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HUARPES

“Con cada radio nueva que se forme a partir de la ... - Ni a Palos

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Domingo 11 de octubre de 2009 / NI A PALOS 5<br />

Eliana Díaz<br />

y María Morales<br />

hacerse cargo de su historia,<br />

de una historia signada por los<br />

problemas del presente. Y que<br />

desde esa recuperación permiten redefinir un<br />

rol: no ven indios en el desierto, sino jóvenes<br />

que viven en familias en donde los problemas,<br />

como la historia, se callan. Uno de los cronistas<br />

recuerda una vieja anécdota: caminaba por<br />

uno de los barrios donde viven muchas<br />

familias de la comunidad. Lo acompañaba<br />

un chico de ese barrio, cuyos rasgos faciales<br />

permitían jugar con la idea de que también<br />

era huarpe. “¿Sos huarpe?”, le preguntó para<br />

romper el silencio. “Ojalá”, fue la respuesta<br />

seca y automática.<br />

Los miembros de este Consejo Huarpe,<br />

muchos de ellos hijos de las mismas<br />

familias, y de condición humilde, organizan<br />

el imaginario alrededor de dos palabras:<br />

silencio e identidad, que constantemente<br />

se cruzan. Valga como ejemplo de esto uno<br />

de los mitos silenciosos que aún se cuentan:<br />

hasta hace 50 años, las comunidades<br />

campesinas que vivían en la zona, eran<br />

víctimas del robo de niños. “Entraban y si se<br />

decía que ahí había huarpes se los llevaban<br />

directamente, entraban y se los llevaban. Los<br />

comerciantes entraban y si veían una familia<br />

numerosa y con escasos recursos se llevaban<br />

a uno o dos chicos, entonces una de las<br />

soluciones era no hablar más de la cultura,<br />

de la lengua, de la religión, esconder todo<br />

eso, decir ‘yo no soy huarpe’, pero por esto<br />

de proteger a la misma familia.”<br />

No hay mal de Chagas<br />

que por bien no venga<br />

Es curioso el rol: dos chicas de dos comunidades<br />

forman parte de un programa nacional contra<br />

el mal de Chagas. ¿Qué hacen? Se están<br />

capacitando desde hace dos años en cuestiones<br />

de salud, pero participan y coordinan los<br />

operativos para, en palabras de María Morales,<br />

“ir a las casas de la gente de nuestra comunidad<br />

que está en lo más profundo, que no tiene<br />

salida, que nunca<br />

fue a un médico. Y<br />

nosotros llegamos<br />

desde el hospital<br />

con remedios, con<br />

el doctor, con el<br />

electro, con todo<br />

lo necesario para el<br />

tema del Chagas.”<br />

Dicen con orgullo<br />

que San Juan es la<br />

única provincia<br />

que incorporó al Pueblo Huarpe como parte<br />

del programa. Apunta María: “Nosotros somos<br />

de la comunidad y nos estamos capacitando<br />

en enfermería, para controlar que los niños<br />

cuando son chagásicos tomen la medicación…”<br />

Repica una idea en nuestras cabezas: los<br />

huarpes recuperan esa identidad para afirmar<br />

una integración modernizante. María es hija<br />

de un campesino, que hoy es referente de la<br />

comunidad, pero quizás su “destino huarpe”<br />

la haya empujado a llevar casi dos años de<br />

capacitación como enfermera, y a convertirse<br />

en un brazo del Estado argentino que llega<br />

donde sin ellas no llega.<br />

Diálogo<br />

Cuenta María: “Hay algunas familias<br />

que están, digamos, bien adentro de las<br />

comunidades, y no se llega por el tema<br />

del camino, si te vas te venís a pata, así<br />

que mejor ni entrar. No podés entrar en<br />

auto, se te va a romper... Estas familias son<br />

puesteros, tienen animales que venden,<br />

es de lo único que viven. Y hay otros que<br />

dejan a las mujeres en el puesto y se van a<br />

trabajar y vuelven los fines de semana a la<br />

casa. O sea, son gente que cuando vas no te<br />

habla, están callados, entre ellos sí hablan.<br />

Son las familias que quedan de la zona de<br />

Guanacache. Y los chicos se crían ahí, no<br />

van a la escuela, se crían en el monte.”<br />

¿Y ellos se dicen a sí mismos “somos<br />

huarpes”?, le preguntamos a María.<br />

“No, no dicen nada, son como mudos…”<br />

Preguntamos: ¿Ellos no dicen<br />

“somos huarpes”?<br />

“A vos no te dirían<br />

soy huarpe”<br />

¿Y a vos te lo dirían?,<br />

inquirimos.<br />

“A mí sí. Por ejemplo, si le<br />

preguntás: “¿Sos huarpe vos?”<br />

Te va a decir: “Yo siempre<br />

viví acá, soy de la laguna, mi<br />

mamá siempre ha andado<br />

acá. Te van a decir ´yo soy<br />

lagunero´, pero nunca te van<br />

a decir “soy huarpe.”<br />

Volvemos. ¿Y qué preservan<br />

de lo que ustedes saben<br />

que es ser huarpe? Por<br />

ejemplo, ¿ellos tienen alguna<br />

ceremonia?<br />

“Ellos tienen respeto a la<br />

naturaleza, no te van a ir<br />

a matar un quirquincho o<br />

una liebre porque se les dio<br />

la gana de ir y cazarlo y ya.<br />

Ellos van a cazar si tienen<br />

la necesidad, están pasando<br />

hambre entonces van y cazan<br />

el animal, el monte hace<br />

la comida, pero si no, no.<br />

Porque tienen la creencia de<br />

que si vos traés un animal y<br />

es para tenerlo guardado hasta que se<br />

te acabe la comida es desgracia para<br />

ellos, ¿entendés?<br />

Y Eliana completa: “Esa creencia<br />

se mantiene, el respeto por la<br />

naturaleza, es sinónimo de desgracia<br />

vender un animal, te dicen “te lo<br />

puedo cambiar por otra cosa” no<br />

pueden cazar para vender. ¿Te<br />

cuento algo? En primer año me<br />

tocó discutir con un profesor, que<br />

decía justamente que los huarpes<br />

habían vivido, habían estado, pero<br />

todo en pasado. Y en un momento<br />

dijo ´bueno, pero ya no existen<br />

más´ y yo me enojé mucho con<br />

lo que dijo. Hace 15 años que<br />

mi comunidad funciona como<br />

comunidad originaria, pero<br />

hace mucho más tiempo que hay<br />

otras comunidades, entonces<br />

¿cómo puede ser que este señor<br />

diga que ya no existimos? Le<br />

dije entonces: ´Mire señor, no<br />

es así. Nosotros estamos, ¿cómo<br />

puede ser?´. No me acuerdo<br />

toda la discusión, fue un<br />

momento bastante feo que me<br />

hizo pasar, por decir que yo ya<br />

no existo, que mi pueblo ya no<br />

existe, y ahí fue la primera vez<br />

que hablé de esto en la Facultad,<br />

y de ahí el asombro de mis compañeros,<br />

de mi grupo de estudio, al saber que era<br />

huarpe. Nosotros somos como cualquier<br />

otra persona, no hay muchas diferencias en<br />

cuanto al modo de vida, tenemos una casa<br />

con cuatro paredes y un techo, dormimos en<br />

una cama, comemos al mediodía.”<br />

¿Y eso no es parte de una derrota? ¿No es<br />

parte de haber asimilado una cultura?<br />

“Sí, es como te digo, en el momento de la<br />

conquista tenías que escoger, o escogías tu<br />

forma de vida, tus ideales, tus creencias o<br />

escogías la vida. Porque si escogías la cultura<br />

te mataban. Asimilar la cultura occidental<br />

fue una forma de guardar la vida, pero a la<br />

vez traía otra forma de muerte, nos quitó<br />

el culto religioso: fue lo primero que nos<br />

quitaron, un dios que es único y soberano<br />

y nos exige dejar de creer y de tener rituales<br />

con estos otros dioses que eran en los que<br />

creía el pueblo. Hemos logrado reconstruir<br />

algunas cosas, no las practicamos porque<br />

tiene que ver con una cuestión de sentido<br />

común, o sea, no vamos a volver a hacer<br />

cosas en las que ya nadie cree.”<br />

¿Vos sos católica?<br />

“Yo soy católica.”<br />

Identidades<br />

Todas y cada una de las cosas que los<br />

huarpes cuyanos cuentan pueden inscribirse<br />

el catálogo de las aporías de la identidad, o<br />

de su invención. Indios olvidados y pobres,<br />

doblemente violentados por la pobreza y el<br />

abandono, huarpes que ya no creen en sus<br />

dioses, pero que sin embargo se reivindican<br />

así para intervenir en la vida comunitaria;<br />

silencios que hablan a los gritos sobre el<br />

desgarro de la conquista, imaginarios que<br />

chocan en la vida de los pueblos originarios<br />

2009. Resistencia e integración, corrección<br />

política, sueño multicultural multicolor y<br />

esencialismo indigenista. Indios católicos<br />

y agentes estatales. Todo esto, complejo y<br />

paradojal, mientras en la escuela los chicos<br />

dibujan la Niña, la Pinta y la Santa María para<br />

festejar el día del Encuentro de Culturas, que<br />

antes se llamaba Día de la Raza..<br />

“Asimilar la cultura<br />

occidental fue una forma<br />

de guardar la vida, pero<br />

a la vez traía otra forma<br />

de muerte: nos quitó el<br />

culto religioso, fue lo<br />

primero que nos quitaron.”<br />

Eliana<br />

De eso<br />

no se habla<br />

“Te estaba por contar,<br />

justamente, durante mucho<br />

tiempo yo no supe<br />

que era huarpe, me enteré<br />

más o menos a los 10<br />

años, cuando estaba en<br />

la escuela. Tuve un tema<br />

que me interesó, teníamos<br />

historia regional y<br />

hablaban las maestras<br />

del pueblo huarpe que<br />

había existido, que hacía<br />

tales actividades, y que<br />

había vivido ahí donde nosotros<br />

estábamos viviendo,<br />

de donde son todos<br />

mis parientes, mis abuelos,<br />

mi conocidos de ahí<br />

de la laguna, y entonces<br />

yo vi mucha similitud en<br />

lo que esta maestra nos<br />

decía con lo que hacían,<br />

por ejemplo, mis tíos que<br />

trabajaban el barro y el<br />

cuero. Mi papá sabe hacer<br />

todo eso, entonces<br />

me llamó la atención y<br />

empecé a preguntar. Y<br />

me dijeron efectivamente<br />

´Sí, nosotros venimos de<br />

los huarpes, somos descendientes,<br />

pero de eso<br />

no se habla´.<br />

fotos: analia campos

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