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DE INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD PERUANA

Siete ensayos de interpretación de la realidad ... - Plaza Pública

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ada crítica de la sociedad, lo que irá apareciendo inclusive en sus crónicas<br />

de tono levemente irónico sobre temas banales.<br />

En 1916, con César Falcón, Félix del Valle y bajo la dirección de<br />

Abraham Valdelomar, sus compañeros de La Prensa, funda la revista Colónida,<br />

de la que se publicarán cuatro números y en los cuales Mariátegui<br />

colabora con su producción literaria. Años después, sostendrá que cuando<br />

colabora en Colónida era aún un “literato inficionado de decadentismo<br />

y bizantinismo finiseculares” 35 . Eso era aún en efecto. A pesar de ello, Colónida<br />

representaba ya el ingreso, aunque vacilante y confuso, de un nuevo<br />

estado mental que portaba una generación intelectual heredera de las<br />

enseñanzas de González Prada, que aprendía a rechazar la presencia de la<br />

engolada mentalidad señorial y su academicismo. Y la actitud crítica en la<br />

literatura, pronto se extenderá, en Mariátegui y su generación, a la crítica<br />

de la sociedad y del Estado.<br />

No en vano Valdelomar había sido secretario de Billinghurst durante<br />

su campaña a la presidencia de la República, que pudo triunfar sobre los<br />

hombros de una inmensa movilización popular anticivilista. Y Mariátegui,<br />

a la sazón, ya había conocido a González Prada y era amigo de su hijo,<br />

poeta también, Alfredo González Prada. Y en ese mismo año, Mariátegui<br />

publica en La Prensa, un artículo comentando irónicamente una conferencia<br />

de Riva Agüero, y defendiendo el modernismo literario contra el<br />

academicismo. Riva Agüero ya era, en ese momento, uno de los más destacados<br />

intelectuales de los grupos más señoriales de la coalición oligárquica<br />

en el poder, y que ya en 1915 había fundado el Partido Nacional Democrático<br />

y el movimiento “futurista”, como parte de una orientación de<br />

abandono del positivismo y de repliegue en un idealismo reaccionario de<br />

raíz bergsoniana. Enjuiciando una década después ese movimiento “futurista”,<br />

Mariátegui lo señalará como un movimiento de “restauración colonialista<br />

y civilista en el pensamiento y en la literatura del Perú” 36 .<br />

Fue, sin embargo, otro hecho lo que contribuyó a despertar su interés<br />

político y al abandono de la negación de la política que era una de las mar-<br />

35. Carta a Samuel Glusberg, en OC, t. II, contracarátula.<br />

36. 7 ensayos, Lima, 1968, 13 a ed., p. 216.<br />

7 ENSAYOS <strong>DE</strong> <strong>INTERPRETACIÓN</strong> <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> <strong>REALIDAD</strong> <strong>PERUANA</strong><br />

XXXVI

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