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DE INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD PERUANA

Siete ensayos de interpretación de la realidad ... - Plaza Pública

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ambiente staliniano de los años treinta 77 , le sustituye así la adjudicación de<br />

teórico de la revolución en dos etapas, una democrático-burguesa, nacionalista<br />

además en el caso peruano, y otra socialista, que no obstante sus<br />

orígenes mencheviques, sirve tan bien a la línea política del PC peruano,<br />

desde mediados de los años treinta.<br />

Es verdad que, no tan urgidos como rusos o peruanos por esa construcción<br />

sobre Mariátegui, otros estudiosos europeos como Melis no han<br />

dejado de reconocer el valor del esfuerzo mariateguiano de “situar los rasgos<br />

específicos de una formación económico-social en un modelo general<br />

de desarrollo histórico” 78 , pero no han llevado esa comprobación al análisis<br />

de las implicaciones políticas de tal esfuerzo, para el carácter del proceso<br />

revolucionario peruano. Por lo demás, en su trabajo hay anotaciones de<br />

interés sobre la relación entre Mariátegui y la historia italiana y sobre los<br />

paralelos posibles entre aquél y Gramsci, que todavía requieren de mayor<br />

documentación. Y del mismo modo, en Dessau pueden encontrarse contribuciones<br />

útiles para el examen de las ideas mariateguianas sobre las relaciones<br />

entre literatura y sociedad 79 .<br />

Empero, no solamente los ideólogos e historiadores pro-soviéticos<br />

son los que tratan ahora de una reapropiación de Mariátegui. Después de<br />

la división del Partido Comunista Peruano, entre los seguidores de la dirección<br />

rusa y los de la china, a comienzos de la década pasada, no podía<br />

faltar en el debate sobre Mariátegui el esfuerzo de los “prochinos”, para<br />

convertirlo en teórico de la revolución de la “nueva democracia” y de la<br />

“liberación nacional”, y de la revolución en dos etapas 80 , o de su más reciente<br />

versión peruana “revolución nacional democrática popular” 81 .<br />

4–. Y para no faltar en esta liza, una parte de los trotzkistas han comenzado<br />

su propia polémica con Mariátegui, acusándolo de ser responsable<br />

de la ampliación y la consolidación del APRA en la dirección de las ma-<br />

77. Tanto Dessau como Semionov-Shulgovsky, reconocen que esas acusaciones corresponden<br />

al ambiente político stalinista durante ese período.<br />

78. Melis, op. cit.<br />

79. Dessau, op. cit.<br />

80. Véase el folleto Retomemos a Mariátegui y reconstituyamos su partido, Lima, 1975.<br />

81. Véase “Mariátegui es del pueblo y no de la burguesía”, separata de la revista Crítica<br />

marxista-leninista (mimeo), Lima, s/f.<br />

7 ENSAYOS <strong>DE</strong> <strong>INTERPRETACIÓN</strong> <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> <strong>REALIDAD</strong> <strong>PERUANA</strong><br />

LVI

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