25 años de una ley universal para todos los niños y niñas

EL UNIVERSAL Doming o 30de n ov i e m b re de 201 4
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Javier
“C h i c h a r i to ”
Hernández es el
Embajdor más
joven de
UNICEF México
UNICEF significa
Fondo de las
Naciones Unidas
para la Infancia
(United Nations
C h i l d re n ’s Fund). Es la principal
organización del mundo
dedicada al bienestar de la infancia.
Trabaja sobre el tema
en más de 190 países.
Este 2014, UNICEF cumple
60 años de apoyar los esfuerzos
de México con programas
de salud, nutrición, desarrollo
infantil, protección y educación,
entre otros.
Asimismo, ha contribuido a
tener leyes y políticas públicas
que permitan que la sociedad
respete y exija que se cumplan
los derechos de todos sus niños
y niñas.
Todo comenzó en 1946, año
en que la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) creó
UNICEF para brindar ayuda de
emergencia a todos los niños
víctimas de las guerras y agresiones
constantes, así como
para contribuir a mejorar sus
condiciones de salud.
En 1954, la organización firmó
su primer acuerdo con el
Gobierno de México en beneficio
de los niños y adolescentes,
de las mujeres embarazadas
y de madres lactantes.
El mandato de UNICEF en
nuestro país y el mundo es
proteger y promover el cumplimiento
de los derechos de
todos los niños y niñas, para
ello se guía por lo establecido
en la Convención sobre los
Derechos del Niño.
Hace 25 años, la Asamblea
General de las Naciones Unidas
aprobó la Convención sobre
los Derechos del Niño.
Desde entonces, millones de
pequeños se han beneficiado
de múltiples avances.
UNICEF, seis décadas
por los niños en México
©UNICEF México/Gudinnii
César Costa es Embajador de UNICEF México desde hace más de 10 años y además, miembro del
Consejo Consultivo del organismo
Con la Convención, por primera
vez los niños y niñas se
reconocieron como sujetos
de derechos, entre los que
destacan: el derecho a la salud
y al bienestar, a la educación
y a la recreación, a la protección,
la participación y a contar
con un nombre y una nacionalidad.
En el año 2000, cuando dirigentes
mundiales aprobaron
la Declaración del Milenio, se
estableció un compromiso
histórico para crear un mundo
más pacífico, tolerante y equitativo,
donde fuera posible satisfacer
las necesidades especiales
de los niños, niñas, mujeres
y personas vulnerables.
En este marco, se estableció la
agenda post 2015, un punto
de partida para una agenda
global de desarrollo que, para
ser efectiva deberá colocar en
el centro la inclusión social y el
cumplimiento de los derechos
de la infancia.
UN FUTURO REPARTIDO
I N J U S TA M E N T E
Cuando los gobiernos, sus
asociados internacionales, las
empresas y las comunidades
han aportado dinero y energía
para cumplir con sus obligaciones
en virtud de la Convención
sobre los Derechos del
Niño, han salvado y mejorado
las vidas de cientos de millones
de pequeños.
La magnitud de los avances
han sido profundos en ámbitos
esenciales, como la supervivencia
infantil, la educación
o el acceso al agua potable,
pero todavía hay muchos niños
que hacen frente al futuro
sin que se hayan resuelto sus
necesidades o materializado
sus derechos, y con todo su
potencial frustrado.
Los países de bajos ingresos
siguen albergando concentraciones
de pobreza y situaciones
de desventaja, pero los niños
más pobres viven en países
de ingresos medios, que
presentan las mayores desigualdades
de ingresos.
Aquí, como en otras partes,
la privación se concentra de
manera desproporcionada en
las zonas urbanas marginadas
y rurales remotas, así
como entre los grupos marginados,
como las minorías étnicas
y las personas con disca
p a c i d a d .
Incluso la seguridad que
puede disfrutar un niño cuando
llega a este mundo sigue
estando sujeta a la lotería del
lugar donde nace y la situación
de su familia, y esta desigualdad
se prolonga a lo largo de
la infancia y más allá.
A 25 años de que se aprobó
la Convención sobre los Derechos
del Niño, México tiene
una Ley General para la Protección
de los Derechos de Niños,
Niñas y Adolescentes, la
cual representa una gran
oportunidad para ir hacia el
cumplimiento de todos los derechos
para todos los niños,
pero especialmente para los
más vulnerables, como los 21
millones que padecen pobreza
y los casi 5 millones que viven
en pobreza extrema.
© UNICEF México/Mauricio Ramos