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DE INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD PERUANA

Siete ensayos de interpretación de la realidad ... - Plaza Pública

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Del indio tiene El Tunante la tesonera y sufrida naturaleza, la panteísta<br />

despreocupación del más allá, el alma dulce y rural, el buen sentido<br />

campesino, la imaginación realista y sobria. Del criollo, tiene el decir donairoso,<br />

la risa zumbona, el juicio agudo y socarrón, el espíritu aventurero<br />

y juerguista. Procedente de un pueblo serrano, El Tunante se asimiló a la<br />

capital y a la costa, sin desnaturalizarse ni deformarse. Por su sentimiento,<br />

por su entonación, su obra es la más genuinamente peruana de medio siglo<br />

de imitaciones y balbuceos.<br />

Lo es también por su espíritu. Desde su juventud, Gamarra militó en<br />

la vanguardia. Participó en la protesta radical, con verdadera adhesión a<br />

su patriotismo revolucionario. Lo que en otros corifeos del radicalismo<br />

era sólo una actitud intelectual y literaria, en El Tunante era un sentimiento<br />

vital, un impulso anímico. Gamarra sentía hondamente, en su carne y<br />

en su espíritu, la repulsa de la aristocracia encomendera y de su corrompida<br />

e ignorante clientela. Comprendió siempre que esta gente no representaba<br />

al Perú; que el Perú era otra cosa. Este sentimiento, lo mantuvo en<br />

guardia contra el civilismo y sus expresiones intelectuales e ideológicas.<br />

Su seguro instinto lo preservó, al mismo tiempo, de la ilusión “demócrata”.<br />

El Tunante no se engañó sobre Piérola. Percibió el verdadero sentido<br />

histórico del gobierno del 95. Vio claro que no era una revolución democrática<br />

sino una restauración civilista. Y, aunque hasta su muerte guardó<br />

el más fervoroso culto a González Prada, cuyas retóricas catilinarias tradujo<br />

a un lenguaje popular, se mostró nostalgioso de un espíritu más realizador<br />

y constructivo. Su intuición histórica echaba de menos en el Perú a<br />

un Alberdi, a un Sarmiento. En sus últimos años, sobre todo, se dio cuenta<br />

de que una política idealista y renovadora debe asentar bien los pies en la<br />

realidad y en la historia.<br />

No es su obra la de un simple costumbrista satírico. Bajo el animado<br />

retrato de tipos y costumbres, es demasiado evidente la presencia de un<br />

generoso idealismo político y social. Esto es lo que coloca a Gamarra muy<br />

por encima de Segura 204 . La obra del Tunante tiene un ideal; la de Segura<br />

no tiene ninguno.<br />

Por otra parte, el criollismo del Tunante es más integral, más profundo<br />

que el de Segura. Su versión de las cosas y los tipos es más verídica, más<br />

7 ENSAYOS <strong>DE</strong> <strong>INTERPRETACIÓN</strong> <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> <strong>REALIDAD</strong> <strong>PERUANA</strong><br />

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