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El modo de hablar de los nacidos en la tierra de Bolívar es tan preciado como el español hablado en otras partes de Latinoamérica y, por supuesto, como el español que se habla en España. Y, asimismo, debemos saber que el vocabulario de una región está en relación con la cultura y la identidad nacional de un pueblo. Esto es la imagen que albergamos nosotros mismos como venezolanos y la valoración que devengamos hacia dicha imagen. Obviamente, si nos despreciamos y pensamos que otros tienen una cultura superior a la nuestra, la propia lengua será el blanco de ataque de muchos. Les demostraré mediante las palabras “bueno” y “buena”, y otras formaciones a partir de estas palabras, lo creativos y lo productivos que podemos ser los venezolanos cuando hablamos. Algunos empleos de las palabras “bueno” y “buena” y de sus derivados –que he observado en el español del venezolano con sus referidas situaciones de uso– los presentaré a continuación. Si los hombres ven a una mujer hermosa dicen: ¡Qué buena está fulana! Y si es bella en extremo: ¡Qué buenota está ella! En el caso de que las mujeres pillemos a un hombre muy apuesto, igualmente, exclamaremos dándole un vistazo al susodicho de arriba abajo: ¡Qué buenote está él! Cuando nos ocurre algo que no esperamos o nos plantean una cosa positiva para nosotros, pronunciamos –con mucho agrado y poniendo énfasis en cada palabra– el adverbio “buenísimo”. Y dicho sea de paso, eso de que la forma correcta es “óptimo” pasó a mejor vida. 60
En el habla del venezolano, “buenísimo” reemplazó de un plumazo a “óptimo”. Cuando vemos a una persona de sentimientos nobles y de justo proceder, la calificamos de “buena gente”. Esto equivale a “tiene un corazón de oro”. Si alguien nos hace daño, con o sin intención, no pensamos dos veces en increpar a esa persona una frase como: ¡Qué buena vaina me echaste, vale! Cuando alguien se consigue un novio que lo tiene todo o casi todo, como aquel banco, no dudamos en comentar: ¡Qué buen partido, chica!, y añadimos: ¿De dónde lo sacaste? Si observamos que una persona es demasiado tranquila, que aparentemente no mata una mosca, y es hasta medio tonta, la llamamos “buenecita”. Si alguien ha dado un cambio radical de su imagen para bien, claro, decimos: ¡Qué bueno se puso fulano! En las ocasiones en que se nos ofrece, de manera sorpresiva, una oportunidad ventajosa como también si escuchamos noticias favorables de alguien, pronunciamos con mucho gusto: “bien bueno, chico” por “eso es muy bueno o es lo mejor que te ha podido pasar”. Los ejemplos de “bueno” y de formaciones a partir de esta palabra son una muestra de las cualidades del hablante de esta tierra. Él mismo –aparte del humor y del ingenio que lo distinguen en la Cochinchina– tiene también la facultad de crear nuevas palabras “bienbueno” o de añadir otras acepciones a las ya conocidas, “bueno” por “apuesto”. 61
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El modo de hablar de los nacidos en la tierra de<br />
Bolívar es tan preciado como el español hablado en otras<br />
partes de Latinoamérica y, por supuesto, como el español<br />
que se habla en España. Y, asimismo, debemos saber que<br />
el vocabulario de una región está en relación con la cultura<br />
y la identidad nacional de un pueblo. Esto es la imagen<br />
que albergamos nosotros mismos como <strong>venezolano</strong>s y la<br />
valoración que devengamos hacia dicha imagen. Obviamente,<br />
si nos despreciamos y pensamos que otros tienen<br />
una cultura superior a la nuestra, la propia lengua será el<br />
blanco de ataque de muchos.<br />
Les demostraré mediante las palabras “bueno”<br />
y “buena”, y otras formaciones a partir de estas palabras,<br />
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y de sus derivados –que he observado en el español del<br />
<strong>venezolano</strong> con sus referidas situaciones de uso– los presentaré<br />
a continuación. Si los hombres ven a una mujer hermosa<br />
dicen: ¡Qué buena está fulana! Y si es bella en extremo: ¡Qué<br />
buenota está ella! En el caso de que las mujeres pillemos a un<br />
hombre muy apuesto, igualmente, exclamaremos dándole<br />
un vistazo al susodicho de arriba abajo: ¡Qué buenote está él!<br />
Cuando nos ocurre algo que no esperamos o<br />
nos plantean una cosa positiva para nosotros, pronunciamos<br />
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