong>l ascensorista, la que<br />

no alcanzo a compren<strong>de</strong>r si habría hablado en<br />

su tono habitual <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r, o si habrá sido<br />

un gesto <strong>de</strong> amabilidad o cortesía extrañamente<br />

exagerado que me provoca náuseas y repugnancia<br />

escucharla al tipo <strong>de</strong> gente que se consi<strong>de</strong>ra<br />

normal porque se le ve vitrineando en los<br />

almacenes <strong>de</strong>l centro a la salida <strong>de</strong>l trabajo, para<br />

ir luego como sardinas enlatadas en el bus con<br />

el montón <strong>de</strong> bujerías: que para las uñas, un fino<br />

esmalte <strong>de</strong> hipocresía nacarada que le infundirá<br />

un brillante toque <strong>de</strong> <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za y prestigio; que<br />

para que no se le enre<strong>de</strong> el pelo lo mejor es el<br />

acondicionador Tal por Cual; que para el mal olor<br />

<strong>de</strong>l sudor no hay como el <strong>de</strong>sodorante Efluvios<br />

<strong>de</strong> Meado Angelical; que para los ojos, ésto; que<br />

para los labios, estotro; que para ésto, esto; que<br />

para aquello..., amén <strong>de</strong> si leen o no Vanida<strong>de</strong>s y<br />

Corín Tellado.<br />

Lo cierto es que me extrañó ver tras las gruesas<br />

gafas oscuras <strong>de</strong>l ascensorista esa mirada lechosa,<br />

tan profundamente dormida entre las sombras <strong>de</strong><br />

la eternidad, perdida en la negrura <strong>de</strong>l más allá,<br />

don<strong>de</strong> nos sentimos <strong>de</strong>samparados, huérfanos<br />

<strong>de</strong>l mundo, abandonados y con<strong>de</strong>nados a no<br />

encontrar jamás la salida <strong>de</strong> aquel terrorífico<br />

laberinto <strong>de</strong> sombras, porque cuando creemos<br />

haber encontrado un ínfimo resquicio, una leve<br />

abertura en una <strong>de</strong> esas pare<strong>de</strong>s negramente<br />

negras, es para caer <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otro túnel más<br />

retorcido y estrecho que el <strong>de</strong>jado atrás, en<br />

el cual las sombras se espesan y tupen como<br />

hiedras voraces, don<strong>de</strong> se nos imposibilita todo<br />

movimiento porque las sombras se nos van<br />

enredando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los pies para encaramarse hasta<br />

la cabeza, y se nos hacen un torzal <strong>de</strong> nudos que<br />

nos angustian y <strong>de</strong>sesperan con ese culebreo <strong>de</strong><br />

medusa y el ruido ensor<strong>de</strong>cedor <strong>de</strong> las sirenas <strong>de</strong>l<br />

silencio.<br />

Entonces es cuando nos sentamos sobre una piedra<br />

hecha piedra hace miles <strong>de</strong> años, a mesarnos,<br />

<strong>de</strong>sgarrarnos y a mortificar las sienes en señal<br />

<strong>de</strong> arrepentimiento para concluir supurando<br />

maldiciones a todo el mundo, y reconstruyendo<br />

con refulgentes hachones, la hora en que nos<br />

pusieron a caminar sobre las veredas <strong>de</strong>l planeta<br />

para hacer el papel <strong>de</strong> payaso bajo una inmensa<br />

carpa tachonada <strong>de</strong> luceritos <strong>de</strong> azogue.<br />

El ascensorista murmuró algo mientras <strong>de</strong>slizaba<br />

la yema <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>dos sobre el cartoncillo que<br />

utilizaba, escribiendo con su estilete a la manera<br />

<strong>de</strong> pájaro carpintero.<br />

-¿Cómo dice?, le pregunté creyendo que había<br />

hablado para romper el ambiente frío y tenso<br />

que nos envuelve al penetrar en el ascensor <strong>de</strong><br />

cualquier edificio.<br />

Siempre he creído que un ascensor es una<br />

pequeña cárcel con gran<strong>de</strong>s resorteras para jugar<br />

saltacuerdas entre el sótano y el último piso. Pero<br />

bajar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tercero, en don<strong>de</strong> estaban ubicadas<br />

las oficinas publicitarias don<strong>de</strong> los poetas<br />

fabrican versos televisuales, románticamente<br />

<strong>de</strong>stinados a que cada fulano <strong>de</strong> tal posea un<br />

auto último mo<strong>de</strong>lo, a que <strong>de</strong>posite la pesetita<br />

diaria en la alcancía para vaciarla a fin <strong>de</strong> mes<br />

en los <strong>de</strong>smesurados bolsillos <strong>de</strong>l frac <strong>de</strong>l señor<br />

banquero, o a que se consuman cervezas <strong>de</strong><br />

marciano ropaje, etcétera, etcétera, la cosa es<br />

muy distinta.<br />

-No. ¡Nada! -respondió con tono jactancioso. Es<br />

que estoy estudiando.<br />

-¿Qué estudia?<br />

-National Language.<br />

-¿¡Cómo…!? ¿¡Inglés!?<br />

-No, Idioma Nacional.<br />

-¡¡¡Ah!!!<br />

Mientras las yemas <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>dos seguían como<br />

señoritingas <strong>de</strong> las primeras décadas, con abanico<br />

y miriñaque, danzando un vals multicolor<br />

sobre las olas <strong>de</strong> aquel mar <strong>de</strong> puntitos tan<br />

semántico, semiótico y pragmáticamente lozano<br />

y encrespado.<br />

-Servido, caballero...<br />

-Gracias, nos vemos.<br />

-¡Nos veremos! –replicó aquel extraño<br />

ascensorista ciego <strong>de</strong>l edificio en don<strong>de</strong> otrora<br />

estuviera situado el famoso casino <strong>de</strong> galleros,<br />

finqueros, oligarcas y truhanes financieros.<br />

| relato |<br />

Las fauces<br />

<strong>de</strong>l mar<br />

Amndré Rentería Meza<br />

Escritor<br />

Aquel hombre salió <strong>de</strong>l agua abriéndose paso<br />

entre las espumosas olas. Durante toda la<br />

mañana había estado nadando, tomando el<br />

sol y escuchando la danza <strong>de</strong> la marea con<br />

los ojos cerrados. Su tiempo transcurrió sumergido en<br />

un envidiable ocio que tuvo que interrumpir porque<br />

tenía mucho apetito.<br />

Caminó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la orilla y se sentó en una mesa <strong>de</strong><br />

ma<strong>de</strong>ra que estaba al cobijo <strong>de</strong> un humil<strong>de</strong> rancho<br />

hecho <strong>de</strong> palmas. Sustrajo el almuerzo <strong>de</strong> una bolsa y<br />

dispuso a comer. El plato estaba bien provisto y sabía<br />

<strong>de</strong>licioso.<br />

Unos perros llegaron atraídos por el olor <strong>de</strong>l jugoso<br />

filete <strong>de</strong> carne que tenía en la mesa. El hombre estaba<br />

sorprendido, <strong>de</strong>sconocía cuál era el hoyo <strong>de</strong> dón<strong>de</strong><br />

habían salido. Eran tres animales: uno tenía el pelaje<br />

atigrado, el otro era negro y el más pequeño tenía color<br />

canela. Se metieron bajo el rancho, ro<strong>de</strong>aron la mesa y<br />

miraron al comensal con el hocico abierto.<br />

Al principio al hombre le causó risa, le parecieron<br />

graciosas sus miradas <strong>de</strong> conmiseración esperando que<br />

al menos les diera una migaja. Tenía mucha hambre,<br />

no los iba a convidar <strong>de</strong> ninguna manera. Los ignoró,<br />

escondió los pies en la arena, clavó los ojos en la falda<br />

azul <strong>de</strong>l mar y le metió diente a la carne. Los animales<br />

no se fueron.<br />

Molesto les hizo un amague para que se movieran,<br />

pero ellos mantenían su posición. Repitió el<br />

movimiento y solo uno mordió el anzuelo. El perro <strong>de</strong><br />

pelaje atigrado fue en busca <strong>de</strong> la porción que nunca<br />

les habían lanzado. Después <strong>de</strong> olfatear en la superficie<br />

<strong>de</strong> arena regresó y se sentó. El hombre miró el plato <strong>de</strong><br />

comida, la carne realmente se veía <strong>de</strong>liciosa.<br />

El perro negro le tocó la ca<strong>de</strong>ra con las patas. ¡Vaya,<br />

chucho!, le gritó. El animal no se intimidó y repitió el<br />

movimiento aún más <strong>de</strong>cidido. El hombre ya no volvió<br />

a espantarlo, al contrario, se metió un bocado <strong>de</strong> carne<br />

a la boca y mientras lo masticaba el sabroso jugo le<br />

invadía las muelas. El perro negro ladró, el hombre<br />

sintió como la piel se le erizaba completamente y le<br />

respondió con un gruñido.<br />

El perro más chico, el <strong>de</strong> color canela, saltó<br />

encima <strong>de</strong> la mesa e intentó meter el hocico al plato,<br />

pero el hombre le enseñó los dientes y le ladró<br />

involuntariamente. Los animales tomaron posición <strong>de</strong><br />

ataque. Eran tres contra uno, el hombre supo que <strong>de</strong>bía<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse, custodiar su plato.<br />

El perro con pelaje atigrado se abalanzó sobre él<br />

hombre, pero este le dio una mordida en el cuello y<br />

chilló. El perro <strong>de</strong> color canela quiso aprovechar el<br />

<strong>de</strong>scuido y se apresuró sobre la carne. El hombre dio<br />

un brinco con fuerza y lo neutralizó en el aire, ambos<br />

cayeron en cuatro patas sobre la arena. El perrito <strong>de</strong><br />

color canela le mostró los colmillos al hombre, a quien<br />

el instinto lo estaba convirtiendo en fiera. Los otros<br />

dos lo ro<strong>de</strong>aron.<br />

No había vuelta atrás, el hombre ladró con fuerza y se<br />

lanzó <strong>de</strong>cidido sobre el perro color canela. Al hacerlo,<br />

los otros dos salieron en su <strong>de</strong>fensa. Los cuatro seres<br />

armaron un barullo, se mordieron y rasgaron la piel,<br />

<strong>de</strong>rribaron todo a su alre<strong>de</strong>dor, incluso el plato <strong>de</strong><br />

comida cayó al suelo, en el revoltijo ninguno <strong>de</strong> los<br />

animales se percató que el filete lo habían enterrado<br />

bajo la arena.<br />

Cuando terminó la pelea, el hombre se vio<br />

convertido en perro, como el resto <strong>de</strong> sus adversarios.<br />

Los cuatro estaban agitados, ja<strong>de</strong>antes y con el pelaje<br />

lleno <strong>de</strong> arena. El plato estaba en el suelo y sin carne.<br />

Los cuatro comenzaron a olfatear en el radio, pero era<br />

imposible, el rastro se había perdido.<br />

Tristes, resignados y hambrientos los cuatro perros<br />

salieron <strong>de</strong>l rancho en busca <strong>de</strong> comida y se fueron<br />

estampando sus huellas en la arena. En el camino<br />

encontraron a una mujer que se disponía a comer una<br />

lonja <strong>de</strong> pescado empanizada. Ro<strong>de</strong>aron su mesa y se<br />

le quedaron viendo con el hocico abierto a esperar que<br />

les compartiera un poco, pero la mujer solo los miraba<br />

con una sonrisa.<br />

Sábado <strong>21</strong> / noviembre / <strong>2015</strong> TRESMIL 7


Diego <strong>de</strong>l Pozo:<br />

Mauricio Vallejo Márquez<br />

Escritor y poeta<br />

Gabriela Mistral es una<br />

poeta chilena que<br />

representa no sólo un<br />

referente <strong>de</strong> la literatura<br />

latinoamericana, sino<br />

también una pensadora e intelectual que<br />

obtuvo el premio Nobel <strong>de</strong> literatura en<br />

1945. Su voz es conocida en nuestro<br />

país, sobre todo para aquellos que<br />

estudiaron en las Normales, su oración<br />

<strong>de</strong>l educador y otros referentes <strong>de</strong> la<br />

educación la hacían ya muy conocida.<br />

Sin embargo, su posición intelectual<br />

ahora es más expuesta gracias al<br />

escritor e investigador Diego <strong>de</strong>l Pozo<br />

en su reciente libro Por la humanidad<br />

futura. Antología política <strong>de</strong> Mistral que<br />

muestra 50 artículos con el pensamiento<br />

<strong>de</strong> la poeta que es publicado en pleno<br />

siglo XXI por La Pollera Ediciones y<br />

se presentó esta semana en El Salvador<br />

gracias a la Embajada <strong>de</strong> Chile en<br />

el país. Antes, sólo nos era posible<br />

conocer a Mistral tras investigar en<br />

las hemerotecas buscando la revista<br />

Repertorio Americano. Sin embargo,<br />

<strong>de</strong>l Pozo no aparenta ser uno <strong>de</strong> esos<br />

investigadores que han <strong>de</strong>jado sus días y<br />

tar<strong>de</strong>s en las bibliotecas, es joven. Pero,<br />

aunque es un joven es un apasionado en<br />

el tema <strong>de</strong> Mistral, a quien consi<strong>de</strong>ra<br />

| entrevista |<br />

“La sociedad está más<br />

preparada ahora para<br />

leer a Gabriela Mistral”<br />

uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s personajes <strong>de</strong> la<br />

historia chilena y que <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser más<br />

conocida, por lo que ha trabajado con<br />

tesón este tema <strong>de</strong>l que nos cuenta en<br />

esta entrevista.<br />

P-¿Cómo llegó a trabajar en Mistral?<br />

R-Estaba trabajando con Gabriela<br />

Mistral antes, la casualidad es el<br />

hallazgo que haya aparecido todo el<br />

legado inédito <strong>de</strong> Mistral, y que yo<br />

haya estado trabajando con ella en ese<br />

momento. Fue como estar en el lugar<br />

correcto. Ya tenía el convencimiento<br />

<strong>de</strong> que había una <strong>de</strong>uda pendiente con<br />

el trabajo <strong>de</strong> Mistral. Y luego, claro las<br />

dimensiones <strong>de</strong>l legado también son<br />

inmensas, entonces hay trabajo para<br />

mucho tiempo más. Somos varios en<br />

todo caso, yo no soy el único que está<br />

trabajando en eso, hay harta gente más,<br />

gente super buena, investigadores muy<br />

profesionales que están haciendo sus<br />

aristas <strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> distintos lados, pero<br />

lo que he hecho yo en alguna manera<br />

se distancia porque hago un esfuerzo<br />

por actualizar los discursos <strong>de</strong> Mistral<br />

situaciones que estamos viviendo hoy,<br />

P-¿Qué temas toca en el libro?<br />

R-Hablo <strong>de</strong> reforma agraria, sus<br />

posiciones sobre la reforma agraria, el<br />

sector agrícola, la <strong>de</strong>mocracia, a pesar<br />

<strong>de</strong> que ella pronunciaba década <strong>de</strong>l 50<br />

8 TRESMIL Sábado <strong>21</strong> / noviembre / <strong>2015</strong><br />

se está pronunciando.<br />

El inicio <strong>de</strong> la selección <strong>de</strong>l texto está<br />

basado en la concepción <strong>de</strong> política no<br />

referente a la que se hace en los partidos<br />

políticos, sino en el concepto inicial, <strong>de</strong><br />

polis, en el cual como se organiza la<br />

sociedad. Es la visión política <strong>de</strong> Mistral<br />

que muestra las responsabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> cada individuo que conforma una<br />

sociedad sea esta comunitaria, nacional,<br />

etc. Tomé los puntos <strong>de</strong> vista que me<br />

parecían más políticos <strong>de</strong> Mistral en<br />

ese sentido y ahí está su posición sobre<br />

la educación, la labor <strong>de</strong> los maestros<br />

que son el centro <strong>de</strong> la sociedad, para<br />

ella su labor es generar en una sociedad<br />

esclavos o una sociedad <strong>de</strong> hombres<br />

libres ellos <strong>de</strong>berían<br />

estar en la tarima más<br />

alta. Por otro lado están<br />

casos más emblemáticos<br />

como plantear una<br />

reforman agraria, es<br />

una especie <strong>de</strong> jugarreta<br />

porque ella lo publica<br />

como que los políticos<br />

lo están haciendo. La<br />

libertad <strong>de</strong> prensa, lo<br />

latinoamericanista.<br />

Efectivamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

México hasta la<br />

Patagonia tenemos<br />

mucho en común,<br />

no hay porque estar peleando. La<br />

reinvindicación <strong>de</strong> la paz. Un poco<br />

duro leer lo que sucedió en la segunda<br />

mitad <strong>de</strong>l siglo XX y cuanto pudo<br />

evitarse si hubiéramos puesto más<br />

atención a estos intelectuales, sobre<br />

todo porque no queremos que vuelvan<br />

a pasar los horrores <strong>de</strong> las dictaduras<br />

latinoamericanas <strong>de</strong> las décadas <strong>de</strong>l 70,<br />

80, <strong>de</strong> alguna manera sigo viendo que<br />

la <strong>de</strong>mocracia sigue siendo igual <strong>de</strong><br />

frágil como <strong>de</strong>cía Mistral. Todavía los<br />

foto: suplemento cultural tres mil/Filloma<br />

latinoamericanos no han entendido que<br />

la <strong>de</strong>mocracia es un trabajo <strong>de</strong>l día a<br />

día, hay que trabajarla constantemente.<br />

P-¿Falta mucho para conocerla?<br />

R-Chile tiene gran<strong>de</strong>s poetas y<br />

escritores. Destaca mucho. Solamente<br />

Neruda es conocido en todo el mundo,<br />

ha sido traducido a todas las lenguas.<br />

Y <strong>de</strong> alguna manera se le ha puesto<br />

<strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong> la moneda a Mistral.<br />

Casi que en oposición a Neruda, es<br />

un concepto que me parece un poco<br />

vetusto, me gustan los dos. Creo que la<br />

<strong>de</strong>uda es más con Mistral.<br />

Gabriela Mistral, seudónimo <strong>de</strong><br />

Lucila <strong>de</strong> María <strong>de</strong>l Perpetuo<br />

Socorro Godoy Alcayaga. Nació<br />

en Vicuña, el 7 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1889<br />

y falleció en Nueva York, el 10<br />

<strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1957), fue una<br />

poeta, diplomática, feminista<br />

y pedagoga chilena. Una <strong>de</strong><br />

las principales figuras <strong>de</strong> la<br />

literatura latinoamericana,<br />

fue la primera iberoamericana<br />

premiada con el premio Nobel<br />

<strong>de</strong> Literatura en 1945.<br />

P-¿Cómo se i<strong>de</strong>ntifica a la poeta?<br />

R-Se le i<strong>de</strong>ntifica como la profesora<br />

rural, que escribe poesía infantil. En<br />

el momento que gana el premio Nobel<br />

en el año 45, tiene tres poemarios<br />

publicados, sólo tres, muy increíble<br />

que a alguien se le <strong>de</strong> este premio por<br />

tres poemas publicado, muy poquito. Al<br />

hacer esta comparación uno se pone a<br />

estudiar a Mistral, y se da cuenta que<br />

tiene por un lado tres poemarios que son<br />

muy buenos, pero por otro lado tiene<br />

cientos y cientos <strong>de</strong> artículos publicados<br />

en diarios y revistas en todas partes <strong>de</strong>l<br />

mundo. Claro es la visión más bien <strong>de</strong><br />

la prosa, <strong>de</strong> la latinoamericanista <strong>de</strong><br />

la intelectual similar a la visión que<br />

tiene Gramsci <strong>de</strong>l intelectual, esa labor<br />

comprometida con la sociedad la voz que<br />

filtra a dón<strong>de</strong> va la masa, la intelectual<br />

que va a la vanguardia, ella cumple ese<br />

rol a cada lugar que se va, y eso hace<br />

que sean países latinoamericanos que<br />

apoyan su candidatura al Nobel, <strong>de</strong><br />

todas formas. Mistral es un personaje<br />

enorme que le pertenece a todos y que<br />

lamentablemente si no lo hago yo, va a<br />

seguir quedando en el olvido, va pasar<br />

mucho tiempo. Des<strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong>l<br />

hallazgo me hizo encontrarme cosas<br />

que tienen la vigencia <strong>de</strong> plantearlo hoy.<br />

Son los conceptos más universales los<br />

que trascien<strong>de</strong>n, esta es Mistral como<br />

Da Vinci. Trascien<strong>de</strong> a su época. La<br />

sociedad está más preparada ahora para<br />

leer a Gabriela Mistral.<br />

P-¿Pue<strong>de</strong> cambiar el pensamiento <strong>de</strong><br />

Mistral a la sociedad en el futuro?<br />

R-Yo espero que sí. En el sentido <strong>de</strong> que<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que ella es una educadora rural<br />

que escribe poesía infantil no es errada,<br />

ella también lo era, el punto es que las<br />

dimensiones <strong>de</strong> las figuras son mucho<br />

más amplias; ganó el premio Nobel<br />

por su poesía, más bien el personaje<br />

armónico que escribió prosa que es<br />

política también, comprometidísima<br />

con la política <strong>de</strong> la época, ella también<br />

es cónsul honoraria <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong><br />

Chile y ella elige los lugares don<strong>de</strong><br />

toma el consulado, siempre<br />

elige el lugar don<strong>de</strong> algo<br />

está sucediendo. Llega a la<br />

Italia fascista <strong>de</strong> Mussolini<br />

y alega contra el fascismo<br />

y dice que no va a ejercer,<br />

entonces Mussolini dice<br />

que no va a aceptar una<br />

cónsul mujer, Chile rompe<br />

relaciones con Italia; luego<br />

va a la España prefranquista,<br />

luego a Portugal, luego va a<br />

Francia poco antes <strong>de</strong> que<br />

los nazis lleguen, va a Brasil<br />

don<strong>de</strong> se reciben a judíos, a<br />

Estados Unidos, a México<br />

prerevolución mexicana. No es solo una<br />

poeta <strong>de</strong> poesía infantil, lo cual es un<br />

acto <strong>de</strong> vanguardia. No es coinci<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> que ella este en esos lugar don<strong>de</strong><br />

algo está sucediendo. Es una persona<br />

que está leyendo lo que está sucediendo.<br />

Hay muchas dimensiones <strong>de</strong> este<br />

personaje que no han sido abordados y<br />

es el momento <strong>de</strong> tomarlo.<br />

El libro que nos presenta <strong>de</strong>l Pozo<br />

se convertirá en un referente <strong>de</strong><br />

estudio para compren<strong>de</strong>r y conocer el<br />

pensamiento <strong>de</strong> Gabriela Mistral.

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